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Lara-Martirosyan: empate y frustración

Un corte en la ceja de Vanes Martirosyan hizo detener la pelea ante Erislandy Lara. Chris Farina/Top Rank

La pelea que todos esperaban entre Erislandy Lara y Vanes Martirosyan no terminó como todos querían, con un claro y justo ganador. La eliminatoria de peso mediano Jr. entre los números uno y dos del Consejo Mundial de Boxeo, acabó al comienzo del noveno asalto debido a una fea cortada en la ceja izquierda del armenio-americano.

Hasta ese momento, el combate estaba muy parejo y era precisamente en los asaltos de campeonato cuando se podría definir, pero el cabezazo dejo las cosas tal como la vieron los jueces hasta ese momento y también la mayoría de quienes estábamos observando la pelea. No hubo un claro ganador.

En cuanto al combate, Martirosyan fue el que propuso la pelea. El cubano arrancó agresivo, pero Martrosyan le ganó el centro del ring al promediar el primer asalto. Lara, entonces, eligió ser cauteloso y apostar al contragolpe. Se jugó a un solo golpe sobre seguro y evitó el intercambio al no encontrar la distancia adecuada. Fue una táctica que apunto a esperar el cansancio del más grande. Al igual que contra Paul Williams.

Martirosyan puso presión constante, lanzó muchos golpes, pero falló muchos también por una razón: la esquina le mandó a lanzarlos desde lejos para que no entrara a la distancia de Lara. Al fallar en muchas ocasiones quedo abierto, aunque el cubano no estaba muy dispuesto a arriesgar y lanzaba golpes de izquierda en cuenta gotas.

En el quinto asalto, conscientes de que en las puntuaciones Martirosyan se estaba llevando la pelea, a Lara lo mandaron a lanzar golpes. Lo intentó, pero luego volvió a su movimiento lateral y a esperar un error del oponente. El cubano apostó a ser un francotirador, sin parar de moverse por todo el cuadrilátero y siempre tratando de frustrar a su rival. Sus mejores golpes comenzaron a llegar en el séptimo, cuando lo conmovió a Martirosyan con una recta de izquierda. En ese momento Vanes empezó a mostrar las consecuencias de la frustración y tal vez del óxido. Hasta entonces Lara iba detrás en las tarjetas y con esos asaltos emparejó los números.

El séptimo y octavo asalto el cubano salió a disputar el centro del cuadrilátero y por algunos pasajes aceptó el intercambio. Recibió en el séptimo una derecha que lo puso en problemas, pero se recuperó y consiguió llegar con potentes izquierdas al rostro de su oponente. Martirosyan seguía bajando la presión, a veces se mostraba confuso, fallaba mucho y era evidente su frustración.

Los últimos asaltos serian decisivos y para los mismos asomaba mejor Lara. Tenía más clara su estrategia, no estaba cansado y había encontrado la distancia adecuada para llegar con velocidad al cuerpo y el rostro de su oponente. Pero en el noveno round, la pelea fue detenida con tarjetas 86-85 Martirosyan, 87-84 Lara y 86-86 la que determino el empate.

Ahora, posiblemente, se pacte una revancha inmediata. Los promotores felices y los fanáticos frustrados. No habrá obligación de que Saúl Canelo Álvarez enfrente al retador inmediato y este podrá desafiar a los que desean sus promotores, aunque, para ser justos, el campeón debería si enfrentar al retador obligatorio. Pero eso ya es otra historia.