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Canelo salvó el examen

Con menos trabajo del esperado, en la que era considerada la pelea más difícil de su carrera, Saúl Canelo Alvarez (42-0-1 con 30 KOs) venció con autoridad del estadounidense Austin Trout (26-1 con 14 KOs) y se consagró como monarca unificado de los superwelter CMB-AMB, en una batalla de guante blanco.

El mexicano tenía de antemano sobre sus hombros, la responsabilidad de ratificar sus cualidades ante un rival complicado y soportar la presión de casi cuarenta mil fanáticos coreando su nombre. Canelo no solo superó esa prueba, también mostró una notoria superación en su calidad boxística, herramientas con las cuales consiguió sorprender a su oponente.

Aclaro que más allá de la emoción que despierta Canelo entre los fanáticos, el combate no fue atractivo. Austin Trout se apegó a su plan de trabajo, distancia, movimiento y jab sin arriesgar un ápice, mientras que Alvarez lo esperaba por momentos para contragolpear, lanzaba poderosos ganchos de derecha y disfrutaba con una novedosa defensa en base a movimientos de cabeza, con la que esquivaba los golpes que en cuenta gotas le enviaba Trout, pero no fue agresivo a la hora de imponer el ritmo, más bien lo hizo en forma esporádica.

En el asalto seis fue conmovido con un aislado golpe de Trout a la zona media, pero en el séptimo round con una derecha solida a la barbilla, mando a la lona por primera vez en su carrera al estadounidense. Sin embargo, cuando todos esperábamos que saliera a rematar, increíblemente le permitió recuperarse. Esa actitud demostró que Canelo aún tiene cosas por resolver.

De todas maneras, lo más importante fueron las mejoras que mostró el estilo del mexicano. Más rápido que en peleas anteriores, con notorios progresos en la defensa, ya que no se mostró tan estático si no que utilizo el cuello para trabajar elegantes esquives durante toda la pelea. Lució fuerte a la hora de asimilar los pocos golpes recibidos y no arriesgó en momentos que podía quedar expuesto al contragolpe. Lucio sereno, concentrado y hasta se permitió algún gesto de suficiencia al constatar su superioridad sobre el adversario.

Austin Trout mostró poco, demasiado poco para lo que se esperaba. Su principal carta, la rebeldía en casa ajena, la dejó en los camarines. Solo arriesgó en el último asalto. No trabajó bien el movimiento de piernas, ya que pocas veces lo vimos moverse hacia la mano contraria de Canelo, por el contrario siempre quedo expuesto a los derechazos anunciados del mexicano. No le vimos soltar combinaciones como en peleas anteriores y por momentos su jab más que golpear acariciaba al oponente.

Los rostros inmaculados de los dos protagonistas al final del combate, fueron el fiel reflejo de lo que vimos dentro del ring: una batalla de guante blanco. Dentro de esa realidad, emergió el mexicano con mucha, demasiada superioridad la que no le alcanzó, de todas maneras, para cerrar el pleito por KO.

Los jueces marcaron correctamente la diferencia en las tarjetas donde el triunfo fue unánime y Alvarez quedó listo para realizar su primer Pago Por Evento, para alivio de Golden Boy Promotions y la cadena Showtime.¿Ante Floyd Mayweather? Difícil respuesta. La solidez que muestra el mexicano, junto a su lentitud de movimientos haría una pelea poco atractiva. Peor que eso sería recordar que el que pierda de los dos afectará la apuesta comercial que los tiene a ellos como primeras figuras. No imagino un rival adecuado, aunque posiblemente sea el ganador de Alfredo Angulo-Erislandy Lara aunque para el fanático el ideal sería Sergio Maravilla Martinez.

Las apuestas y la mayoría de las previsiones acertaron, el negocio millonario que empuja la promisoria figura del Canelo luce más vivo que nunca y sus dos cinturones lo impulsarán hacia el Top Ten de los libra por libra. Y si bien es cierto que aún quedan cosas por corregir, a los 22 años Saúl Canelo Alvarez ha demostrado que ya puede volar por cuenta propia, enfrentar y derrotar a los mejores, como lo dijo al final de la contienda.