Patricia CastañedaLa medalla de Patricia Castañeda perdió el bronce y quedó de acero

GUADALAJARA -- Una semana atrás en Guadalajara se vivían las últimas horas de lo que Mario Vázquez Raña llamaría "los mejores Juegos Panamericanos de la historia".

Hoy, a una semana de la clausura, la cruda panamericana se asoma y poco a poco sacará a flote las fallas que generó el llegar a la justa con el tiempo encima.

Y son los atletas quienes han sufrido en carne propia la mala planeación y ejecución, pues sus medallas especialmente la de bronce se han convertido en pedazos de acero (si es que alcanzó para hacerlas de acero).

En México, el matutino Reforma reportó que la nadadora mexicana Patricia Castañeda guardó su medalla de bronce en el cajón y cuando quiso mostrársela a su mamá ya era plateada, pero no porque le hubieran otorgado el segundo sitio, sino porque ya había perdido el recubrimiento.

Otros, como el remero Patrick Loliger no llegaron ni siquiera a casa con su presea intacta, pues desde que le entregaron su medalla de bronce empezó despintarse, al grado que decidió regresar al comité organizador.

Ahora la mexicana Casa de Moneda, empresa que acuñó las medallas, promete que repondrá las que salieron dañadas.

Y de ser cierto que piensan reponer todas las medallas que estén mal hechas, tendrán que recorrer el continente, pues los afectados deben estar desde Canadá hasta Argentina, en donde Alexis Clementín, quien ganó bronce en frontenis vio que su medalla perdía el brillo y aunque su mamá intentó limpiarla, terminó como una placa de acero.

Pero si en las medallas los organizadores enseñaron el cobre, en la Villa Panamericana salió a flote algo que no es precisamente la mala organización.

La Villa Panamericana, una de las construcciones más polémicas y que tardó más en ser entregada, contaba con dos plantas de aguas residuales, las cuales no soportaron la carga o mejor dicho la "descarga" y terminaron colapsándose.

Para el comité organizador se le hizo sencillo, cambiamos la ruta del drenaje y si las plantas de tratamiento no pueden, pues construimos un par de lagunas en el bosque de La Primavera, que obviamente no cumplía con ningún lineamiento y terminó convirtiéndose en un problema mayor.

Estas descargar podrían contaminar los mantos freáticos, aunque las autoridades niegan que esto sea posible. Pero claro, las autoridades no se han dado un vuelta por las aromáticas lagunas.

Ahora en Guadalajara se echan la bolita entre comité organizador y gobierno, buscando quién tiene la culpa y quién autorizó la construcción sin tener un plan de emergencias.

Pero lo más triste es que una vez que los terminaron los mejores Juegos de la historia, la organización quedó nadando en su... mala planeación.

Estadio OmnilifeGettyLos colores celestes predominaron en la presentación

GUADALAJARA -- Abrió con una gran fiesta... cerró con una mezcla de surrealismo, pop, desorden y sueños guajiros.

Porque el tener en México un nuevo récord de medallas alimenta ilusiones políticas de no detenerse con "los mejores Juegos Panamericanos de la historia", ahora hay que soñar con los cinco aros olímpicos.

"Y vamos por más"... podría ser el lema al concluir los Panamericanos de Guadalajara y escuchar al gobernador de Jalisco lanzar la promesa que ahora pedirán la sede de unos Olimpicos

Una euforia compartida con Mario Vázquez Raña, quien antes de arrancar las competencias aseguró que Guadalajara tendría unos excelentes Juegos, pero dijo que sólo eso se podía esperar.

Esta noche Vázquez Raña olvidó su vaticinio y salió al estrado para ponerles la etiqueta que tantas veces ha puesto al despedir una justa continental: "Los mejores Juegos de la historia".

En la semana el dirigente también había lanzado otra advertencia al decir que él como presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO) estaría orgulloso de apoyar a Jalisco para pedir la sede de unos Juegos Olímpicos, "pero sería en 2028 y para entonces ya no tendré opinión", dijo.

Sueños políticos de pasar a la historia siendo el que regresó a México unos Olímpicos, como los que en 1968 convulsionaron al país y que siguen siendo un referente.

