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Bendición arbitral maldice triunfo águila

El árbitro Jorge Pérez marca una falta cometida a Rubens Sambueza por parte de Gerardo Espinoza Mexsport

LOS ÁNGELES -- Un error arbitral maldice la victoria del América. Y con esa maldición rompe otra maldición como la de sufrir vejaciones en Chiapas.

Un gol de Rubens Sambueza precedido de fuera de lugar de Chucho Benítez abre la puerta a la victoria. El mismo Chucho sentencia el 2-0 sobre Jaguares.

Segunda jornada y segunda victoria perturbada y percudida por deficiencias arbitrales.

Lo más grave: este América no requiere de canonjías arbitrales. No requiere de favores de los jueces. Le basta el futbol que desarrolla en la cancha. Así lo dejó en evidencia ante Monterrey y este viernes ante Jaguares.

Con una de las nóminas más caras, mejor balanceadas, más sólidas en la banca, del futbol mexicano, además, las Águilas funcionan bien en la cancha. No hay un futbol espléndido aún, pero sí competitivo y con evidente superioridad sobre el adversario en el balance final al margen del marcador.

Lamentablemente su pasado le persigue. Nadie puede negar jornadas, finales, incluso, en las cuales las torpezas o las decisiones dolosas o sospechosas de los jueces, han llevado de la mano a las Águilas.

No olvidemos incluso que una de las voces acusadoras más enérgicas contra el mismo América lo había sido quien es hoy su actual técnico. Miguel Herrera había lamentado desde la banca de Atlante, Monterrey, Tecos y Veracruz, el haber sido víctima, según él, de latrocinios de parte de los silbantes, y denunciando a todo pulmón que el arbitraje era el padrino incondicional del americanismo.

Ojo: esto no significa que todos las decisiones arbitrales que benefician al Nido deban ser consideradas parte de un complot.

Es evidente que hay silbantes torpes, asustadizos, prejuiciados, condicionados, y que la calidad del arbitraje mexicano es cuestionada torneo tras torneo, jornada a jornada y partido a partido.

Pero nadie puede negar que así como hay malos jueces, es decir, incompetentes, hay otros torvos, sinvergüenzas, siniestros, de dudosa catadura moral.

Más allá de esa equivocación del árbitro Jorge Antonio Pérez, quien es alertado por su juez de línea de la jugada en fuera de lugar, América había dominado el encuentro y había generado al menos un par de posibilidades de gol.

América mejora, pero cualquier condición de lucimiento, insisto, será opacada y cuestionada, por la evidencia tangible e irrefutable de las equivocaciones arbitrales, que además, en dos juegos apenas de este Clausura 2013 ya le significan dos victorias.

Y en un aspecto que América no tiene culpa alguna: le vienen encima tres equipos que causaron lástima el torneo anterior y dos de ellos amenazados por el descenso: recibe al Atlante, equipo que le ha cedido tres de sus jugadores importantes en el último año, y enseguida a los desesperados Atlas y Querétaro.

Queda claro que el volumen de futbol y la calidad de jugadores, le alcanzará al América para sumar nueve puntos en esas tres entrevistas, pero con el estigma del respaldo del arbitraje, doloso o inconsciente, seguramente la presión para los silbantes, seguirá creciendo.

Como detalle extra, uno de los primeros balones que recibe el –apara algunos- renegado chiva, Maza Rodríguez, le permite provocar la jugada del gol de Chucho Benítez, lo que implica un bautizo positivo para el defensa central, demostrando que será un jugador recurrente en ataque por parte del Piojo Herrera.