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Milan pone al Barcelona en bancarrota

AC Milan se impuso 2 a 0 a FC Barcelona con goles de los ghaneses Muntari y Boateng EFE

LOS ÁNGELES -- Barcelona es un imperio de estadísticas. No suma, multiplica. No resta, divide. Los goles de Messi. Los pases de Iniesta. Las asistencias de Xavi.

La progresión estadística del Barcelona no es aritmética, sino geométrica. Nunca alcanzará el infinito pero se instalará más cerca de él.

Sí, pero...

Sí, sin embargo...

El alquimista del Milan arruinó a Pitágoras y puso en bancarrota al Barcelona. Gana 2-0 y pone en entredicho el futuro del equipo catalán dentro de la Champions League.

¿Qué tienen qué ver las cifras? Puntualmente: la brutalidad del contraste.

Barcelona tuvo un 77 por ciento de posesión por 23 por ciento del Milan. Pasmoso. En boxeo olímpico es una medalla de oro. Pero, en futbol profesional la ecuación cae a veces de hinojos ante el resultado.

Barcelona hizo suyo el balón, pero sólo hizo siete disparos y sólo uno al arco. La casilla de la esperanza en el marcador se quedó en cero.

Milan, con ese 23 por ciento de posesión, hizo ocho disparos, tres a la portería y dos de ellos pusieron a bailar a Italia, excepto, claro, por represión de su orgullo, la facción del Inter de Milán. Ah, claro, en Madrid también hay fiesta.

Barcelona no tuvo magia, vamos, ni siquiera el concurso eventual que tanto se le cuestiona: el del árbitro, que entre sus errores deja de marcar una mano que termina siendo el servicio preciso para el gol de Boateng en el 1-0.

¿Cuestionable la victoria del Milan? En absoluto. Ciertamente el paladar futbolístico de la mayoría se quedó con una plasta de hiel avinagrada en el gaznate, pero las papilas gustativas del universo del futbol son una de las tantísimas cosas que le importan poco a los italianos.

¿Que Roura no es Tito? No es novedad. Y no es culpa del Milan. En todo caso, condicionaría la capacidad de los excelsos vestidos de Barcelona, que no deberían necesitar de un adoctrinador para hacer lo que mejor saben: ganar, gustar y golear.

¿Sentenciada la serie? Nadie lo cree. El Milan tampoco, aunque sabe que está cerca de la hazaña. Confirmó que sabe cómo y que de esa manera, puede ponerle hielo al ímpetu del Barcelona y de sus tres candidatos constantes al Balón de Oro.

Dice Roura que "nuestra gente, nuestro estadio, nuestro entorno", al hablar del juego de vuelta.

Lo mismo pensó Guardiola, casi textualmente, cuando el Inter de Mourinho se atravesó en el camino de la final de la Champions.

Las redes sociales dan cabida a la histeria. "¿Dónde estaba Messi?". Ahí, custodiado, sin espacios, sin balones, sin perfil, sin tregua, y lo que más preocupa al barcelonismo, sin inspiración.

Algo queda claro: el juego de ida era ya, en jerigonza de la sede de este miércoles, un bocatto di Cardinale. Sólo que esta vez el bocado se le indigestó al fascinante glotón de Europa.

¿El juego de vuelta?, será tiempo de que despierten los anestesiados porque esta vez tienen una cuota que cumplir: tres goles de diferencia sobre su adversario.