Largos discursos como el de Vázquez Raña que inició saludando a cada uno de los municipios de Jalisco que fue sede de estos Juegos y continuó enlistando jueces, voluntarios, oficiales y los 6,003 atletas que hicieron la fiesta. Hasta realizar la clausura oficial "siendo las 9:50" pero quizá olvidó retrasar su reloj porque esta madrugada terminó el horario de verano en México y esa clausura en realidad ocurría a las 20:50.

Después de las palabras el Omnilife retomaba el color, el fuego que iluminó nuevamente todo el techo del estadio con enormes mecheros de gas que acompañaron a la llama panamericana que se extinguió lentamente cerrando un capítulo que dejó huella en algunos corazones.

16 días de competencias que terminan en el Omnilife con la premiación del brasileño Sololei Silvas, un recolector de basura convertido en maratonista, hoy por hoy, el mejor del continente, por lo menos de acuerdo a los registros de la Odepa.

Guadalajara apagó su llama deteniendo un viaje intenso que se interrumpe con el melódico y pausano himno canadiense, que pone en el horizonte a Toronto 2015, sede de los próximos Juegos Panamericanos, a dónde sólo algunos llegarán.

Dayron RoblesGettyDayron Robles impuso sus condiciones de campeón mundial y ganó fácilmente

GUADALAJARA -- Hay contrastes que desnudan y dejan al descubierto errores y falta de preparación. Y lo ocurrido el viernes en la pista del estadio de atletismo colocó a Cuba en lo más alto del deporte contintental, y colocó a México como un equipo semi amateur, incapaz de terminar una prueba de relevos.

Eran las 15:45 horas locales cuando salió a la pista uno de los mayores atractivos del atletismo panamericano, el cubano Dayron Robles, campeón mundial de los 110 con vallas.

Su figura impone por la seguridad con la que enfrenta la prueba en la cual posee el récord mundial con 12.87 segundos conseguido desde 2008 en Ostrava, República Checa.

Robles sabía que esta tarde no tendría rivales capaces de pelearle el oro y sin mostrarse sobrado salió a la pista para atacar una a una las vallas pensando en llegar lo antes posible a la meta y así lo hizo, con 13.10 segundos, que le dieron un nuevo récord panamericano, superando el 13.17 que pertenecía a su compatriota Anier García conseguido en Río 2007.

Lejos, a 17 centésimas llegó el colombiano Paulo César Villar con 13.27, y se quedó con una presea de plata que, cuando está presente el campeón mundial, podría considerarse el máximo premio en disputa.

Porque Robles llegó, vio, corrió y ganó. Pero lo hizo tan seguro que ni siquiera se cerró toda la cremallera del uniforme. Su calidad no necesitaba de la aerodinámica.

Como tampoco los asistentes necesitaban ver la repetición en la pantalla para confirmar quien ganó.

Pero la tarde mostraría los contrastes, justo en el primer relevo femenil, en el 4x100 en donde México arrancaba desde el carril uno y los aficionados se dejaban soñar con un podio.

Sin embargo el anhelo de medalla se desvanecía 11 segundos después de escuchar el disparo de salida, cuando Gabriela Santos intentaba entregar la estafeta a Jessica Sánchez y perdían la posta y cualquier posibilidad de obtener ya no una medalla, pero sí un resultado decoroso.

Más tarde el atletismo mexicano tendría otra oportunidad de sacarse la espina, en el 4x400 femenil, que a diferencia del 4x100 esta vez ganaría Cuba y no Brasil.

Y nuevamente México perdió la estafeta, sólo que esta vez sí hubo tiempo de regresarse a buscarla y retomar el camino. A fin de la ruta México terminó en la quinta posición con 3:40.07, lejos del 3:28.09 de las cubanas, pero lo más triste es que de no ser por los segundos que se perdieron, seguramente habrían podido meterse en la pelea.

Así que mientras los campeones confirmaron su calidad en el cierre del atletismo de pista, México dejó huella por la falta de preparación, porque la entrega de estafetas es algo de lo más difícil del atletismo y muchos grandes la han perdido, pero siempre habrá más culpa de la técnica que de los nervios al momento de la actuación.

GUADALAJARA -- ¿A qué suena la Carmen de Bizet en Guadalajara?... Suena como a .... "Cervezaaaaas, cervezaaaaaas, cervezaaaaas".

Y la cubeta de metal se estrella justo atrás de mi mientras las dos mujeres de la derecha, el que está abajo, los señores de la izquierda y casi todos los que me rodean sufren un ataque de sed justo en el momento que la mezzosoprano Grace Echaurri entonaba la parte cumbre de L'amour est un oiseau rebelle.

