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Copa MX: muchos juegos, poco futbol


"La calidad nunca es un accidente; siempre es
el resultado de un esfuerzo de la inteligencia".
John Ruskin.

MÉXICO -- Por más gritos que se lancen al aire, por más horas que ocupen en los espacios televisivos y por más propaganda de la LigaMX para que el torneo prenda, la CopaMX ha caído dramáticamente de calidad en los primeros 47 partidos de sus cuatro jornadas iniciales.

Ya desde el torneo pasado se advertía que la CopaMX tenía un formato no adecuado. Jugar muchos partidos no significa que se jueguen buenos partidos.

Los estadios, aún los de Liga de Ascenso, lucen cada vez más vacíos. El interés del público ha disminuido dramáticamente. Los equipos llevan a sus plantillas "B" o "C" a los compromisos. Los directivos se rascan las uñas para pagar viajes y hospedajes porque hay mucho gasto y poco ingreso, ecuación que invariablemente llevará a varios equipos a la bancarrota. La CopaMX no consigue patrocinios, no puede darle prestigio y nombre al torneo porque simple y sencillamente carece de la calidad para que un patrocinador arriesgue un buen porcentaje de su publicidad en apoyar un torneo desairado por la afición y también por los propios equipos.

Hay pocos que le han dado toda la seriedad a la CopaMX y que incluso aspiran a conseguir el título: América, Puebla, Atlante, Cruz Azul, Atlas, Querétaro y Jaguares (que juega este viernes) conservan lo invicto y se han colocado con amplias posibilidades de avanzar a la siguiente fase.
Con el juego de Jaguares-La Piedad se completarán 48 en cuatro jornadas. Faltan otros 24 en las dos fechas restantes. Y luego vendrá la fase corta de postemporada donde se juega lo menos malo del torneo.

¿Quién, en su sano juicio, quisiera mantener este formato de competencia?

Si hubiese una memoria viva en la Federación, o en la propia LigaMX sobre competiciones del pasado, como el Torneo de Reservas, el Torneo Nacional de Nuevos Valores o inclusive la exigencia de la Regla 20/11, podríamos comprobar que los resultados deportivos era mejores, con el surgimiento de mayores figuras.

Tampoco la parte económica mueve a la CopaMX porque los equipos pueden dar fe de la acumulación de pérdidas después de cada copa porque los viajes son largos, el hospedaje tiene que ser de equipo profesional, el traslado aéreo es costoso y la alimentación debe ser la que requieren futbolistas de alto rendimiento.

En cambio, los ingresos por taquilla son raquíticos. El balance de pérdidas se desequilibra cada día más, por lo que la LigaMX tendría que replantearse el futuro de la CopaMX para las siguientes ediciones.

La idea no es mala. El formato sí. No se copió el modelo español, ni el italiano, ni el inglés, como se había anunciado en el estudio previo. Es más, ni siquiera se copió el modelo mexicano de aquellas históricas Copas México de los años cincuenta, sesenta y setenta, que despertaban el interés de los aficionados y colmaban en muchos partidos las tribunas.

Es buen momento para que Decio de María asuma la responsabilidad de su error, lo mismo que Enrique Bonilla, su gurú en el aspecto deportivo. Este experimento está resultando todo un Frankestein para la economía de los clubes.