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El vaso medio lleno

BUENOS AIRES -- La campaña de Millonarios no ha sido buena pero tampoco es una catástrofe, hay que entender al hincha que lleva más de un fracaso en los últimos torneos, pero también hay que explicarle razones para que piense que lo hecho por Richard Páez no fue del todo malo.

Después de malos campeonatos, Millonarios debía afrontar un torneo con una responsabilidad impensada: el fantasma del descenso, una presión que sin querer se fueron metieron los jugadores a medida que pasaban las fechas, algo que por ahí el aficionado no lograba entender, pero que era una cruda realidad.

Mientras pasaban y pasaban los partidos este equipo empezaba a acostumbrarse a no ganar, no jugaba del todo mal pero no conseguía los resultados. Salvo el triunfo frente a Cali en la segunda fecha, el equipo alternaba malas y peores en cuanto a los resultados.

Cuando pasaron los clásicos frente a Santa Fe, uno empatado y otro perdido, hubo un quiebre en la campaña, en el rendimiento y sobretodo en los resultados. Millonarios empezó a jugar para sacar resultados, su técnico hizo cambios tácticos que surtieron efecto, hubo jugadores que subieron mucho su nivel caso Estrada y Robayo, las que antes pegaban en el palo esa vez iban adentro, la suerte (que es necesaria) empezó a estar del lado azul y blanco y todo cambió. Fueron pasando las jornadas y el equipo ganaba de visitante, toda una novedad, sacaba los puntos necesarios y de aquel equipo eliminado que andaba por los últimos puestos de la tabla sólo quedaba el recuerdo.

Porque ese nuevo Millonarios, menos vistoso pero más efectivo, seguía invicto y sumaba de a tres, pues de 3 en 3 rinde tanto que llegó a estar a punto de meterse a una fiesta a la cual no lo habían invitado, una fiesta a la que podía llegar pero con ropa prestada. Millonarios volvió a respirar, sus hinchas volvieron a creer, sus números los avalaban, 5 victorias consecutivas, sólo 1 partido perdido de 7 disputados en ese periodo de recuperación, no pueden dar a traste con una casi segura eliminación.

LOS ATENUANTES
Técnico que nunca había dirigido en Colombia, jugadores nuevos, promoción y descenso encima y una hinchada muy exigente, no era fácil para el médico Páez que no hizo una campaña como para estatua pero si por lo menos se ganó el derecho a cumplir su contrato hasta junio de 2011, y no porque es costoso sacarlo sino por convicción al trabajo y a respetar un proceso.

El Millonarios de hoy tiene aire en la camiseta y con 4 o 5 refuerzos y el mismo técnico debe estar peleando el título el próximo semestre, debe estar pensando arriba y no abajo en la tabla, como lo marca la historia, porque esa camiseta con 13 estrellas pesa y mucho.