<
>

La emoción de la previa

CRACOVIA -- Aquí en Varsovia este viernes empieza, finalmente, la EURO 2012. Realmente no veo la hora, porque un evento como este se espera con tanta ansia que los días previos al inicio parecen no pasar nunca.

El partido inaugural enfrentará Polonia a Grecia, a las 18 hora local. Uno de los dos anfitriones recibirá a uno de los últimos campeones europeos. Un match importante, tanto por ser el de inauguración, con su relativo significado simbólico y de imagen, como en la economía del Grupo A, puesto que con mucha probabilidad una derrota podría significar para ambos la consecuente eliminación.

Hace ya cinco días que estoy aquí y hablé mucho de fútbol con los polacos, entre alguna palabra de inglés, alguna otra de italiano y muchos gestos de manos y caras. Todos ellos están convencidos que su selección empezará con un triunfo y que logrará pasar el turno.

El hecho, en efecto, no luce inalcanzable: tres puntos contra Grecia, equipo contra el cual los rojo y blancos disponen de un historial positivo, con tres ganados y uno perdido a nivel de enfrentamientos oficiales, ya los pondría más o menos a un triunfo del pase del turno, con la ventaja de jugar siempre en casa y siempre en la misma cancha.

Así, será un día determinante, con toda probabilidad, para Polonia y Grecia, especialmente para el anfitrión y toda su gente, así como será muy importante también para todos nosotros, que podremos empezar a gozar fútbol de una buena vez por todas.
Ver algo de juego será sin dudas un alivio, pero no estaré del todo satisfecho hasta el próximo domingo 10 de junio, cuando se jugará el debut de Italia, el match que más estoy esperando, como les será fácil imaginar.

La Azzurra, como todos ya saben, en el primer match de la máxima competición europea para seleccionados se enfrentará a España, campeón europeo y campeón del mundo en carga. Será sin dudas un partidazo, que nos dirá mucho de lo que será el destino del Grupo C, pero aún más de como llegan ambos cuadros a esta Eurocopa.

A esta altura la parte rica de los entrenamientos ya no la podemos ver más, puesto que a la prensa se le permiten apenas 15 minutos de calentamiento nomás. Así, para imaginarnos como llegará el equipo debemos repasar cuanto hecho hasta el momento.

Físicamente hablando, el equipo, como les contaba dos días atrás, no luce particularmente brillante y, sobre todo, el plantel en ese aspecto se ve muy regular, es decir con pocos jugadores con diferencia de velocidad y con cambio de paso respecto a los demás.

Al mismo tiempo, con el sólo calentamiento pude notar como Montolivo esté levantando y como se lo "mima" y cuida a Pirlo, sin dudas la mejor estrella en este momento del cuadro.

También saqué algunas indicaciones respecto a los once iniciales. Mi impresión es que Prandelli esté orientado en jugar 3-5-2. Realmente no creo que le guste la idea, pero estoy casi convencido que intentará ese rumbo para ver si el equipo, de esa manera, logrará reencontrar el equilibro perdido.

Quedan aún tres días y, en ese tiempo, puede pasar de todo. Por ejemplo, Diamanti no luce poder ser un titular en este equipo, pero el muchacho tiene muchas ganas y encajó bárbaro en el grupo (creo que su simpatía le haya valido este viaje) y, si logrará demostrar algo importante antes del domingo, quizás que el entrenador no cambie repentinamente idea y que lo ponga desde el comienzo.

Creo que será mucho más fácil verlo ingresar desde el banco, pero en este momento para Prandelli, como dicho, la palabra clave es equilibrio y, en nombre de ese concepto, podría tomar hasta la decisión más inesperada, si algo o alguien le dará alguna indicación positiva en ese sentido.

Obviamente, no se puso definitivamente a lado la ideal del 4-3-1-2, si bien en este momento se la toma menos en consideración por una serie de motivaciones: primero, el técnico no le tiene plena confianza a Balzaretti, el único verdadero marcador de punta izquierdo. Después, hay que considerar que Thiago Motta no está rindiendo bien y que Montolivo desilusionó mucho las últimas veces jugando de enganche. Así, a parte Diamanti, la única alternativa entre líneas luce ser Cassano, quien no es un verdadero diez (sin olvidarse que Prandelli lo quiere jugando más arriba).

Al mismo tiempo, por cuanto todos los protagonistas que hablaron dijeron que el equipo debe pensar sólo en sí mismo, no me cabe ninguna dudas de que Prandelli tomará sus decisiones también teniendo en consideración el juego y las características de España, equipo peligroso y muy fuerte en mantener el balón, que jugando con dos hombres entre líneas podría molestar muchísimo a una defensa con tres hombres. En ese sentido podría ser que Italia termine jugando 4-3-1-2.

Veremos lo que pasará. En mientras, gracias al cielo, ésta será la última noche sin fútbol jugado. Desde el viernes, todas nuestras consideraciones seguirán siendo sólo palabras, pero sarán suportadas por la mágica belleza de un balón que rueda sobre un césped.