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Los sueños cumplidos

Jordi Alba festejó en la concentración su fichaje para el Barcelona EFE

KIEV -- Aunque el suyo era un fichaje anunciado a voces, Jordi Alba recibió la confirmación de su traspaso al Barcelona en Kiev. Los representantes del jugador contactaron a media mañana con los padres del futbolista, que siguen el torneo in situ, para darles la buena nueva. Y con ellos, durante el almuerzo, celebró el zaguero el acceso a la final del torneo y su tan ansiada vuelta al Barça, donde desarrolló gran parte de su etapa formativa.

En tan solo un mes, el menudo futbolista hospitalense ha visto como su vida profesional daba un vuelco. Destacado por todos como uno de los mejores jugadores de España en esta Eurocopa, el lateral regresa al club que lo vio crecer con la ilusión del niño que llegó a la entidad con sólo ocho años. En este sentido, no se pierdan, si pueden, una imagen curiosa que la televisión catalana ha recuperado estos días de sus archivos; en ella, se ve a Jordi Alba con cara de pillo, ataviado con el uniforme azulgrana de pies a cabeza, y poniendo junto al que fuera presidente del club, Joan Gaspart, la primera piedra de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, allá por el año 2000, donde ahora se entrena cada día el conjunto azulgrana.

Reconvertido en lateral por Unai Emery, ex técnico del Valencia, Alba, con alma de atacante, destaca por su velocidad, técnica e inteligencia táctica. Finalmente, el Barcelona paga por él 14 millones de euros porque el club levantino no aceptó recibir una parte del traspaso en variables (la primera oferta del Barcelona era de 12,5 millones fijos, más 2,5 variables, condicionados por los títulos logrados y la participación de Alba en el equipo).

Aunque el Barça pensaba ser paciente con el lateral, sobre quien la dirección deportiva culé había puesto el ojo hace ya un tiempo, la baja de Abidal obligaba a reforzar ya la zaga azulgrana por el costado izquierdo, donde Adriano disputó los últimos partidos del curso. Probablemente, si Abidal estuviera bien, Tito Vilanova hubiese aceptado aplazar un año la llegada al Camp Nou de Jordi Alba, que terminaba contrato con el Valencia en 2013, pero las cosas se torcieron para el francés.

En los últimos días, cuestionado tras cada partido de España por su vuelta al Barcelona, Jordi Alba se mostraba prudente. Eso sí, por debajo del bigote se le insinuaba la sonrisa. Ahora ya no le valdrá el tópico: "no sé nada" con que nos despachaba en la zona de entrevistas de Gdansk.

El Barcelona refuerza su defensa con un JASP (joven aunque sobradamente preparado). Sellada la llegada de Alba, la dirección deportiva de la entidad centra sus esfuerzos en el fichaje de un central.