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No olvidemos a los Bulls

El dos veces campeón defensor Miami Heat es vulnerable. Eso lo sabemos, y tal vez tendremos una primera muestra en el mismo día inaugural de la temporada 2013-14.

Quedó demostrado las pasadas tres postemporadas, que aunque formidable y digno monarca de la NBA, Miami no es un rey sin oposición, ni siquiera en su propia conferencia.

De ese grupo de serios retadores a la corona que LeBron James apenas se acostumbra a modelar, es fácil separar al pretendiente (Knicks) del desconocido (Nets), y singular al favorito (Pacers). Pero hay otro rival, uno familiar, que podría ser el verdugo del rey cuando suene el silbato final en su campaña.

Los Chicago Bulls no son un oponente cualquiera para James, Dwyane Wade, Chris Bosh y compañía. No cuando tuvieron el mejor récord del Este en dos de las tres campañas de la era de los 'Tres Grandes' y solo 13 victorias (Miami 170-Chicago 157) los separa en ese periodo de tiempo, a pesar de que la tropa de Tom Thibodeau se bandeó en el 2012-13 sin su astro Derrick Rose.

No cuando Chicago gana 7-4 el uno contra uno desde que LeBron llegó con sus talentos a Miami --incluyendo el triunfo la que le puso fin a la racha histórica de 27 victorias-- utilizando su sofocante defensa y ruego juego físico para maltratar y ser una espina en el costado del Heat sin importar quien vista el rojo y blanco.

No cuando Rose --el último jugador no llamado James en ser el MVP de la NBA-- viene a la carga a los 24 años de edad, listo para silenciar las críticas y recuperar su lugar entre los canasteros elite de la liga, con su mirada fija en el rey y su trono.

Chicago, que abre la temporada el 29 de octubre ante el campeón defensor, no fue un gran jugador en el mercado de agentes libres, manteniendo básicamente intacto su núcleo, con la esperanza de que buena salida sea la norma a través de la plantilla y que un Rose hambriento marque la diferencia. Mike Dunleavy Jr. llega en esencia para sustituir a Marco Belinelli, mientras que el equipo espera que Marquis Teague pueda desarrollar y ayudar a reemplazar los minutos de Nate Robinson y Richard Hamilton.

Fuera de Rose, el jugador más importante para la venidera campaña es el joven alero de 23 años Jimmy Butler, quien se robó el corazón de la fanaticada en Chicago con una destacada actuación en la pasada postemporada. Butler --as defensivo con espacio para mejorar en ofensiva-- aprovechó la lesión del titular Luol Deng para dejar claro que es una figura invaluable en el futuro de los Bulls, brindándoles flexibilidad en y fuera de la cancha como una atractiva pieza de cambio.

Con Butler en ascenso, Chicago tiene varias fichas en juego para tratar de afinar tras la corona del Este. Butler no es intocable, aunque las posibilidades más reales son que Deng, Kirk Hinrich (ambos en el último año de contrato) o Carlos Boozer (candidato a amnistía) sean movidos si la situación lo requiere, pensando a corto y largo plazo.

De cualquier forma, los Bulls no tendrían problema en competir por el mejor récord de la conferencia, amparados de su defensa, y dependiendo de la ofensiva de Rose y la energía de Joakim Noah como cartas ganadoras. La fórmula no falla desde que Thibodeu tomó las riendas en el 2010, y aunque la fanaticada todavía espera por un campeonato, sus oportunidades de representar al Este en la Final de la NBA son tan buenas como las de cualquiera.

Tanto Chicago como Indiana tienen el personal para desbancar al Heat, aprovechando su altura y fortaleza en la pintura para gastarlo, y su juventud en el perímetro para hacerlo sudar. Miami todavía es el favorito y trabaja con mejorar sus áreas problemáticas, pero considerado que ningún equipo avanza a cuatro finales corridas desde los Boston Cetics de Larry Bird (1984-87), su posición no es segura.

Tampoco es la de los Bulls, por lo menos hasta que veamos a Rose en el tabloncillo. Solo entonces sabremos si la lesión que lo mantuvo fuera desde el 28 de abril de 2012, y lo obligó a perderse las pasadas dos postemporadas, fue una bendición disfrazada o es una pesadilla de la cual todavía no despertarán.