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A España no le pesa el palmarés

En la fase de grupos empataron en uno AP

KIEV -- Cada vez que se le pregunta a Xavi Hernández por cómo anda de hambre (en el sentido figurado, claro, en referencia a la sed de victoria de un tipo que ya ha conquistado todos los títulos habidos y por haber en la disciplina que practica), el centrocampista se refiere a Roger Federer y Tiger Woods. Para el futbolista catalán, Federer y Woods son un ejemplo, y su trayectoria, la forma más fácil de explicar que el deportista no se cansa de ganar, como algunos creen, que a pesar de su brillante palmarés él no juega saciado.

Pues así afronta la selección española la final de la Eurocopa, con la teoría de Xavi bien interiorizada. El combinado que dirige Vicente del Bosque defiende que pase lo que pase ante Italia, el suyo es un grupo que ya ha hecho historia. Pero no por eso se conforma con haber alcanzado la final. España llega a Kiev decidida a competir, una vez más.

Desde la humildad, la selección española quiere más y se permite administrar la experiencia y el cartel sólo para gestionar los partidos, como ha hecho hasta el momento en Polonia y Ucrania. Curiosamente, los jugadores de La Roja reconocen que ante Italia, en el primer duelo de España en la Eurocopa y el único en que Casillas ha encajado un gol más allá de los penaltis, firmaron su mejor actuación particular en el campeonato.

Tras el empate con el conjunto transalpino, el plantel de Del Bosque observó perplejo las primera críticas a su juego. Creen que justo ese día, no las merecían, y, sobre todo, que el entorno no calibró bien las cualidades del rival. Por eso, más allá de la eliminación de Alemania, la trayectoria de la selección italiana hasta Kiev no ha pillado por sorpresa a los internacionales españoles, que, en principio, se enfrentan ahora a una Italia un tanto distinta a la que se midieron en Gdansk hace apenas tres semanas.

Mientras Del Bosque mantine la incógnita de si la campeona defenderá su trono con un delantero clásico en el once o bien con un falso 9, Prandelli desveló ayer que esta vez no ordenará a su equipo con tres centrales, como hizo en su debut en el campeonato, cuando retrasó a De Rossi del mediocentro a la zaga.

Cree el seleccionador de la azzurra que a España hay que ponerle problemas en el medio campo y para ello, anuncia que llenará la medular. "Un equipo que tiene a Pirlo, Marchisio y Montolivio es que tiene la idea de jugar a fútbol", advierte Del Bosque sobre su rival.

Veremos, porque más allá de la aportación de Pirlo, Italia hizo daño a España por fuera, por donde Maggio, por ejemplo, causó más problemas a Jordi Alba que el resto de carrileros o extremos del campeonato.

Desde las gradas del Olímpico de Kiev los aficionados podrán disfrutar también de algunos duelos individuales, aunque no directos, maravillosos: qué mejor auto homenaje se podían dar Buffon, Casillas, Xavi y Pirlo que disputar otra final de un gran torneo.

Según estima la Federación Española, unos 11.000 hinchas de La Roja podrán disfrutar in situ de las paradas de dos de los mejores porteros de Europa de la última década y de la dirección de dos hombres con un don especial para descifrar el juego. Luego, los italianos confiarán en el anárquico talento de Ballotelli y los españoles, en la magia y sabiduría de Iniesta, en la ambición de Cesc o en la profundidad de Torres. Porque lo que más le ha costado a La Roja en este torneo es acompasar la amplitud de su juego con la profundidad necesaria para encarar la portería rival.

Sinceramente, la final de hoy me gusta, porque a pocas horas para la conclusión de la Euro2012, entre los recuerdos no futbolísticos que me llevaré a casa de este campeonato, estarán los ojos brillantes de Cesare Prandelli la víspera del debut de Italia en Gdansk. En la rueda de previa al partido frente a España, Prandelli, de tez bronceada y pelo cuidadosamente engominado, confesó que esa noche no había dormido, presa de los nervios y la ilusión de tan comprometido debut. Ese espíritu del que no ha perdido del todo el alma amateur del deporte, como Xavi, que sigue queriendo competir a pesar de que los tendondes de Aquiles lo martirizan cada vez que se calza las botas, me entusiamó. Será que los ilusos contectamos.