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La historia de una kazaja y un argentino

Yaroslava Shvedova y su entrenador Emiliano Redondi. Buscan que ella recupere su ránking de antaño ESPNdeportes.com

MÉXICO -- Hace poco más de un año, en enero de 2011, Yaroslava Shvedova estaba internada en un hospital de Australia, lista para que repararan los meniscos de su rodilla izquierda. A los 23 años, su ascendente carrera profesional se topaba contra una pared. Y la número 39 del ranking mundial se iba a ver forzada a recorrer un camino distinto al que había imaginado.

Ese 6 de enero, la operación resultó un éxito. Pero el inmediato regreso al circuito se convirtió en un suceso de golpes al ánimo de la kazaja. Sus ganas de regresar no iban de la mano con la lenta respuesta de su rodilla. Slava pasó 6 meses sin poder ganar 2 partidos seguidos. Entre febrero y agosto del año pasado, obtuvo apenas 4 triunfos contra 14 derrotas en torneos WTA. Y de la posición 29 que llegó a ocupar en junio de 2010, la rusa de nacimiento se desbarrancó hasta el 257 del ranking mundial.

A eso se le llama tocar fondo.

Ahora, 14 meses después de aquella operación, el tenis de Shvedova vuelve a vivir. Y con ayuda latina. Desde septiembre del año pasado, la campeona de Wimbledon y el US Open 2010 en dobles es entrenada por el argentino Emiliano Redondi, compañero de giras junior de Coria y Nalbandian a fines de los '90, y recientemente coach del correntino Leonardo Mayer.

La europea y el sudamericano se han embarcado en un largo viaje de regreso al top-50 del WTA Tour. El pasado domingo, tocaron tierra firme. Por primera vez desde 2008, Shvedova se alzó con un título de singles. Fue en el ITF Women's Circuit de Poza Rica (México), un torneo de 25 mil dólares en premios, considerado "pequeño" para una jugadora que en los últimos 3 años se había acostumbrado a competir en los cuatro Grand Slams y a codearse con las mejores.

Pero así son las reglas del tenis. Para volver a subir, hay que bajar.

"Cuando comenzamos a trabajar, el planteo fue recuperar su juego. Alguien que fue 29 no se olvida de jugar al tenis. Pero debía volver a aprender qué tenía que hacer en la cancha. Y una vez que lo hiciera y estuviera contenta, recobraría el ranking", explica Redondi. quien fue elegido por Shvedova de una lista de candidatos que le acercó su manager, la sudafricana Lyn Ryman, en el US Open del año pasado.

El debut del tándem entrenador/pupila se dio en septiembre de 2011, durante una gira por Asia. "En ese viaje me gustó cómo trabajamos, y lo que Emiliano me decía. Sus conceptos de táctica. Y lo positivo que es", le contó Shvedova a ESPNDeportes.com. Y desde aquella experiencia, Slava y Redondi iniciaron el camino conjunto de la recuperación.

En diciembre, la kazaja se instaló en Buenos Aires para realizar la pretemporada. Emiliano le consiguió un departamento en el barrio de Las Cañitas, y puso a disposición de Shvedova un equipo de trabajo que incluyó preparador físico (Mariano Gaute), kinesióloga (Adriana Forti) y médico (Enrique Prada). Todos los días, Slava se subía a una bicicleta y recorría los 5 kilómetros entre su hogar porteño y los courts del Centro Asturiano, en la zona de Vicente López, para continuar con su preparación. El objetivo: "Recuperar mi juego. Y mi espíritu competitivo", dice ella.

"Entrenar a una jugadora de Europa del Este es una experiencia", cuenta Emiliano. "Las reacciones son otras, al igual que la manera de vivir y de pensar. Hay que conocerle la cara para saber cómo está. Pero ella quiere incorporar algo del lado emocional del latino. Quiere interpretar el juego como parte del estado de ánimo, y no solo como el simple acto de pegar una derecha o un revés".

Con esa premisa, Shvedoda y Redondi iniciaron un 2012 hasta ahora intenso. En el Abierto de Australia, Slava perdió en la 1ra ronda de clasificación en singles pero llegó a los 4tos de final en dobles, junto a su compañera Vania King. De allí viajó a China, donde jugó 6 partidos de la Zona Asiática de Fed Cup. La siguiente parada fue el WTA de Bogotá, Colombia, donde sorteó la qualy y llegó hasta 4tos de final. Perdió un viernes, viajó toda una noche hacia México, y cuando llegó a Monterrey para jugar la clasificación, se encontró con una sorpresa.

