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Chelsea-Rayados: Una invitación al abuso

Los Mundiales de clubes no deberían existir. Si en un Mundial, entre las selecciones, se establece rápidamente esa temible "selección" o filtro de candidatos, a nivel equipos esa discriminación ocurre mucho antes de lo que todos imaginan. Y entraremos, seguramente, en un terreno de suposiciones, donde surgirán frases de que "en 90 minutos puede pasar cualquier cosa", "una tarde buena", "una tarde mala", "un arbitraje", "el exceso de confianza". Eso no es competir, es apelar a un tema irregular, a una competencia donde lo que menos hay es esa competencia.

LOS ANGELES -- Es un cero, un simple cero, que la izquierda no vale, no hace daño, a la derecha, mata, aniquila sueños, establece condiciones reales y pone a cada quien en su lugar.

Es una operación, una resta muy sencilla: una nómina vale 340 millones de euros. La otra se cotiza en 34 millones de euros. ¿Usted realmente cree que el Monterrey le puede ganar esta madrugada al Chelsea?

En el futbol es fácil confundirse ¿Dónde termina una competencia y donde empieza un abuso? La FIFA se ha encargado de establecer, a través de los Mundiales de Clubes, una competencia donde las diferencias, las clases sociales futbolísticas se acrecientan y provocan grandes desbalances en la cancha.

No hay comparación posible entre el Chelsea y el Monterrey, es inverosímil equipararlos futbolísticamente: Cech, Cole, David Luiz, Cahill, Lampard, Mata, Fernando Torres, Oscar. Los Rayados pueden tener la mejor nómina del futbol mexicano (Suazo que está lesionado, "Chelito", Cardozo, De Nigris, Basanta, Chávez, Orozco) pero no tienen el alcance y el potencial del campeón de Europa, a pesar de que ese campeón de Europa este atravesando por un mal momento.

Los Mundiales de Clubes no deberían existir. Si en un Mundial, entre las selecciones, se establece rápidamente esa temible "selección" o filtro de candidatos, a nivel equipos esa discriminación ocurre mucho antes de lo que todos imaginan. Y entraremos, seguramente, en un terreno de suposiciones, donde surgirán frases de que "en 90 minutos puede pasar cualquier cosa", "una tarde buena", "una tarde mala", "un arbitraje", "el exceso de confianza". Eso no es competir, es apelar a una tema irregular, a una competencia donde lo que menos hay es competencia.

De cada 10 juegos entre el Chelsea y los Rayados, el equipo inglés ganara 11. Así es esto. Cualquier otro cuento será falso, irreal, impensable.

Espero que los Rayados salgan y jueguen bien al futbol. Espero que traten de mostrar la incuestionable mejoría que en términos generales ha tenido el futbol mexicano, pero hasta ahí nada más. Una derrota decorosa sería el mejor premio para el representante de la Concacaf esta madrugada en Japón.

El Mundial de Clubes no debería existir. Es una invitación al abuso, a la diferencia, a la brecha amplia entre ricos y pobres, al desnivel, a la nula competencia, es una invitación a un tema que hasta podría rayar en lo discriminatorio.