El 2013 llega con renovados rumores de un canje que llevaría al poderoso toletero Giancarlo Stanton lejos de los Marlins de Miami antes de que se abran los campos de entrenamientos primaverales.
En varias ocasiones Stanton ha exteriorizado públicamente su malestar por lo que ha sucedido con los Marlins en el invierno, en que la gerencia se deshizo de casi la totalidad de sus principales jugadores.
Otros equipos tomaron ese malestar como una señal de que el poderoso bateador de 23 años no quiere seguir en Miami y preferiría hacer las maletas hacia una organización más competitiva.
Se trataba de la posibilidad de conseguir a uno de los sluggers más naturales de la actualidad, que ya acumula 93 cuadrangulares y 232 carreras impulsadas en apenas 373 partidos jugados en las Mayores.
Eso le da un promedio de 40 bambinazos y 101 remolques por cada 162 partidos.
Pero mejor aún: se trata de un muchacho que todavía parece estar lejos de conseguir el tope de su potencial y además es financieramente hablado, una verdadera ganga, pues apenas será elegible para arbitraje salarial por primera vez en el próximo invierno y deberá esperar hasta el 2016.
Una de las novenas que se lanzó a la caza de Stanton fue la de los Vigilantes de Texas, sobre todo después de perder a Josh Hamilton, quien firmó como agente libre con los Angelinos de Los Angeles.
Por tal de conseguir al jonronero de los Marlins, Texas estaba dispuesto a ceder a tres de sus principales prospectos: el fenomenal infielder curazaleño Jurickson Profar, el jardinero estadounidense Mike Olt y el lanzador zurdo venezolano Martín Pérez.
Pero las cosas no se dieron. Quizás los Marlins sopesaron los riesgos con calma y se remontaron al 2008, cuando antes de que se iniciara la campaña canjearon a los Tigres de Detroit al venezolano Miguel Cabrera, quizás el mejor pelotero que haya pasado por la franquicia de los Marlins.
Junto con Cabrera, mandaron a Detroit a Dontrelle Willis, un hombre capaz de meter gente en el estadio sólo para ver su show sobre la lomita.
¿Qué recibieron a cambio? Varios de los principales prospectos de la organización de los Tigres, entre ellos Cameron Maybin, a quien alguien llegó a comparar con Willie Mays, así como el zurdo Andrew Miller, un Randy Johnson en potencia.
Pero como dice el refrán, una cosa es con guitarra y la otra con violín. Maybin es hoy un jugador mediocre que de Willie Mays sólo tiene el número 24 y la posición de jardinero central, mientras que Miller es apenas un relevista del montón que se esconde bajo una profusa barba en el bullpen de los Medias Rojas de Boston.
Aunque Profar, Olt y Pérez apuntan a convertirse en grandes estrellas, eso es algo que está por verse.
Los riesgos a tomar son demasiado altos y Stanton es uno de los poquísimos atractivos que tienen los Marlins para tratar de convocar al público al nuevo estadio de la Pequeña Habana.
Todo indica, pues, que el poderoso rompecercas estará defendiendo el jardín derecho de Miami cuando comience la campaña en abril, aunque aún hay un lapso de tres meses en el que cualquier cosa puede suceder en el impredecible mundo de los Marlins.