Cuando mi amigo y socio en CodigoPoker, Fernando Romano, me dijo que tenía planeado viajar a Río IV para la sexta fecha del Córdoba Poker Tour, no dudé un instante en acompañarlo. Córdoba es uno de las provincias más lindas de Argentina, por sus paisajes, su cocina y su gente.

Giménez, Catzman, Rodríguez
Gentileza Martin Blass MurtUn placer recibir el premio al lado de dos mendocinos
En el último año ya había participado en dos etapas previas del tour, el cual considero uno de los mejores de Argentina, principalmente por la excelente atención por parte del personal y de los organizadores. En general, nos tenemos un gran cariño, ya que a fines de 2008 fui el ganador del primer torneo legal organizado en suelo cordobés, lo que generó una silenciosa amistad. Luego a principios de este año volví a Carlos Paz para un evento con récord de inscriptos, aunque esa vez finalicé en la burbuja luego de ser líder en fichas por largo tiempo.

Estos buenos recuerdos fueron los que encendieron los motores, y bolsito en mano, me embarque en este nuevo viaje junto a mi compañero de andanzas. La travesía fue laaaarga y aburriiiiida, pero seis horas de vacas, ovejas y pasto siempre es mejor que una interminable hora de avión.

Finalmente llegamos a Río IV y me llevé una grata sorpresa, con una ciudad decorada por un casino acogedor y excelentes restaurantes. Lo único malo fue el frío polar que nos acompañó durante todo el fin de semana ¡Brrrrr!

El torneo comenzó el sábado con una estructura clásica en Argentina: 10.000 fichas iniciales; ciegas cada 40 minutos en los primeros nueve niveles y cada 30 minutos en el resto del evento; posibilidad de una recompra y un add-on que puede ser canjeado por una segunda recompra en caso de agotar el reenganche antes del quinto nivel; estructura semi turbo, tirando a turbo, en la que hay que hacerse de muchas fichas o rezar para ganar varios coin flips.

En esta oportunidad, el pozo garantizado por Loterías de Córdoba era de 150 mil pesos (aprox. 45 mil dólares), pero los 211 participantes llevaron la bolsa total a 250 mil pesos. El ganador tenía destinado un premio de $84.000, nada mal considerando que la inscripción era de 700 pesos.

El día empezó de forma violenta. En la tercera mano ya había perdido la mitad de mi stack, aunque a priori esa posibilidad estaba dentro de los planes. La estrategia era jugar la mayor cantidad de pozos posibles desde el arranque, teniendo siempre la opción de recomprar en caso de cometer algún gran error o sufrir un doloroso bad beat.

La estrategia empezó a funcionar al poco tiempo. Mis 5000 se transformaron en 12 mil, 20 mil, 50 mil y casi 150 mil antes del quinto nivel. Para la hora del primer break, mi stack estaba en 138 mil, por lo que decidí no realizar el add-on, dado que sumar 15 mil fichas más no tenía sentido cuando la media era de 32 mil.

Las cosas se complicaron luego del break, cuando trajeron a mi mesa al segundo jugador con más fichas, quien acumulaba alrededor de 100 mil. Mi idea allí fue tratar de ganarle sus fichas, para poder sacar una gigantezca ventaja al resto del grupo. Pero los planes no salieron como me hubiese gustado. En un parada decido subir desde el cut-off 2.2 ciegas y mi rival desde la ciega grande me resube x2.5. Sin dudarlo pago, ya que a priori a este rival le podia jugar con any2cards. El flop trajo Q-7-2 y él me apuesta el 40% del pozo de frente. Yo no tenía nada pero decido hacer el call para ver como se movía en cuarta y en base a eso tratar de robarle el pozo. El turn enseñó un 10 y mi rival pasó, a lo que respondí con una apuesta mediana simulando un value bet, aunque aplicando algo de presión, para tratar de tirarlo o de al menos tener una mayor lectura sobre su fortaleza. Lógicamente no se dejó intimidar y pagó. El river no cambió el desarrollo y mi rival volvió a pasar. Ahí decidí continuar con el bluff, porque vi debilidad en él y estaba seguro que podía sacarlo de la mano, así que aposté el 70% del pozo. Pero para sorpresa mía, automáticamente y con gestos de nerviosismo mi rival decidió jugar su resto y me obligó foldear, dado que no podía pagar con K high. Cuando muestra par de 9s mi deshazón es ¡Enorme! Si hubiera tenido media carta lo habría mandado a pasear. Con esta mano mi stack se redujo a 65 mil fichas y aunque seguía arriba de la media, mi cabeza empezó a dar vueltas con un alto sentido de incomodidad.

Catzman, Organizadores CPT
Gentileza Martin Blass MurtLos organizadores de Córdoba me dieron su respaldo
Poco tiempo después, la organización me envió a otra mesa por lo que no pude recuperar mis fichas, y para peor, cometí tres errores seguidos que me dejaron con sólo 20 mil fichas a menos de una hora del final de la tanda. Estaba en modo súper tilt pero era la hora de jugarme con todo. ¡All-in Time! Entonces robé una ciega, robé otra y al tercer jugado, me pagan: A-10 mi rival, K-K para mí. 83 mil para terminar el día y las esperanzas intactas.

