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Torrey Smith no dejó dudas

NEW ORLEANS -- La velocidad siempre es un elemento engañoso en los receptores abiertos.

Al Davis, que en paz descanse, tenía una debilidad por la rapidez. Pero correr a la velocidad del viento no es suficiente en la NFL.

Hay que saber correr rutas, y sobre todo tener buenas manos para no convertirte en un jugador unidimensional que sólo sirve para estirar defensivas y la ocasional gran jugada.

Por esa razón, yo creía que Darrius Heyward-Bey sería un fracaso en la liga; aunque ha mejorado, no ha valido la inversión.

Me tocó ver de cerca a Torrey Smith varias veces cuando estaba en la Universidad de Maryland, y aunque a nivel colegial tuvo una muy buena carrera, yo pensé que eso no se trasladaría a la NFL.

De hecho debo admitir que solía pensar que sería el próximo Heyward-Bey, salvando las distancias porque Smith fue elegido en la segunda ronda, pero vaya si me ha probado equivocado.

"Nunca me importó lo que pensaba la gente previo al draft", admitió Smith. "He probado que puedo jugar. Mis rutas son precisas y puedo atrapar cualquier pase. Creo que a esta altura está claro que puedo jugar en la NFL".

No sólo está jugando, sino que se ha convertido en un arma consistente luego de haber tenido su segunda temporada sólida de forma consecutiva.

De hecho atrapó 49 pases para 855 yardas con ocho touchdowns en esta campaña regular. A mi juicio todavía sigue siendo el número dos detrás de Anquan Boldin en los Ravens, pero ya no me quedan dudas de que puede ser el arma principal de la ofensiva a futuro.

"Anquan ha sido un gran modelo a seguir dentro y fuera de la cancha", comentó Smith. "No competimos entre nosotros".

La mayor fortaleza de Smith sigue siendo la velocidad, pero es rápido para aclarar que está lejos de ser la única.

"No hay dudas de que es parte importante de nuestra ofensiva, pero lo primero es leer las coberturas", explicó Smith. "Realizo 15 o 20 rutas a lo profundo por juego, aunque por suerte tenemos éxito en algunas, y por eso es lo que la gente más recuerda".

Una de las razones por las cuales los Ravens explotan tan bien el juego, es que su mariscal Joe Flacco es el mejor de la liga, a mi juicio, a la hora de lanzar el pase a lo profundo.

"Es un gran mariscal", dijo Smith de Flacco. "Le debo mucho por mi éxito, y me alegro que finalmente le están brindando el respeto que se merece. Siempre ha sido un ganador".

No será un reto sencillo ante una buena secundaria de San Francisco, que además es una de las más físicas de la NFL.

"No pienso en los probables golpes, eso es así todas las semanas", aclaró Smith. "Sólo pienso en ganar los duelos mano a mano".

Smith siempre ha sido un chico muy educado, pero había dudas acerca de su deseo de ganar, y ahora ha probado que puede brillar entre los hombres.

El 23 de septiembre del 2012, falleció su hermano de 19 años en un accidente de motocicleta, pero Smith igual decidió jugar en el encuentro ante los Patriots.

Ese día, Smith tuvo seis recepciones para 127 yardas y dos touchdowns. Ese día se ganó el respeto del resto de sus pares alrededor de la liga.

No el de sus compañeros de equipo, quienes desde el inicio confiaban en él.

"Tiene un futuro brillante", opinó Boldin. "Nunca le pesó a la transición a la NFL".

Afirmación más que correcta. Smith me calló la boca y a tantos otros que dudaron de él, pero el receptor abierto de Baltimore no utilizó las críticas como herramienta de motivación.

"Yo estoy cumpliendo mi sueño", concluyó Smith. "Y ojalá podamos cerrar este año de la mejor manera este domingo".