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Una serie divertida e insólita entre Rojos y Gigantes

Pablo Sandoval ha sido uno de los puntales de la ofensiva de SF, que logró empatar la serie. Andrew Weber/US PRESSWIRE

Ha sido una serie extraña entre los Gigantes de San Francisco y los Rojos de Cincinnati, digna de aquel programa de televisión que presentaba hazañas insólitas.

Para empezar, locales han perdido y los visitantes son reyes. Ninguna de las fanaticadas ha podido celebrar en casa una victoria de su equipo. San Francisco anotó dos carreras en los dos primeros partidos en el AT&T Park y los Rojos apenas cuatro en los partidos tres y cuatro en el Great American Ballpark.

Los Rojos perdieron a su as después de ocho lanzamientos en el primer partido y aún así ganaron con gran pitcheo de los que le relevaron.

Los Gigantes batearon dos hits en 18 entradas y aún así sólo perdieron un juego. Más aún, se poncharon 16 veces y ganaron el tercer partido, gracias a un error de Scott Rolen, un antesalista que ha ganado ocho guantes de oro en 17 años de carrera.

Un enorme avión militar pasa por el estadio luego del himno: estamos seguros. Pero un fanático se cuela en el terreno y llega hasta el jardín central del Great American Ballpark. Por suerte, sólo llevaba un cartel.

Ninguna estadística pasada puede establecer una tendencia. Tan sólo vean estos datos. Los bateadores de San Francisco pegaron 12 hits y se poncharon 26 veces en los primeros tres partidos de la serie. En el cuarto, dispararon 11 inatrapables y se poncharon en seis ocasiones. En los primeros tres juegos, sólo pegaron tres extra bases, pero en el cuarto, se soltaron los caballos: ocho de los 11 inatrapables fueron de dos o más bases, un récord para partidos de postemporada, de acuerdo a Elias Sports Bureau.

Al margen de las estadísticas, toda la vida nos han dicho que la agresividad es una virtud en el béisbol. Pero a los Rojos le costó ser agresivos en el tercer partido, cuando Brandon Phillips se robó la segunda y trató de avanzar a tercera con un lanzamiento salvaje. Fue puesto fuera y los Rojos sólo anotaron una carrera en la entrada. Perdieron 2-1.

Joaquín Arias no ha abierto ningún partido en la serie. Sin embargo, decidió uno con un batazo al cuadro y lleva de 6-3 con dos dobles y tres carreras anotadas. Levanten la mano los que lo escogían como uno de los jugadores claves de los Gigantes.

No obstante, Buster Posey, uno de los principales candidatos al Jugador Más Valioso, batea de 15-3, con un jonrón y una carrera impulsadas. Y el reinante Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, Joey Votto, tiene promedio de .357 (5-14), pero todavía busca la primera carrera impulsada de la serie.

El jonrón de Angel Pagán, el primero de los Gigantes abriendo un partido en toda su larga historia en la postemporada, le pudo haber dado un giro al conjunto durante el partido. Sus compañeros piensan que podría ser el punto culminante de la serie.

Pero no se lo crean. El béisbol es impredecible y los números lo comprueban. A veces.