Tener un programa cultural paralelo a unos Juegos Panamericanos, Olímpicos o Mundiales es algo común, lo malo es querer meter la cultura por el simple placer de decir que se fue a la ópera.

Fueron como dos minutos eternos en donde el cubetero azotaba botellas de vidrio y se daba gusto con su venta, mientras a mis compañeros de fila les importaba poco mientras Carmen intenta seducir a un Don José interpretado por José Manuel Chu.

Pocos, muy pocos relacionados con la parte deportiva acudieron a la plaza de toros Nuevo Progreso, aunque los que asistieron eran una mezcla interesante, como también lo fue el montaje que respetó sólo el primer acto y después de un intermedio fue dando saltos hasta la muerte de Carmen de la cual muy pocos se enteraron.

Pero al final no importó que durante las casi tres horas de espectáculo muchos de los que estaban a mi lado hubiera estado mensajeando sin cesar desde sus celulares, pues se pararon a ovacionar de pie y seguramente hoy volveré a encontrarlos aplaudiendo en la natación, o en el fútbol, en la lucha o el tenis.

Porque los Panamericanos son una fiesta de colores, luces, culturas y aficionados para cualquier tipo de escenarios.

GUADALAJARA -- Seis años antes de su nacimiento, en los Juegos Olímpicos de 2004, la máxima figura en la historia del atletismo de pista estadounidense capturaba la atención del mundo no sólo por su velocidad, sino principalmente por su físico, por su belleza y por sus enormes uñas que se alineaban en el arrancadero luciendo los colores de la bandera de las barras y las estrellas.

En aquellos Juegos en Los Angeles la estadounidense Florence Griffith Joyner cautivó al mundo con sus uñas.... 27 años más tarde la historia fue similar, con una hermosa nadadora mexicana provocando la sonrisa de un país al convertirse en la primera medallista en la natación de los Juegos Panamericanos.

"Siempre he sido muy femenina, me gusta arreglarme mucho", comentó una sonriente María Fernanda después de recibir su medalla de bronce, la cual la pone en los libros de historia de la natación mexicana, pues son contados los mexicanos que han podido subir al podio en la justa continental.

La bandera mexicana lució en Guadalajara, pero no sólo en el podió, sino también en sus uñas, que eran pequeñas banderitas verde, blanco y rojo, que ondearon en la punta de sus dedos mientras el complejo acuático se caía en aplausos.

Hasta la tarde del domingo pensaba que afortunadamente existen las finales B en la natación, pero después de la final de los 100 dorso y la medalla de María Fernanda, quedó justificada la inversión de este enorme, moderno y funcional complejo acuático.

Porque la natación panamericana en Guadalajara se puede dividir en antes y después de este podio.

Después de ver el primer día de competencias pensaba que la única alegría de este público tan entregado sería animarse y gritar hasta quedar afónicos apoyando a sus deportistas en las finales B, las finales de consolación... las finales Región 4.

Parecía que no habría oportunidad de desgañitarse en una final que otorgara medallas, pero María Fernanda cambió la historia convirtiendo sus pequeñas uñas en orgullosas banderas que iluminaron de verde, blanco y rojo la noche jalisciense.

Omnilife de NocheGettySi el Omnilife no es un estadio de primer mundo, seguro que ningún otro en México podría serlo

GUADALAJARA -- Recientemente escuchaba a Enrique Olvera, chef del Pujol explicar que para estar entre los 50 mejores restaurantes del mundo no basta con tener la mejor cocina, ni los mejores sabores, se requiere que todo funcione perfecto.

Así que sonaba interesante saber que es el todo de un restaurante para poder estar considerado entre los mejores, y México lo ha logrado con dos representantes, el Biko y el Pujol, lugares increíbles por su gastronomía, por su cocina Vasca y mexicana, respectivamente, pero con toques evolutivos y con atención a todos los detalles, empezando por el baño.

Y sí lo sé, a que viene hablar de los baños en un blog panamericano, pues no mucho, de no ser por la grata experiencia de conocer el estadio Omnilife que por mi cuenta podría ponerlo en la guía Michelin por tener unos baños que envidiaría cualquier estadio mundialista, al menos los de Sudáfrica y en ellos incluyo hasta el Soccer City.

