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Team USA: entre la decepción y la resignación

Dice un refrán que a la tercera va la vencida, pero tras fracasar en los dos primeros Clásicos Mundiales de Beisbol, las cosas no pintan muy halagüeñas para Estados Unidos en la próxima edición de este certamen.

No con este equipo cuya plantilla acaba de darse a conocer y que es, por mucho, la más mediocre que haya presentado, si se compara con los dos primeros clásicos.

Aplausos y reconocimiento para aquellos que se han puesto desinteresadamente la camisa del país, pero el grupo con que cuenta el manager Joe Torre no parece tener el potencial para llegar lejos.

La alineación titular se ve sólida en el papel, con Joe Mauer (Mellizos) detrás del plato, Mark Teixeira (Yankees) en la inicial, Brandon Phillips (Rojos) en la intermedia, David Wright (Mets) en la antesala y el veterano Jimmy Rollins (Filis) en el campocorto.

Asimismo, Ryan Braun (Cerveceros), Adam Jones (Orioles) y Giancarlo Stanton (Marlins) ocuparán los jardines de izquierda a derecha.

Pero tanto en la banca, como en el staff de lanzadores aparecen nombres que convierten este equipo en una caricatura de lo que debería ser la selección de Estados Unidos.

Jonathan Lucroy (Cerveceros) y J.P. Arencibia (Azulejos) están lejos de figurar entre los mejores receptores de las Grandes Ligas.

Asimismo, Ben Zobrist (Rays), Shane Victorino (Medias Rojas) y Willie Bloomquist (Diamondbacks) están fuera de cualquier conversación, si de estrellas se trata.

El cuerpo de pitcheo hace un énfasis especial en el relevo, dadas las limitaciones de lanzamientos que tendrán los abridores.

En la primera ronda, el máximo de pitcheos permitidos a un serpentinero en una salida es de 65, mientras que este límite se extiende a 80 envíos en la segunda fase y a 95 en las rondas semifinal y final.

La rotación abridora incluirá al premio Cy Young del 2012 en la Liga Nacional, el nudillista R.A. Dickey (Azulejos), a los también diestros Ryan Vogelsong (Gigantes) y Kris Medlen (Bravos) y al zurdo Derek Holland (Rangers), mientras que Craig Kimbrel será el encargado de cerrar los partidos.

Los otros integrantes de cuerpo de pitcheo son Chris Perez y Vinnie Pestano, ambos de los Indios, Steve Cishek (Marlins), Luke Gregerson (Padres), Jeremy Affeldt (Gigantes), Glen Perkins (Mellizos), Tim Collins (Reales), Mitchell Boggs (Cardenales) y Heath Bell... ¡Heath Bell! de los Diamondbacks.

¿Dónde quedaron tantos jugadores -- y sobre todo, lanzadores -- que conforman la crema y nata de este deporte en Estados Unidos?

Da la impresión que a Torre no le quedó más remedio que tomar lo que tenía a mano, sin más opciones.

La imagen que deja esto es que a la mayoría de los peloteros estadounidenses les importa poco o nada este evento, a diferencia de sus colegas extranjeros, que se toman las cosas más a pecho, con un orgullo nacional sobresaliente.

Además, en momentos en que el béisbol lucha por regresar al calendario olímpico, Estados Unidos le envía un mensaje lleno de dudas a los jerarcas del COI, cuando se supone que sea el país con la mejor liga del mundo el que más debe empujar por la buena salud de este deporte.

De todos modos, démosle el beneficio de la duda a este grupo de patriotas. El manager Torre dijo que no se trata de armar una constelación, sino de un equipo en el que cada cual tenga una función.

Quién sabe si por esos misterios que tiene el béisbol, estos muchachos consiguen acoplarse en breve plazo y nos regalan una sorpresa.

Entonces aquellos superastros que declinaron sumarse lamentarán no haberlo hecho.