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Camino a la gran final

Marion Bartoli y otra final en Wimbledon Getty Images

BUENOS AIRES -- Se terminaron las semifinales más sorprendentes de los últimos años en los Grand Slam. En la primera, donde la clara favorita era Bartoli, se cumplieron las expectativas y una tímida Flipkens, que no inquietó en lo más mínimo a la francesa durante todo el partido, no pudo hacer nada contra Marion, que cuando juega dentro de la cancha pega y pega sin tener que pensar demasiado en cómo salir de posiciones que la incomodan, especialmente cuando está dos pasos por detrás de la línea de fondo.

Bartoli ya sabe lo que es hacer final en el AELTC, y tendrá una segunda oportunidad, mucho más "relajada" con su entrenadora actual, Amelie Mauresmo (campeona en Wimbledon) quien, sin duda, la está ayudando más en el terreno personal que en el tenístico. Durante muchos años, desde que se inició en el tenis, Marion se entrenó con su papá, quien es médico de profesión pero la acompañó a todos los torneos y ejercía de entrenador.

La francesa es una muy buena chica, una persona muy noble y muy inteligente, pero que no se relaciona en el circuito con las compañeras, y es algo que siempre nos llamó mucho la atención a todas. Sus métodos de entrenamiento siempre fueron poco ortodoxos y generaban comentarios en el tour. En estos días, Bartoli está pasando un período de transición con muchos cambios. Recordemos que no pudo participar en los JJ.OO. porque la Federación Francesa de Tenis no permite a los entrenadores particulares de las jugadoras que las acompañen en las semanas de la Fed Cup.

El papá de Marion, no conforme con esta medida, no permitía que su hija jugase la Fed Cup para Francia, lo cual le impedía su clasificación para los JJ.OO., a pesar de ser top 10 y una buena jugadora de pasto, lo que sin duda la posicionaba como una candidata a disputar las medallas en Londres 2012. Este ejemplo sirve no como una crítica a los métodos de entrenamiento de la familia Bartoli, que son respetuosos con todo el mundo de la WTA, pero sí sirven como referencia de la forma en que se manejan, y que sin duda fueron centro de muchos comentarios en el circuito durante muchos años.

La segunda semi se disputó entre dos jugadoras con estilos totalmente opuestos, como son Radwanska y Lisicki. La polaca, finalista el año pasado (y campeona junior), es sin duda la mejor o una de las mejores tenistas a nivel táctico en el circuito. Suple la falta de fuerza en un circuito tan físico contragolpeando de forma excelente y con una claridad mental que muy pocas tienen.

Por su parte Lisicki, que está con una confianza impresionante, se siente muy cómoda en pasto y es consciente de que su saque y los puntos a dos o tres pelotas la benefician, aunque hay una gran diferencia entre la Lisicki concentrada y con las cosas claras, a la Lisicki que "pierde el rumbo" durante algunos puntos o games, donde pasa a ser una jugadora muy vulnerable, como se pudo ver por ejemplo en el comienzo del tercer set, donde en cuestión de minutos estaba 3-0 abajo.

Esa será la clave en la final, donde no veremos grandes "rallies" seguramente y se enfrentarán dos jugadoras a las que les gusta ser muy agresivas, dominar el punto y atacar constantemente a su rival sin medir riesgos.

El factor decisivo será quién de las dos pueda manejar de la mejor manera los nervios ante una posibilidad única y probablemente irrepetible de llevarse un Grand Slam, jugando contra una rival que aún no tiene ningún grande en su palmarés. No debemos olvidar que en un circuito como el actual, en el que Serena Williams suele estar presente en la mayoría de las finales, y con jugadoras como Sharapova, Li Na o Azarenka, quienes ya saben lo que es ganar grandes títulos, las posibilidades de este tipo de jugadoras para ganar un Grand Slam son muy reducidas.

Esta será una oportunidad histórica, tanto para Lisicki como para Bartoli. Ojalá que los nervios les permitan disfrutar y dar un buen espectáculo.