Independientemente de la increíble ceremonia de inauguración y todo lo que vio el mundo, hay mucho que no se ve en este escenario surgido de los sueños de Jorge Vergara, quien un día imaginó un escenario digno para sus Chivas y compró los terrenos para construirlo en una zona que la gente de Guadalajara ha criticado.

Para los aficionados de Chivas, el llevarse el Rebaño a una zona lejos de la zona centro era casi una afrenta. La gente dejó de ir al estadio diciendo que era complicado llegar, que es imposible estacionarse, que pierden mucho tiempo. La verdad, al menos desde mi punto de vista, el Omnilife está más cerca que muchos en otras ciudades, tiene accesos que aunque no son grandes vías rápidas sí cumplen y los estacionamientos parecen suficientes. Bueno, todo eso es lo que parece, quizá tendría que regresar un día que juegue Chivas para ver si pienso lo mismo.

Pero es un hecho que al salir por la noche tarde menos de 15 minutos en llegar a mi hotel en la zona centro, y eso que como es habitual, mi GPS jalisciense me llevó por lugares equivocados.

Como dije, ver el Omnilife "por encima" no te convierte en un experto, pero en lo que sí puedo considerarme conocedor es en haber pasado por los baños de muchos estadios y aquí la sorpresa fue mayúscula al encontrar pantallas de plasma sobre los lavabos que como dijo mi compañero Lalo: "Parecen baños de table de lujo".

La verdad, confiaré en Lalo y diré que después de la inauguración fue muy agradable pasar al baño y no salir con los zapatos escurriendo como pasaba en Sudáfrica después de los partidos y todo estaba inundado.

GUADALAJARA -- Es la misma historia, pero esta vez es diferente. México recibe nuevamente unos Juegos Panamericanos pero esta vez lleva la fiesta continental a otras latitudes, al estado cuna del Tequila y los mariachis.

Por tercera ocasión llega la justa continental a territorio azteca, con nuevos sabores, con nuevos colores, pero con la misma esperanza de triunfo, y de ofrecer la mejor justa pese a las críticas y el escepticismo de algunos.

Y si de sabores y aromas se habla Guadalajara ofrece platillos típicos que cualquier mexicano anhela encontrarse y que los visitantes de otros países descubren y en algunas ocasiones pagan el precio.

Cuando anuncias que estarás en Guadalajara la sugerencia obligada es: "come una torta ahogada". Pero es un platillo que amerita una explicación y un buen antiácido para superar el ardor estomacal después de atacar un pan relleno de carne de puerco frita pero.... el pero viene después cuando remojas ese pan en una salsa de chile de árbol, y se convierte en una bomba que un buen amigo de Guadalajara recurren a cubrir sus labios con sal para cauterizarlos y no sentir el ardor. Claro, después pagará las consecuencias.

Después de esa experiencia gastro-sadomasoquista quedan otras pendientes, como los "chilaquiles más picosos del mundo", pero esos los dejaré para "Man vs Food" y me quedaré con las tortas ahogadas... pero sin mojar en salsa, aunque esto me gane las molestas miradas de los locales.

Lo que sí es de agradecer es el interés de los gobiernos municipales, estatales, federales, continentales y todos los que haga falta mencionar por su interés en la seguridad.

Aunque como ocurre usualmente, mientras más seguridad, más fallas encuentras y aún sin proponerlo y sin querer pasarse de listo.

Ingresar a la Expo Guadalajara en donde se ubica toda la operación de los medios de comunicación lleva un proceso de pasar por detectores de metal, sacar de la bolsa hasta el último centavo, mostrar la acreditación, cotejar la foto.

Sin embargo y sin buscarlo comprobé que se puede pasar lo que sea sin problema, pues me dirigía a la salida cuando vi que un compañero venía cargando una enorme caja con libros, para aligerar su carga le dije que me la pasara por arriba de una barrera que está justo a la derecha de todos los policías. Me la entregó y me regresé hacia las oficinas, sin percatarme que justo a un lado de la policía había metido una enorme caja que podía contener cualquier cosa y nadie volteó a ver qué contenía.

Por la noche al regresar al hotel lo que menos esperas es una ardua revisión de la Policía Federal, que te pide vaciar nuevamente tus bolsillos, quitarte hasta las protesis metálicas, si las tuvieras, para que no suene el arco de metal.

