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¿Eutanasia, o suicidio al campeón de México?

Mauro Cejas se integraría al Santos en un canje de cuatro jugadores Mexsport

LOS ÁNGELES -- ¿Suicidio o eutanasia? ¿Audacia o estulticia? ¿De vanguardia o de retaguardia? ¿Visionario o miope?

La verdad absoluta sólo la tienen los hechos. Pero, en este momento, alcanza para dudar puntualmente de la lucidez, de la claridad y de la salud mental, profesionalmente hablando, de la directiva de Santos Laguna.

Alejandro Irarragorri echó a Benjamín Galindo. No por motivos futbolísticos. No es de extrañarse. Ya decisiones hormonales le habían llevado a entrampar, a emboscar y a echar a Daniel Guzmán y a Rubén Omar Romano en su momento.

Para él, parece que los moldes se rompen y los procesos se miden con un rasero visceral.

Y así como una vez prometió a la leal afición de Santos Laguna traerle "al Guardiola de América", Y se limitó a traer a un fiasco como Diego Cocca, ahora es Caixinha, del que ya se dijo, tiene un registro perdedor y de uno de los clubes salió embarrado de epítetos por sus directivos, con más deméritos y calificativos que un árbitro con cataratas pitando al mediodía.

Sí, es cierto, Mourinho habló linduras de Caixinha, aunque de sus clubes ha salido escoltado por lindezas y media tras la decepción de su trabajo. Cruyff también habló maravillas de Van't Schip ¿y?

Pero, para rematar ese proceso lento, bizarro, preocupante, sospechoso, de llevar al campeón vigente del futbol mexicano a un proceso de autoflagelo, de inmolación, de suicidio o de eutanasia, se viene un canje de jugadores espeluznante.

Irarragorri entrega a dos joyas de la Comarca Lagunera, como Daniel Ludueña y el ecuatoriano Christian Suárez, campeones ambos, por Mauro Cejas y el Avión Calderón.

Uno puede ser víctima de robos, de desfalcos, de engaño, pero de autorrobos, de autodesfalcos, de autoengaños, eso se llama fraude, se llama elegir ir a la bancarrota de la manera más torva, maliciosa y abyecta.

¿Se habrá terminado el ciclo de Daniel Ludueña con Santos? Es probable. Aunque siempre ha sido un jugador comprometido y una onza para cambiarla en el momento oportuno.

Pero, ¿entre él y Mauro Cejas? El Pitus ha pasado por Estudiantes, Monterrey y Pachuca para naufragar de manera lamentable conforme a su talento. Es decir: facultades tiene tal vez al mismo nivel del Hachita, pero la gran diferencia es entre la testosterona que fluye entre uno y otro.

Es decir, Ludueña era moneda de cambio para mucho más que Cejas.

El Avión Calderón amenaza con quedarse como eterna promesa del futbol mexicano. De eso dan fe los movimientos expeditos con que Toluca y Pachuca han decidido deshacerse de él. Facultades le sobran, hombría competitiva para desarrollarlas, es lo que le falta.

De potencial a potencial, Christian Suárez rebasa a Calderón. Seleccionado ecuatoriano encontrará además un panorama perfecto al asociarse con compañeros de su representativo en los Tuzos: Félix Borja y Segundo Castillo.

Cierto, en la carrera en Santos, a Suárez lo rebasó un notable prospecto como Cándido Ramírez, a quien busca Chivas, y que tomando en cuenta las decisiones demenciales que se ejecutan, no sería nada extraño que lo negociara la actual directiva.

Es sabido que Santos está en venta. Los nuevos dueños de la cervecería venden al equipo en 100 millones de dólares y un poco más aparte por el nuevo estadio TSM.

Sin duda entre el apresuramiento por venderlo, hay espacios para hacer operaciones, pero uno se pregunta si quieren desmantelar al equipo o fortalecerlo.

¿Suicidio o eutanasia para Santos?

Cualquiera que sea la perversa decisión, su actual directiva, encabezada por Alejandro Irarragorri, no tiene derecho a tomarla en deterioro de una afición que ha dado pruebas de lealtad absoluta.