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A prueba la coexistencia de Amare y Melo

Deben aprender a convivir por el bien de los Knicks Getty Images

Los New York Knicks se pusieron a centímetros de llegar a la clasificación de la NBA por segunda temporada consecutiva sin haber lanzado un solo disparo al canasto este jueves, gracias a la derrota 118-109 de los Milwaukee Bucks ante los Indianas Pacers.

Este logro lo van a conseguir en una temporada incierta, llena de altas y bajas, y también sin que la combinación Amare Stoudemire-Carmelo Anthony haya funcionado. Ese era el plan principal a largo plazo de la dirigencia neoyorquina, pero el bajo rendimiento de uno y del otro, las lesiones, hicieron posible que no se diera.

Cada uno ha tomado las riendas del equipo por separado en momentos en que ambos estuvieron lesionados. Amare junto a Jeremy Lin subieron a los Knicks en ausencia de Anthony. Ahora es el momento de Melo tras las lesiones del ala-pívot y el armador de origen taiwanés.

Pero este viernes vuelve Stoudemire a la acción ante los Cleveland Cavaliers tras perderse 13 partidos por una lesión en la espalda, y de repente surge preguntas obligadas: ¿Finalmente va a funcionar la combinación Stoudemire-Anthony? ¿Qué tanto puede aportar Stoudemire en la cancha con Carmelo como líder?

Está de más de mencionar que el combo Anthony-Stoudemire o Stoudemire-Anthony, como lo quieran poner, no termina de arrancar desde que Carmelo llegó a Nueva York hace un año. La coexistencia no se ha podido materializar. Es posible que se dé bajo la nueva dinámica del entrenador interino Mike Woodson, pero que se concrete en apenas cuatro partidos antes de la postemporada eso es casi una utopía.

Los Knicks han jugado más que bien csin la presencia de Stoudemire, con marca de 9-4, y con un Anthony inspirado en toda su dimensión. El equipo ha sabido mantenerse a flote sin su jugador de 100 millones de dólares, y lo mismo sucedió cuando Carmelo se perdió unos 12 partidos entre febrero y marzo.

Para un entrenador con la mentalidad defensiva de Woodson siempre es bueno contar con un jugador como Stoudemire, con presencia debajo de los tableros y con potencial ofensivo, y es por eso que debe plantear una estrategia para sacarle el mejor provecho a este y Anthony, quien sin lugar a duda se siente más cómodo jugando en su sistema.

Algo tiene que hacer el entrenador de los Knickerbockers, eso es seguro. Una de las posibles soluciones es limitar el tiempo de jugar juntos en la cancha de las dos superestrellas, y la mejor forma de hacerlo es dejando al Stoudemire fuera de la alineación titular.

Anthony está en racha ofensiva, promediando 30 puntos por juego, y se entiende a la perfección con Iman Shumpert y el jugador de segundo año Landry Fields como sus cómplices en el tabloncillo.

Otras estrellas como el argentino Manu Ginobili, de San Antonio Spurs, y James Harden, del Oklahoma Thunder, han acogido con gracia y altura este rol, al igual que el alero Ray Allen, de los Boston Celtics. Todos siguen siendo superestrellas en sus respectivos equipos y los resultados han sido más que buenos.

Esto ayudaría a Woodson a limitar de 25 a 30 minutos del ex jugador estrella de los Phoenix Suns y poner menos carga su lastimada espalda. También minimizaría el tiempo que él y Melo estén en la cancha juntos y darle a Stoudemire el chance de tomar el mando ofensivo mientras el otro descansa.

Eso es una sabia posibilidad. Pero, porque siempre hay un "pero" de por medio, hay que ver si Stoudemire se traga su orgullo y accede a este planteamiento. Es casi seguro es que Anthony siga siendo el arma ofensiva del equipo y que juegue 40 minutos en la primera ronda de los playoffs.

Su presencia es importante y Nueva York se fortalece con él, y es por eso que Woodson debe acomodar a una de sus estrellas sin herir el sentimiento de la otra. ¡Nada fácil!