La verdad... se agradece que exijan tanto y que se busque la seguridad en este país tan golpeado por la delincuencia organizada.

Sin embargo, lo surrealista es que puedes entregarles una back pack que pesa casi 10 kilos y la pasan por un lado del arco sin siquiera abrirla. Y todavía peor, que mientras a tí te semidesnudan, y te quitan hasta la acreditación de los Juegos porque suena el metal del portagafete, a un lado pase sin problemas una persona mal encarada con chamarra de piel hasta las rodillas y ni siquiera las buenas noches les dice a los cuatro policías federales que seguramente lo piensan invisible porque los únicos sospechosos somos los que estamos hospedados.

MexsportAlentados por su afición, los jóvenes mexicanos conquistaron un nuevo título

MÉXICO -- Lo esperó durante 45 años y finalmente el estadio Azteca estalló de júbilo con la coronación de un equipo mexicano en una Copa Mundial avalada por la FIFA.

Porque fueron casi cinco décadas de evolución, del Cielito Lindo al "Chiquitibum", pasando por el "...utooooooooooooo" y llegando al "fuaaaaaaaaaaaaaaa".

Porque ahora la afición mexicana tiene dos nuevos himnos, el primero que no es precisamente "astutooooooooooo", cuando el portero rival prepara su despeje... el segundo como un grito de guerra para incitar a dar el extra, a sacar sus sentimientos desde lo más profundo, el nuevo "fuuuuuuuuuaaaaaaaaaaa" dado a conocer por etílico personaje que se hizo famoso en youtube y que por cierto es primo de un conocido medallista olímpico de caminata.

Dos gritos, dos arengas en contra y a favor, que la afición mexicana lanzó sin parar el domingo en el Coloso de Santa Úrsula, que un día después escucha sus ecos, esperando el arranque del próximo torneo.

"México campeón del Mundial Sub-17", se escuchó en el sonido local antes de que los jugadores dirigidos por Raúl Gutiérrez subieran a recibir el trofeo.

El Tricolor de los casi niños hacía estallar a un estadio, a una ciudad, a un país ansioso de buenas noticias, de mostrar al mundo que su juventud puede dar satisfacciones y alegrías, no sólo material de nota roja.

En 1966 abrió sus puertas este escenario, diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, y cuatro años más tarde vivió la coronación de Pelé y su scratch du oro, porque la selección mexicana sólo fue comparsa en aquella justa mundialista.

Para el 86 el Azteca volvió a prender sus luces de esperanza, pero esta vez fue Maradona quien brilló para llevar a Argentina al título, mientras el Coloso de Santa Úrsula dejaba escurrir su esperanza de ver la camiseta verde luchar por una corona.

Un pasaje más ligado a FIFA con una poco recordada Copa Mundial Juvenil de 1983, que pasó sin pena ni gloria y terminó con otro título brasileño.

La catedral del fútbol mexicano, el escenario más emblemático, el "gigante" como le llamó Andrés Calamaro en su canción "Estadio Azteca". Pero un gigante que siempre se quedó con la ilusión de reir al último. Hasta este domingo.

El 2-0 fue quizá lo menos importante en un triunfo en donde los números no hacían diferencia. En una tarde en donde todo salió como si alguien muy por encima de la FIFA o la Femexfut hubiera decidido que era el día del Tricolor.

Porque el ser Joseph Blatter, el hombre más poderoso del mundo en lo que a balompié se refiere no es suficiente para blindarte del chiflido, del abucheo de los más de 100 mil aficionados, y menos te protegerá si te acompaña un poco querido Justino Compeán.

Otros prefirieron no ser anunciados en el sonido local, y así evitaron el abucheo que seguramente les esperaba.

No, aquí la mano de FIFA no cambió la historia, no guió los pasos del equipo del Potro Gutiérrez ni influyó para que Julio Gómez fuera considerado el mejor jugador del torneo y se llevara a su casa el Balón de Oro.

Tampoco podría haber influido para que la lluvia aguantara su furia hasta el momento en que había terminado el festejo, y justo en ese momento cayó con fuerza regando el pasto que ahora sí puede cantar que vio a México coronarse.

FIFA designó a México para ser sede de un Mundial, y México le pagó con una gran organización y un merecido campeón con sus "niños héroes", aunque en realidad de aquellos personajes de la historia sólo dos habrían entrado en una selección Sub-17, Vicente Suárez y Francisco Márquez, ambos de 14 años, pues el resto ya pasaban de los 18.

