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Goza de buena salud

El entrenador argentino está encontrando el funcionamiento Fotobaires.com

BUENOS AIRES -- Sentarse a escribir sobre Leo Messi, después de su actuación frente a Uruguay, resulta realmente tentador. Sin embargo, en un acto de sinceridad, es preferible admitir que difícilmente se pueda decir algo innovador sobre el crack del Barcelona.

Lo declaró Alejandro Sabella en la conferencia post 3-0: "La Real Academia Española debe buscar un adjetivo distinto para Messi".

Por eso, en esta ocasión el foco del Blog es precisamente el técnico de la selección argentina. Sí, sabemos que un entrenador no corre, no cabecea, ni mete goles. Pero así como suele ser indicado como el culpable en las malas, es justo reconocerle mérito en las buenas.

Y la seriedad de este momento de la selección argentina comienza justamente por Sabella. Un conductor que pondera a sus jugadores, prioriza el "grupo humano", tiene contracción al "trabajo", apela a la "solidaridad", busca "equilibrio emocional" y vive con un "moderado optimismo".

Desde el mensaje es irreprochable. Dirán que no se gana con palabras ni discursos que endulcen los oídos. Y es cierto. Pero es evidente que en los últimos tiempos, el equipo nacional se fue alejando de los conflictos para dedicarse solamente a jugar.

Podrá gustar o no su estilo. También que piense en cinco defensores en los amistosos contra Brasil, o que convoque permanentemente a exjugadores suyos que no tienen un buen presente. En rigor de la verdad, todos los seleccionadores siempre hicieron lo mismo: rodearse de gente de confianza.

La comparación con Barcelona es peor que odiosa. Para Sabella, la perfección es quitar rápido, tocar hasta cansar al rival y hacer goles. Probablemente nunca se alcance ese nivel, pero no se resigna: "Las utopías son imposibles. Lo importante es luchar por ellas porque nos ayudan a mejorar".

Se puede desarticular fácilmente el argumento de minimizar el trabajo del ex-DT de Estudiantes por el gran momento de Messi. Si bien la madurez del 10 es notoria, técnicos anteriores no pudieron exprimir al mejor jugador del mundo, hoy capitán de la Albiceleste.

Ajeno a los escándalos, en los últimos días Sabella fue víctima de un rumor que se expandió rápidamente. Se decía que debía alejarse de la Selección por una enfermedad y que ya estaba elegido su reemplazante. "Si tuviera una distracción, estaría deshonrando a las personas que me contrataron y defraudando a los jugadores y al pueblo argentino. Estoy bárbaro de salud", respondió con su elegancia habitual.

En este "sistema perverso", en términos de Sabella, tuvo que salir a desmentir una versión que incluso llegó a oídos de su madre de 87 años. Nos debemos un replanteo.

Estas líneas no buscan describir al mejor técnico de la historia del fútbol argentino, ni mucho menos. Sinceramente, tampoco creo que lo sea. Mientras reinan los nervios, las urgencias y la locura, la intención es reconocer al conductor de una Selección que goza de buena salud.

Por su forma de ser, Sabella esquiva los halagos. Sabrá disculpar este Blog.