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Visionario del emparrillado

NEW ORLEANS -- ¿Cuántas personas se rieron cuando Joe Flacco dijo en abril que era el mejor mariscal de la NFL?

En su momento pensé que estaba loco, aunque me gustó su confianza.

Hoy quedan dos mariscales con vida en una nueva temporada de la NFL, y aunque Flacco está lejos de ser el mejor QB de la liga, ciertamente ha evolucionado de enorme manera desde que hizo esa valiente afirmación.

"Joe ha estado jugando bien hace cinco años", dijo un Anquan Boldin a la defensiva. "No entiendo por qué siguen despreciando lo hecho por él".

En lo personal, siempre he sido un defensor de Flacco.

No porque piense que sea un mariscal de elite, cosa que no creo, sino porque creo que recibió críticas excesivas cuando los Ravens se quedaron cortos de la gloria en el pasado.

Flacco ha probado una y otra vez que no le pesa el gran escenario; ha ganado ocho partidos de postemporada en cinco años.

De hecho, yo soy de los que piensan que sus receptores abiertos lo han decepcionado en el pasado. Recuerdo sendos pases de anotación que dejaron caer T.J. Houshmanzadeh y Anquan Boldin en pasadas temporadas.

Una recepción aquí u otra allá podrían haber cambiado el legado de Flacco hasta el momento, pero el mariscal de los Ravens no es de esas personas que apuntan dedos.

"Este es un deporte de equipo", dijo Flacco. "Ganamos y perdemos todos".

Así debería ser, pero la realidad muestra que el mariscal conlleva una responsabilidad mayor.

"Joe es nuestro líder", sentenció Ray Lewis. "Todos creemos en él por su talento, pero también porque siempre piensa en el equipo antes que en su persona".

El propio padre del mariscal ha dicho que "Joe es igual de aburrido en casa que con la prensa".

Es cierto, el carisma no es la principal faceta de Flacco, de hecho está lejos de serla, pero esa tranquilidad le sienta bien a él y su equipo en los playoffs.

Mente fría para quien llaman Joe "Cool" Flacco.

"Es un líder silencioso", expresó el mariscal Tyrod Taylor. "Lidera por ejemplo".

Eso sí, no todo es color de rosas para el mariscal de los Ravens. Después de todo, hay una razón por la cual no lo considero de elite.

A mi juicio Flacco tiene mejor pase a lo profundo que cualquier otro mariscal en la NFL. El problema es que carece de la consistencia que las estrellas muestran semana tras semana.

Esa es la principal causa de las críticas hacia su persona. Y si les soy sincero, las considero justificadas, o al menos así pensaba hasta esta postemporada.

Flacco tuvo la dicha o maldición de contar con una defensiva de elite cuando ingresó a la NFL. Digo dicha porque claramente pudo estar en las instancias decisivas recién comenzada su carrera, y la defensiva tuvo mucho que ver con ese éxito inmediato.

Ahora bien, su problema es que si perdían era su culpa, y si ganaban no era elogiado. Los Ravens vivían y morían con su defensiva. Hasta esta temporada.

La defensiva sufrió algunas lesiones, los años no pasan en vano, y la unidad tuvo uno de sus peores años en la última década.

En otras palabras, mayor responsabilidad para Flacco, que a diferencia de lo que muchos esperaban, ha respondido con creces.

Tengan en cuenta lo siguiente: Flacco tiene ocho touchdowns y CERO intercepciones en estos playoffs. Este domingo buscará convertirse en apenas el tercer mariscal en la historia en lanzar para al menos nueve anotaciones sin intercepciones en una postemporada; los otros dos son curiosamente dos históricos de los 49ers como Joe Montana y Steve Young.

Los buenos jugadores se hacen de septiembre a diciembre, los grandes brillan en enero.

Ganen o pierdan los Ravens, Flacco se ganó el derecho a ser elogiado. Porque una buena postemporada puede ser producto de un gran equipo, dos quizás también, pero los playoffs son justamente la única constante en la carrera del ex mariscal de la Universidad de Delaware.

Crédito a quien crédito se merece, y rendir como lo ha hecho Flacco playoffs tras playoffs, no es para todo el mundo.

Como mínimo, Flacco se ha separado del segundo lote de mariscales y ha acercado al primero conformado por los Aaron Rodgers y Peyton Manning de este mundo, por nombrar algunos.

Pero si quiere dar ese siguiente paso, no puede conformarse.

Todavía le falta un escalón más, y aunque muchos siguen sin creer en él, a Flacco poco le importa.

"Sigo pensando que soy uno de los mejores cinco mariscales de la liga", concluyó el mariscal de los Ravens con una sonrisa.

La diferencia es que ahora esa declaración ya no parece tan loca.