El equipo de Raúl Gutiérrez no defendió un castillo, pero sí un coloso. Y el Azteca se los agradeció porque pese a sus años y a tener el récord de más juegos de un Mundial en su cancha, no conocía el sabor del triunfo azteca.

FIFA se va feliz por el éxito económico y deportivo, quizá el primero sea para ellos el más atractivo. Pero México abre una nueva página de su historia, en la cual sus jóvenes son realidades y ahora falta que los cuiden para que no terminen en un cuarto entre prostitutas.

MÉXICO -- Asegura que jamás está molesto, aunque su gesto lo delate. Pero en realidad Raúl Gutiérrez tiene muchos motivos para sonreir, empezando porque el domingo podría convertirse en el segundo técnico mexicano en levantar un trofeo de campeón en un Mundial FIFA.

Sólo 90 minutos lo separan de alcanzar ese objetivo, 90 minutos y su rival: Uruguay.

Pero Gutiérrez comanda a un grupo de jóvenes mexicanos que han roto paradigmas y han llegado a la final del Mundial Sub-17 con una marca perfecta de seis victorias en línea y el domingo irán por más récords, empezando por la asistencia a la final, con 95,000 aficionados garantizados con boleto pagado, más la gente de palcos, plateas y zona de prensa, que vestirán un estadio Azteca con 114,000 camisetas verdes.

Gutiérrez se concentra en el juego más importante de su vida, una final que espera, "sea un parteaguas, sobre todo para nuestro futbol", comentó la tarde del sábado luego del reconocimiento a la cancha en el estadio Azteca.

El Potro, el mismo que defendió la camiseta verde durante 37 partidos, varios en el Azteca en las eliminatorias mundialistas de 1994 y 1998, ahora practica con sus discípulos la filosofía oriental Kaizen, conocida como el "cambio para mejorar" o el "mejoramiento continuo".

"Desde que tomamos la dirección de este grupo nos planteamos estar acá (&) y en su momento tener la idea clara de buscar un campeonato y todo gracias a los jugadores, a la materia prima, que es lo principal", señaló.

Gutiérrez ha liderado un grupo que pese a ser locales no levantaba muchas expectativas de triunfo. Pero fue ligando triunfos y prendiendo luces de esperanza, hasta convertirse en un fenómeno mediático que el jueves estalló luego de venir de atrás para vencer a Alemania en las semifinales con un gol olímpico y uno más con una chilena de Julio Gómez, quien unos minutos antes había sufrido una fuerte cortada en la cabeza y jugaba con uno enorme vendaje para detenerle el sangrado.

Luego de ese encuentro los medios y en redes sociales han llamado niños héroes a los dirigidos por Gutiérrez, aunque él dice que en su equipo no hay un Juan Escutia ni un Juan de la Barrera, dos de los seis cadetes mexicanos que recuerda la historia mexicana por haber defendido el Castillo de Chapultepec de una invasión estadounidense en 1847, aunque el Potro los ubica 37 años atrás, peleando en la Independencia.

Pero Gutiérrez no será recordado por dictar cátedra de historia, pese a que antes de ser futbolista fue maestro normalista de educación primaria y mejor habla de Gómez, de quien explica que ya le hicieron todos los estudios y podría jugar, "pero con los golpes en la cabeza hay que ser muy precavidos", advierte.

En el duelo ante Uruguay, el Potro no inventará, intentará mantener el mismo planteamiento que le ha dado resultados. Intentará sacar "ese espíritu, esa intención de jugar, de creer en nosotros, estamos buscando un estilo para el fútbol mexicano, de tener siempre la pelota, de tratar de encontrar el arco rival. De tener siempre ese espíritu de combatividad que se debe mostrar cuando se porta un uniforme nacional".

Considerado como uno de los alumnos aventajados del argentino Ricardo La Volpe, el seleccionador mexicano asegura que él mismo es producto de la psicología aplicada, "la empezamos a utilizar desde 1988, imagínate cuánto tiene todo este tema", responde cuando se le pregunta qué tanto ha importado el trabajo mental con su plantel.

Para rematar, sólo promete la entrega total en la máxima catedral del fútbol mexicano, el estadio Azteca, dos veces escenario de una final de Copa Mundial FIFA en donde espera quedarse con todos los records, pues al de asistencia sumará el que jamás un equipo local se coronó.

