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Una mañana en la Villa Olímpica

LONDRES -- Imágenes de un lunes cualquiera en las puertas de la Villa Olímpica. Aquí van, con fotos incluidas:

• La tenista británica Laura Robson está a unos pasos de las escaleras mecánicas que conducen al centro comercial Westfield. Ayer se colgó la medalla de plata en el doble mixto, junto a Andy Murray. Y hoy prepara su día de relax: un ejecutivo de adidas le trajo boletos para la sesión nocturna en el Estadio Olímpico, y ella ya disfruta por anticipado.

• El tránsito de nombres conocidos que entran y salen es incesante. Horas después de haber ganado la plata en los 400 metros, la local Christine Ohuruogu camina sola. Sus trenzas siguen intactas. Los clavadistas mexicanos Daniel Islas y Yahel Castillo regresan a la Zona Internacional (un espacio en el cual los atletas comparten escena con periodistas), pensando ya en su competencia de esta noche en el trampolín de 3 metros.
La alemana Sabine Lisicki se apura para no perder el transporte que la llevará al centro de la ciudad. Luego de 9 días de competencia, todos se mueven a su propio ritmo. Ya no miran quién está a su lado. Ya son todos partes de un mismo pequeño mundo.

• En la entrada a la Villa, se forma una pequeña fila de atletas que esperan pasar el control de seguridad. Todos ellos aguardan en orden. Parados. Con la sola excepción de Mariana Pajón: la colombiana, que fue abanderada de su país en la ceremonia inaugural, llega montada a su bici BMX blanca y negra. "Compito el miércoles y viernes", cuenta la chica que casi nunca camina, y casi siempre pedalea.

• Martín Jaite y Mariano Zabaleta, capitán y asistente del equipo argentino de tenis, aparecen con caras de cansados. Anoche fue tiempo de festejar del bronce olímpico conseguido por Juan Martín Del Potro. Y hoy por la tarde llegará el momento de partir. Exhaustos, pero contentos.

• Parte del equipo femenino de hockey sobre césped de Nueva Zelanda pide ayuda: ¿cómo ir a Picadilly Circus desde aquí? Con sorpresa, se enteran de que tienen vehículos BMW a su disposición, con chofer. Basta que se acerquen a los carteles que dicen T1, T2 o T3 y lo pidan. "Tu credencial te lo permite, ¿no lo sabías?", le dice un voluntario a una de las jugadoras. "Pero es mejor que tomen el subte, la línea Jubilee, y llegarán más rápido", asiste otra persona de la organización. Viajar en una nave o en metro, esa es la cuestión.

• Dicen que hoy hubo estampida en la Villa. Y las consecuencias se ven ahora: decenas de atletas regresan a su alojamiento olímpico con bolsas negras, rojas y con el logo de Beats, los audífonos más cool de la actualidad. Esta empresa está regalando auriculares a quienes se acerquen a su tienda. Y muchos se han tomado la molestia de recorrer 10 estaciones del London Tube, hacer un cambio de línea y luego caminar, a cambio de conseguirlos. Sin pagar los cientos de libras que cuestan. "Las cubanas nos avisaron", dice una atleta colombiana, mientras le explica a una compañera, mapa en mano, cómo llegar a la tierra prometida.

• Y para terminar, el sudafricano Oscar Pistorius nunca apareció. La entrevista con ESPN fue postergarda una vez, postergada una vez más, y luego cancelada. A cambio, hubo tiempo para sentarse y ver el Planeta Olímpico pasar. Al menos por un par de horas.