Serena Williams le había hecho un regalo.

"Monterrey siempre fue un lugar especial para mí, porque allí había ganado mi último torneo", cuenta Slava, refiriéndose al Women's Circuit que conquistó en 2008. "Al ser kazaja, siempre es difícil tramitar las visas para ir a otros países. Recuerdo que ese año me dieron el permiso de viaje en New York, un día antes de tomarme el avión". Le fue muy bien. Ni siquiera el hecho de no tener un hitting partner antes de la final, y verse obligada a calentar sola en un frontón, le impidió ganar. Y el recuerdo que dejó terminaría ayudándola: cuando Williams se retiró de la edición 2012 del certamen mexicano y liberó un wild card, los organizadores decidieron dárselo a Shvedova. "Cuando me lo dijeron, fui y abracé al director del torneo", cuenta Slava.

Los 4tos de final en Bogotá,y los 8vos en Monterrey le permitieron a Shvedova trepar 46 posiciones en apenas dos semanas. Pasó del 206 al 170 del ranking mundial. Pero en Acapulco, ya a fines de febrero, la seguidilla de viajes y partidos repercutió en su cuerpo: un tirón en el muslo izquierdo la obligó a retirarse en la 3ra ronda de clasificación. "Nada grave", dijo Redondi en ese momento. Y el maratón continuó su marcha. Siguientes paradas: Irapuato y Poza Rica, en una recorrida por el interior mexicano.

"No es fácil volver a jugar torneos chicos cuando uno estuvo allá arriba", cuenta Redondi, quien hizo esta gira junto a su esposa Micaela y su hijo Ezequiel, de un año y medio. Junto a Shvedova, los cuatro viajaron 8 horas en bus desde Acapulco a Irapuato. "Slava mostró una gran humildad. Las condiciones no son las mismas que en torneos WTA. Pero cuando lo hablé con ella, me dijo: ¿Sabes lo que era Rusia en la época del comunismo?. Eso indica que no se olvida de dónde viene".

En Irapuato, Shvedova quedó a un paso del título. Perdió en la final frente a la holandesa Kiki Bertens, tras haber sufrido problemas estomacales (lo que aquí se conoce comúnmente como "La Maldición de Moctezuma"). Luego, viajó 7 horas en auto, desde el Bajío mexicano hasta cerca de las costas del Golfo de México. Y ya en Poza Rica, nadie la detuvo. Apenas cedió un set en 5 partidos. Y volvió a sentir la emoción de ser la mejor. Aún en un certamen sin el glamour del circuito grande.

"En este momento sus Grand Slams eran Irapuato y Poza Rica. Había que jugarlos a full. El proceso de regresar luego de una lesión no es nada fácil. Todavía estamos lejos de lo que ella fue. Pero buscamos hacer una mejor base y crecer aún más", explica Redondi.

Los resultados comienzan a llegar. Poco a poco Yaroslava Shvedova, hoy 148 del mundo, inicia su viaje de regreso al lote de las mejores 40 del planeta. Su progreso reafirma los motivos por los cuales cada vez más jugadores de nivel eligen coaches argentinos. "Los tenistas extranjeros han visto nuestra manera de entrenar", dice Redondi. "Y entendieron que vale la pena probarla. Los resultados no son casualidad. Acá se hace un trabajo integral, y hay una manera de trabajar en equipo".

En equipo, Slava y Emi emprendieron el domingo su más reciente viaje: casi un dìa para dejar atrás el estado de Veracruz por tierra (5 horas de viaje por rutas complicadas), el territorio mexicano en avión (luego de un stop de 4 horas en hotel de aeropuerto), y llegar a Miami, donde Shvedova competirá en dobles junto a su compatriota Galina Voskoboeva. Con ella formará pareja en Londres 2012.

"Pero mi objetivo es alcanzar el top 60 o 70 para clasificar en singles a los Juegos Olímpicos", cuenta Shvedova. Para lograrlo, @slavasays seguirá con su aventura alrededor del mundo. La rodilla que hace 14 meses lucía así, ahora está sana. Su juego poderoso y ofensivo comienza a carburar. Y la historia tenística compartida con su coach promete más sonrisas. Y más fresas con crema de premio.