Aquí no hay secretos.

¿Cómo coronarse? Ganando.

¿Cómo ganar? Con goles.

¿Qué le dice a sus muchachos antes de jugar? Cosas diferentes, no hay que ser repetitivo porque se aburren.

Y a él también le aburre la espera para enfrentar a Uruguay, así que en sus 24 horas antes de salir a la cancha del Azteca descansará, dormirá y se distraerá con videojuegos: "Porque tampoco puede ser futbol a toda hora. También uno como entrenador debe encontrar sus lapsos para dejar de pensar en futbol, de esa forma uno vive y aunque me dicen que siempre parece que estoy enojado, en realidad estoy emocionado, contentísimo, estoy disfrutando al máximo".

Gutiérrez se despide del auditorio del estadio Azteca, pensando que la próxima vez que ocupe esa silla será después de un festejo de 114,000 gargantas y no le queda la menor duda para expresar: "Soy un tipo privilegiado de estar acá".

PACHUCA -- 25 de septiembre de 2005, Estadio Miguel Grau en Piura, Perú. México derrota 3-1 a Costa Rica y un país entero empieza a soñar con un Mundial, aunque sólo era categoría Sub-17, pero finalmente un Tri alcanzaba el anhelado "quinto partido".

Aquella selección llegó más lejos, mucho más, superó el quinto y el sexto, que para sorpresa de todos fue la final ante Brasil, al cual vencieron con goles de Carlos Vela, Omar Esparza y Ever Guzmán y México conquistó su primer y hasta hoy el único campeonato mundial de FIFA.

Este jueves en Pachuca, 60 kilómetros al noreste de la capital mexicana, una nueva selección puso a soñar a un país, aunque esta vez el camino es más largo, pues el tantas veces nombrado "quinto partido" apenas les alcanza para los cuartos de final y el panorama no es nada sencillo, pues el lunes enfrentarán a Francia, uno de los equipos más sólidos, quizá sólo atrás de Alemania, que ha sido la mayor potencia en este torneo y de México, que llega a esta ronda con cinco victorias en línea.

Minuto 1 con 40 segundos, estadio Hidalgo. Tiro de esquina cobrado por Julio Gómez a primer palo, Carlos Fierro estorba a su marcador, se tropieza y la bola se le escapa al arquero Iván Picart. México toma la ventaja y el cielo se cae a pedazos.

Durante todo el día la ciudad de Pachuca ha recibido la intensa lluvia provocada por la depresión tropical Arlene, la primera de la temporada que bañó a la mitad del país. En esta zona central de México la precipitación no perdonó, tanto que las autoridades de FIFA dudaron en arrancar el primer juego de la jornada entre Inglaterra y Argentina, y más tarde también pusieron en duda realizar el México-Panamá.

México domina en el arranque del partido, tiene buen toque para salir con balón controlado, pero también tiene juventud que de pronto provoca que olviden las indicaciones del técnico Raúl Gutiérrez. Panamá empareja el accionar y toma el control en el cierre del primer tiempo, mientras el Tri hace agua en el planteamiento y sólo alcanza a cortar las descolgadas de los centroamericanos.

Segundo tiempo, el ingreso de Marco Bueno por Daniel Hernández cambiaría el rostro del Tri Sub-17. Retoman sin mucho esfuerzo el control de la media cancha, empiezan a tocar el balón como lo han hecho en todo el torneo y Panamá pase a ser sólo defensor y observador, aunque efectivo en su marca.

La lluvia perdona por unos minutos, los aficionados no lo hacen con Iván Picart quien recibe los gritos de "pu______." cuando prepara sus despejes.

Pero el agua sólo dio una tregua, breve, que no sirve para secarse, ni siquiera para escurrir un poco. Regresa la lluvia, impresiona la cortina gris, aunque la cancha sigue intacta, el balón sigue corriendo y en el último minuto del tiempo regular el propio Bueno aparece en el primer palo en el cobro de otro tiro de esquina para marcar el 2-0.

El sonido local estalla, los mojados 15,000 aficionados piensan que valió la pena soportar el temporal de Arlene. Y Raúl Gutiérrez aprieta la mandíbula, pues sabe que son muchos los técnicos de la selección mexicana que habrían querido alcanzar un "quinto partido". Y no, no importa que sea en un Mundial Sub-17, pues cada quien cumple con su labor.

