<
>

El torneo más difícil del mundo

BUENOS AIRES -- Luego de una espera que se hizo casi interminable, 95 larguísimos días, finalmente volvió el Calcio. Lo hizo con una fecha que tuvo el poder de plantear claramente desde un mismo comienzo las claves de un torneo que se anuncia, más que nunca, apasionante y atractivo.

Lo primero que hay que decir es que en el mercado del Calcio, luego de un paréntesis de déficit neto de calidad, con los mejores jugadores que ya no llegaban al Calcio y, por el contrario, se iban, como Eto'o, Snejder, Ibra, Thiago Silva y muchos otros, mostró un cambio de tendencia, leve pero claramente advertible. Si bien se fue Cavani, las llegadas de Tevez, Higuaín, Gomez (quien anotó 99 goles en lo últimos 5 años en Bundesliga, siendo el máximo anotador en ese lustro) y la recuperación al mercado italiano de Balotelli y Giuseppe Rossi, un delantero de nivel internacional antes de la lesión, constituyen un claro señal de inversión de tendencia.

Para ir al punto que nos convoca, la primera fecha planteó el duelo por el título entre Juventus y Nápoli, mucho más abierto de lo que se podría pensar, pero también nos habló de Fiorentina, Inter, Roma y Lazio que se pueden meter en la conversación y, en todo caso, influir pesadamente en la pelea por el Scudetto.

Juventus ganó, sin jugar bien pero con su táctica infalible, como esa anaconda que rodea su víctima con las espiras y la va ahogando lenta pero inexorablemente. Fue todo un símbolo que el gol decisivo haya sido de Tevez, el único jugador en la cancha que no integraba el plantel del bicampeonato.

Tevez no tuvo un gran partido, luchó y perdió más de lo que ganó, pero estuvo implacable a la hora de definir. Juventus necesitaba esa "maldad" agonística ahí adelante y nadie mejor que Tevez para eso. Eso sí, Vucinic y Carletto deben encontrar mucho más diálogo y automatismos.

El hecho es que Juventus confirma su solidez casi impenetrable defensiva, su zona media plagada de jugadores de la calidad de Pirlo, Vidal (monumental en el pase decisivo) pero también del joven Pogbá, generoso e inteligente a la hora de la asistencia a Tevez, y de los inexauribles Lichtsteiner y Asamoah y ahora a todo eso le sumó un ataque de nivel europeo. Se sacó de encima Sampdoria, el único equipo que le había ganado ambos partidos en el torneo anterior. Veremos quien podrá sacar puntos en Marassi ante los muchachos de Delio Rossi.

Nápoli fue una grata sorpresa. Uno dudaba de la reacción de un grupo adiestrado a la férrea y casi militar disciplina de Mazzarri ante el "aplomo" británico de Benítez. Además, en lo táctico el paso de la defensa a tres a la más tradicional línea de cuatro implicaba riesgos potenciales nada despreciables.

En cambio Nápoli jugó un partidazo, con Higuaín que sufrió al igual que su colega bianconero pero con un novedoso 4-2-3-1 que exaltó las calidades de Hamsik y también de Zúñiga (partidazo del colombiano), Pandev y Callejón, otra grata sorpresa. En suma, cuando el mejor Higuaín se acople a este esqueleto, Nápoli podría ser una maquinita muy linda de ver y muy difícil de enfrentar.

Fiorentina es un proyecto hermoso, con un técnico joven y ambicioso y un plantel que tiene una zona media de calidad increíble (Matías Fernández es suplente, toda una definición), un Cuadrado estratosférico, un Pizarro que en la madurez está entregando lo mejor y un ataque potencialmente tremendo, con Rossi recuperado y el "panzer" Gomez.

Inter, con la solidez del sargento Mazzarri, mostró que tiene plantel más que suficiente para un campeonato ambicioso, máxime considerando que no tendrá compromisos entresemana. El triunfo ante Genoa no fue brillante, pero fue asombrosamente normal, casi lógico. Inter tiene mucho más plantel y, si juega con atención en defensa e intensidad adelante, le puede hacer partido a cualquiera. Muy bien Alvárez, excelente Guarín, siempre mortal Palacio, más que una promesa Icardi. Y pronto volverá Milito.

Discurso similar para Roma, que también tiene un buen plantel, más allá de algunos comportamientos de mercado de los dirigentes francamente incomprensibles. También su triunfo fue normal, por decantación simple de mayor calidad técnica, y también Roma no jugará en Europa. El podio es un objetivo, difícil pero no imposible.

Lazio, si Klose aguanta más de una media temporada, con ese Hernanes y los externos que tiene, Candreva y Lulic, también es temible. No parece tener plantel para una carrera larga, pero en las copas puede sacarse, nuevamente, algún gusto grande. Le ganó bien a las ruinas de un Udinese que, evidentemente, erró totalmente la pretemporada, en cuanto a diagramación atlética y, quizás más, en cuanto a mercado.

Dejamos por último a Milan, claramente la desilusión de esta primera fecha. Que es un misterio casi indescifrable. Por 15 minutos pareció un equipazo, padrón del juego y del campo, con un gol muy bonito. Pero alcanzó con que Vérona superara el miedo escénico del recién ascendido y se pusiera a jugar para que Milan se derritiera como un helado en el horno. Toni, con un partido conmovedor, casi perfecto, anotó un doblete, ridiculizó a los defensores rivales y le explicó con los hechos a Mario Balotelli cuanto le falta para poder considerarse un gran jugador.

El problema de Milan es la falta absoluta de carácter, que ya se había notado claramente, por ejemplo en las copas europeas, y que probablemente refleja la personalidad de su conductor. Es un problema que puede ser muy sencillo de resolver, máxime considerando que este Milan tiene en el plantel a muchos "niños", de edad y de comportamiento, pero que también puede transformarse en un lastre que comprometa irreversiblemente la temporada rossonera.

El partido del miércoles ante PSV, con un marcador favorable en el primer encuentro, es ya una "última playa": si este Milan queda afuera de la Europa que cuenta, la adversidad podría provocar un derrumbe psicológico tremendo. En todo caso, casi seguramente no será Allegri quien deberá resolverlo: en los boxes, Filippo Inzaghi calienta motores.