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A Mourinho no le gusta el balón

Cristiano se prepara para una nueva temporada EFE

MADRID --
Ni los más viejos del lugar recordaban un ambiente similar en el coliseo blanco. El Santiago Bernabéu era una olla a presión, un espectáculo sonoro, justo lo que el Real Madrid y Mourinho habían pedido durante toda la semana. Ese escenario ideal duró apenas quince minutos: los que tardó Mourinho en ordenar el repliegue del equipo y apagar la llama del público. Los dos goles de Cristiano al cuarto de hora ya le parecieron una ventaja suficiente. No tuvo en cuenta la debilidad que estaba demostrando el Bayern como ya pasó en la ida. Y lo pagó.

Los alemanes soltaron los nervios iniciales y pasaron a controlar el juego gracias a sus centrocampistas. Kroos, Schweinsteiger y Luiz Gustavo tocaban y tocaban ante Khedira (pone mucho empeño y corre, pero en este club si luego no se sabe que hacer con la pelota en los pies no se puede jugar) y Xabi Alonso, que solo podían correr detrás del balón. Que nadie se engañe, era lo que quería Mourinho: ventaja en el marcador y contragolpes, su estilo de juego preferido. Del balón no quiere saber nada excepto en los metros finales. El problema es que los jugadores estaban agotados tras el clásico con el Barça y aturdidos por los cambios de guión de su líder. El Bayern se hizo con el partido y con el control de la eliminatoria tras el gol de penalti de Robben. A partir de ahí jugó con el Real Madrid a quien tuvo a su merced. Suerte tuvo el Madrid de llegar a la tanda de penaltis, porque mereció perder antes.

Al igual que Mourinho, algunos jugadores también quedaron señalados. Especialmente Kaká, futbolista con cartel de estrella que está muy lejos de serlo. Cada giro, cada sprint, parecía una eternidad. No está para las grandes batallas. Y eso ya es algo que sabe el Real Madrid, que ya le ha dado a entender que en verano quieren venderlo.

Mourinho, por supuesto, no asumió ni un ápice de culpa tras la eliminación. Acusó al calendario, se escudó en la mala suerte y apuntó a la frialdad del público. De su planteamiento reservón, de su obsesión por cuidar la portería, ni una palabra. Ganará la Liga gracias a la producción ofensiva de sus delanteros, especialmente de un agigantado Cristiano, pero el primer rival poderoso que se le ha cruzado en Champions lo ha mandado a la lona. Mourinho confirmó que seguirá el año que viene. Mala noticia para los madridistas que pretenden ver a su equipo jugando al fútbol. Aunque igual le da por fichar centrocampistas que les guste tratar bien el balón y vemos otra cosa diferente. Claro que si luego no los pone, como es el caso de Sahin, mejor que siga confiando en las contras.