Svein Oddvar, árbitro noruego, compensa casi cinco minutos que en otras condiciones serían eternos, pero hoy da tiempo a bailar en las tribunas mientras la ropa escurre, como escurren las ilusiones panameñas.

Al silbatazo final los aficionados corren, pero no para escapar de la lluvia, sino para formarse en las taquillas. Hoy todos aguantaron estoicos y el lunes esperan repetir sin importar si llueve o truena, pues serán testigos de un pocas veces visto "quinto partido" mexicano en un Mundial, el cual no alcanzaron ni Javier Aguirre, ni Manuel Lapuente, ni Ricardo La Volpe, todos con la selección mayor.

En Pachuca juega una Sub-17 que no tiene ni Chicharitos, ni Márquez, ni Giovanis dos Santos, pero que presenta una nueva generación que de la nada ha puesto a soñar a una afición que espera gritar gol el 10 de julio en el estadio Azteca para iniciar un festejo que no distinguirá edades, pues el color verde de la camiseta es lo único que cuenta.

Jorge Lozano
MexsportLozano intentó, pero no pudo ante Canadá

MÉXICO -- Sí lo sé, la sede de la Copa Davis fue Metepec, aunque el espectáculo hace pensar en Metepé.

Porque bastó un solo jugador canadiense para vencer al equipo mexicano; porque los dos mejores tenistas mexicanos no estuvieron presentes; porque el capitán mexicano hace lo que puede con lo que tiene y busca algo bueno en la derrota; porque en este lugar el internet corre a velocidad de conexión telefónica; porque había más stands con venta de bebidas alcohólicas que artículos deportivos (de hecho no había); porque el público merece mención aparte.

"Oiga mi´jo, pero si ayer me dejaban pasar cada que llegaba... háblele a aquel pelado que me conoce", exigía un hombre de gran sombrero a los elementos de seguridad, para que lo dejaran entrar a mitad del punto con el servicio de Raonic.

Otro aficionado, más "consciente" le exigía que los dejara entrar: "de cuatro en cuatro... y ni cuenta se darán".

Se extrañó el capitalino club Chapultepec, considerado por los puristas la catedral del tenis mexicano, con su estadio pequeño pero en el que han jugado todas las glorias del tenis mexicano. Y sobre todo, con su público que no se pelea con los elementos de seguridad cuando tienen que esperar a que termine el punto para pasar a su sitio, ni intenta entrar el domingo con boletos del viernes.

Pero lo que más se extraña es tener un equipo mexicano triunfador, un equipo que pudiera enfrentarse a los mejores del mundo, como Boris Becker o Jim Courier. Se extrañó tener jugadores como lo era el propio Lozano que era un hombre sólido y muy efectivo sobre todo en el dobles.

La nostalgia aparece cuando se piensa en jugadores como Leo Lavalle, que luego de su brillante trayectoria en juveniles no volvió a destacar en el circuito ATP, pero que cuando llegaba una serie Copa Davis se preparaba de tal forma que era capaz de vencer a cualquiera.

O un Alejandro Hernández, el máximo ganador mexicano en juegos de individuales en la Davis, y ni hablar de los tiempos de Raúl Ramírez.

Ahora la raqueta número uno de México llega con un ranking de 429. Un Daniel Garza que logró el primer punto pero que ante Milos Raonic perdió mas tiempo discutiendo que buscando concentrarse en su juego.

De los primeros sembrados de México, Santiago Fernández está peleado con la Federación y César Ramírez lesionado.

Pero no sólo se extrañó tener buenos tenistas, también hubo nostalgia por tener condiciones para trabajar, pues en este lugar el modem de internet lo conectan en una extensión del conmutador, de acuerdo a lo que dijo el propio jefe de prensa, y cada vez que entraba una llamada al club se caía la red.

Y ni hablar de la seguridad, pues en plena sala de conferencias robaron a un fotógrafo de una agencia internacional y se llevaron un equipo fotográfico valuado en 200,000 pesos.

Después de tres días la Copa Davis en Metepé deja un saldo negativo, el principal, en lo deportivo porque ahora el equipo tricolor a lo único que pueda aspirar es a quedarse en el Grupo Uno de la Zona Americana, que a fin de cuentas es la segunda división.


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