A la etapa final clasificamos 94 players, entre los cuales se encontraban varios amigos del circuito: el mejor argentino de la última WSOP, Fernando Gordó, el finalista del LAPT de Viña del Mar, Eduardo Camia, el ganador de varias etapas en Uruguay, Fabián Turc, el subcampeón de la Copa América, Martín Ballesteros, el reconocido jugador del equipo Uva Team sponsoreado por PokerStars.net, Diego Sobrino, y mi amigo, Fernando Romano.

En la mesa inicial del día dos me encontré con dos viejos conocidos: "Titolatín" Camia a mi derecha y Gerardo "Newells1" Lovagnini a mi izquierda. Los dos me conocen lo suficiente y podían arruinar mis planes, pero desafortunadamente para ellos, ambos quedaron eliminados rápidamente dejándome el camino libre. Fue así como paso a paso, y sin mayores sobresaltos, pude acumular fichas hasta que me cambiaron de mesa y llegué al break con 130 mil fichas en mi caja.

Luego de la pausa, los 40 sobrevivientes nos presentamos en un nuevo salón especialmente preparado para el último tramo. Allí, las cosas se pusieron bien intensas. Todos queríamos llegar a los 20 puestos premiados y se vivieron momentos de dura batalla. Finalmente, la burbuja se rompió con la despedida de mi amigo Chiqui Sobrino, quien salió 21 y desató el festejo de todos los demás competidores.

Minutos después de retomada la acción, y previo a un nuevo break, sucedió algo impensado para mí. Me gustaría contarlo con lujo de detalles para que ustedes puedan darme su opinión y hacerme saber si estuve bien o no con mi accionar, quizá fue un poco exagerado, peeeero... uno vive para y por esto ¿vio?

Dos jugadores de mi mesa, luego de haber tenido acción pre-flop, acordaron a viva vos pasar hasta el final cayera lo que cayera en el flop y así como si nada voltearon sus cartas. El croupier sin abrir la boca fue descubriendo una a una las cartas comunitarias, dándole por ganada la mano a uno de los jugadores. Como agregado les cuento que uno de los jugadores llevaba 9-9 y el otro A-K, revelando el flop A-9-3... ¡Imaginen lo que hubiese sucedido si la jugaban!

Viendo esto, comencé a reclamar y a pedir explicaciones pero no tuve respuestas inmediatas de la organización. Y para peor, recibí un insulto de uno de los implicados, lo que obviamente devino en discusión y mi posterior planteo de retirarme del torneo a menos que el director tomara una resolución acorde a la gravedad del asunto.

Finalmente, luego de una extensa charla privada con los organizadores, decidí volver al juego conforme con las promesas de mejoras en el reglamento. Como dije antes, creo que la organización del Tour Cordobés es una de las mejores y confío plenamente en su palabra para realizar las mejoras necesarias para que nuestro deporte siga creciendo.

Volviendo al encuentro, y ya con las aguas calmas, retomamos la acción pero pocos minutos después, hubo un nuevo incidente. Restando solo 17 jugadores, uno de los participantes que había enseñado las cartas en la mano de la disputa, volvió a hacer lo mismo. La cosa fue así, un jugador subió fuerte y él fue all-in y bajó sus cartas antes de recibir una respuesta. La organización esta vez no dudo y tomó sus cartas como foldeadas, dado que ya había sido advertido y no podía cometer el mismo "horror".

¿Qué piensan ustedes? Yo creo que estuve correcto en mi reclamo y que para que el nivel argentino mejore tenemos que comprometernos a ser lo más profesionales posible, tanto los jugadores como las organizaciones.

Volviendo al ruedo, y dejando de lado la filosofía, unas horas más tarde llegó la hora de la burbuja de la mesa final, junto a la trágica caída en el puesto 12 de mi amigo Fernando Romano. Dos niveles después finalmente quedó definida la mesa final de la siguiente manera:

Enzo Rauna (La Rioja) - 888.000 fichas
Germán Giunzi (Mendoza) - 728.000
Gastón Catzman (Buenos Aires) - 691.000
Adolfo Glendes (San Luis) - 602.000
Martín Giménez (Mendoza) - 500.000
Omar Allende (Córdoba) - 470.000
Fabián de la Fuente (La Rioja) - 444.000
Alejandro Rodríguez (Mendoza) - 334.000
Fernando Gallardo (Córdoba) - 282.000
Nicolás Velardes (Córdoba) - 282.000

La estrategia a seguir: algo de paciencia, aprovechar la imagen, utilizar la posición y esperar una oportunidad. Así fue como llegó la mano esperada: all-in por 250.000 fichas del UTG, yo pienso un rato, pienso otro rato y hago el call, y el jugador ubicado en el botón también decide hacer el call. Flop: 8-8-3. Acá dudo un segundo, medio ofuscado miro a mi rival y hago el check, a lo que él responde con su all-in. Automáticamente pago y enseño A-A. No hay sorpresas en el Turn ni el River y así me llevé el pozo más grande del torneo. De aquí en adelante comencé a ejercer mayor presión y logré eliminar a varios contendientes. Paso a paso pude entonces sellar mi triunfo y quedarme con la pulsera de plata y el muy simpático trofeo.

Es así amigos como finalizó una nueva aventura, la que estuvo cargada de sensaciones y sucesos. Nuevamente agradezco a los organizadores por la predisposición a la mejora constante que demuestran, a los espectadores y jugadores por el apoyo y a los premiados por su gran juego.

Todavía no he decidido cuál será mi próxima parada, pero les confirmo que voy a volver a Córdoba a finales de octubre para defender el título, así que ¡Cuidado!

¡Saludos para todos y nos vemos en las mesas!