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Me quedo en Venezuela

Un orgullo: pisar el terreno junto a Antonio Armas, en el entrenamiento de Los Leones de Caracas AP

Qué privilegio poder, a partir de esta primera columna, comunicarme con todos los lectores de ESPNdeportes.

Este receso obligatorio motivado al conflicto entre jugadores y propietarios de equipos de NBA me ha llevado a desarrollar actividades en mi país. En principio debo comentar que jamás pensé que una huelga me beneficiaría en el sentido de encontrar el tiempo para disfrutar de las noblezas de mi país. Prácticamente desde que me fui a estudiar bachillerato (High School) a Estados Unidos no había tenido la oportunidad de estar en Venezuela debido a lo exigente que es el baloncesto colegial.

Durante los primeros días, luego de cumplir compromisos con la Selección Nacional en el preolímpico de Mar del Plata, Argentina, donde logramos un cupo para el repechaje, regresé al país para saldar una deuda con los aficionados de Puerto Cabello, una bella ciudad ubicada en la Costa del Estado Carabobo. Allí teníamos una clínica deportiva antes de partir a Argentina y debimos suspenderla debido a que considerábamos más importante cumplir con la responsabilidad del Preolímpico. Lo más importante fue que la gente lo entendió y apreció la presencia de los que asistimos para compartir con la juventud de ese lugar.

Mientras noto cómo tantos jugadores de la NBA han firmado contratos con equipos del exterior para continuar sus carreras mientras hay paro en Estados Unidos, yo también he estado considerando propuestas de equipos extranjeros que me han expresado sus intereses en mis servicios. Probablemente la más seria y concreta arribó de Israel, del equipo Hapoel con sede en Tel Aviv.

Fue una oferta muy atractiva, debido a que el Hapoel es un equipo muy reconocido en Israel y sabía que deportivamente tendría sus exigencias, sin embargo me decidí por quedarme en Venezuela ya que he venido trabajando en un proyecto de clínicas deportivas que posiblemente me den la oportunidad de enseñar baloncesto a lo largo de todo el territorio nacional.

Es una iniciativa que requerirá del apoyo de todos en Venezuela, del gobierno nacional y de las empresas privadas y he allí su dificultad. Estoy convencido de que a través del esfuerzo que realiza todo mi equipo de trabajo lograré llegar a muchas de esas canchas de básquet de mi país y podré contarles a cada uno de esos niños que sueñan con triunfar, que "Sí se puede" alcanzar las metas, aunque para hacerlo deben sacrificarse mucho.

Con respecto a la Selección Nacional de Venezuela he realizado una campaña muy directa al gobierno nacional y a la Federación Venezolana de Baloncesto para que nuestro equipo cuente con un complejo deportivo propio. He explicado las ventajas que ofrece un gimnasio exclusivo para nuestro quinteto. Es obvio que andar solicitando canchas donde practicar es negativo en todo sentido. Es urgente que se nos ofrezca un gimnasio en condiciones favorables, modernas, en buen estado. Espero que nuestras autoridades escuchen este llamado de los jugadores e inicien la construcción de un complejo deportivo para la Selección Nacional de Baloncesto.

No quiero despedirme sin compartir con los lectores la experiencia de haber sido invitado a un entrenamiento del equipo de beisbol Leones del Caracas. Qué orgullo pisar un terreno al lado del legendario jonronero venezolano Antonio Armas...