<
>

De la euforia al canguelo

MADRID -- Hay Liga. Hace dos meses decíamos que parecía impensable que el Real Madrid no fuese campeón. Ahora la cosa ha cambiado. Los merengues se han dejado cuatro puntos en tres días y el Barcelona está a seis. La ventaja sigue siendo sustancial. Cualquier madridista hubiese firmado estar así cuando empezó el campeonato. Sin embargo, viendo el transcurrir de la competición esta distancia empieza a estar al borde de lo alarmante. El Real Madrid ha pasado de la euforia al canguelo. O sea, a tener miedo. El primero que transmite ese cerote es Mourinho con sus planteamientos.

El DT dispuso una alineación que chirriaba por lo cagona y conservadora que era contra el Villarreal, cuarto por abajo. Mourinho acometió el partido ante el Villarreal como si de una final se tratase. Máxima prudencia de inicio, blindó al equipo con la inclusión de dos segadores de primer nivel: Lass Diarra y Sami Khedira. Planteamiento timorato que puso en jaque a sus jugadores. El mensaje era claro: cuidado que viene el Barça recortando puntos. Y eso fue lo que se reflejó en el campo. Poca fluidez, lfalta de ritmo, cada uno haciendo la guerra por su cuenta y atrás más fallos de la cuenta. Ni Casillas se salvó porque un error suyo propicio el empate.

A la mínima que hay algún problema físico o que el portugués ve un rival de entidad siempre blinda el centro del campo con tres mediocampistas defensivos y cuenta con que los tres de arriba resuelvan con alguna genialidad o bien lleguen los goles por la vía de la estrategia.

El problema de esto es que se renuncia al fútbol. No hay creación por ningún lado. Con Khedira, Lass y Xabi Alonso es imposible que el Real Madrid juegue bien. Otra cosa es si pusiera a Granero o Sahin ¿cuándo vamos a poder verle para saber si es bueno, malo o regular? Pero no. Mou prefiere guerreros a arquitectos, los jugones no le gustan casi y como prueba que tras lesionarse Callejón en vez de meter a Higuaín o Kaká sacó a Altintop por duro que suene.

Sin empargo, lo peor de Mourinho no fueron sus decisiones tácticas. El empate del Villarreal le sumió en la desesperación y decidió quemar todas las naves. Su ayudante se fue a la calle. Luego fue el propio Mourinho el que no acabó el partido en el banquillo. Tanta tensión se trasladó a los jugadores, que se convirtieron en gladiadores: Ramos y Ozil vieron la tarjeta roja. Pepe acabó el partido, pero insultó gravemente al árbitro en el túnel de vestuarios. Total, cinco expulsados y un empate. Todo gracias a Mourinho.

Al terminar el partido Mourinho ordenó que no iba a hablar nadie con los medios de comunicación en un comportamiento, nuevamente, cobarde y despreciable hacía el club. Todo esto porque entiende que el árbitro les perjudicó. No le crean, no le compren ese argumento. Si a alguien benefició el colegiado -estuvo mal, es verdad- fue al Real Madrid porque Arbeloa hizo dos penales clarísimos y perdonó la expulsión a Lass. Luego que sacó algunas tarjetas amarillas que no eran para los madridistas, sí. Pero lo grave de verdad fue en contra de los amarillos.

Se imaginan hace unas semanas a Sandoval, técnico del Rayo, por ejemplo, no hablando con los medios de comunicación después de que jugó con el Real Madrid porque el colegiado no le pitó un penal escandaloso, perdonó la roja por codazo de Sergio Ramos, expulsó a un jugador de su equipo por una entrada que no era ni falta...

Y mientras en Madrid se han encendido las luces de alarma en Barcelona cada día hay más rayos de luz para la esperanza. Podemos es el mensaje. Aunque Guardiola lo que más importancia da, más allá haber reducido la distancia, es que el equipo está recuperando sensaciones. Las victorias están llegando acompañadas del buen juego y Pep sabe que a través del fútbol los resultados llegarán.

Las cuentas para ganar la Liga del barcelonismo están claras: hay que ganarlo todo de aquí a final de Liga (de local a Getafe, Real Madrid, Málaga y Espanyol; como visitante a Mallorca, Zaragoza, Levante, Rayo Vallecano y Betis). Sumando esos 30 puntos los culés confían que el Real Madrid pinchará más veces. Primero contra ellos en el Camp Nou y después en algunas de las salidas que tienen contra Osasuna, Atlético de Madrid y Athletic. ¿Le servirán al Real Madrid los seis puntos para ser campeón o podrá remontar el Barcelona?