<
>

El vuelo giallorosso

BUENOS AIRES -– La sexta fecha del Calcio, en nuestro caso, coincidió con la posibilidad de relatar por primera vez en la temporada al actual puntero, la Roma de Rudy García que protagoniza el mejor comienzo en la historia del club, con seis triunfos consecutivos.

Sin duda Roma tuvo un fixture inicial muy favorable, pero los seis triunfos quedan y, sobre todo, quedan el único gol sufrido en contra, los 17 a favor (casi tres por partido) y aún más la manera simple, autoritaria, sólida y por momentos muy atractiva que tiene para jugar fútbol.

Hay un eje central de veteranos de mil batallas. El arquero Morgan De Sanctis, sobrio, seguro y que, sin otros compromisos ni de club ni de selección, puede cuidarse y mantenerse en condiciones brillantes; Daniele De Rossi, quien parece regenerado totalmente por la "cura" García; y Francesco Totti, quien da la impresión de haber vuelto a su antigua función de enganche y goza de excelente condición física.

Alrededor de ellos hay un plantel joven y con hambre de gloria, como dice el "banner" en inglés puesto por la propiedad americana sobre el techo del banco de suplentes. Pjanic y Strootman, junto a De Rossi, forman un mediocampo de enorme dinámica pero también con notable calidad técnica, a la que se suma Totti, quien tiene con quien dialogar y aprovecha esa comodidad.

Los dos delanteros, Florenzi y Gervinho, colaboran en fase defensiva pero también saben dar profundidad atacando los espacios, lo cual favorece la extraordinaria pegada del capitán a nivel de asistencias, pero también su capacidad carismática de "llamar" hacia sí mismo los rivales y abrirles espacios a sus compañeros.

En suma, Roma ganó y goleó pero sobre todo gustó, y mucho. El partido de la próxima fecha en casa de Inter se vuelve un examen exigente y decisivo, porque en caso de superarlo exitosamente, Roma tendrá el derecho de ser considerada gran candidato al título, rol que a su vez deberá asumir sin esconderse detrás de lugares comunes tipo "aún nos falta trabajo".

Detrás de Roma, Nápoli retomó el rumbo correcto ganando en casa de Genoa y provocando el despido de Liverani (volvió Gasperini, cosas de locos, o mejor dicho cosas de Preziosi). Lo hizo transpirando apenas en los primeros 25 minutos, con gran jerarquía y dándoles descanso a Hamsik e Higuaín en clave Arsenal.
Pandev anotó un doblete y debutó, con una hora de juego muy productiva, el colombiano Duván Zapata. En general, el equipo lució sumamente superior y muy confiado en su fuerza y potencial.

También a dos puntos está Juventus, pero a la hora de evaluar su real momento hay que considerar que la Vecchia Signora tendría cuatro puntos menos sin dos yerros arbitrales consecutivos y graves. La suerte es ciega y, al final del torneo, podrían contabilizarse también errores en contra de Conte y sus muchachos.

Pero a la hora de analizar el funcionamiento, está claro que Juventus está aún lenta, bastante trabada y previsible sin la genialidad de Pirlo. Vidal, Tevez y los jueces de línea la mantienen ahí cerca, pero estamos convencidos de que estamos muy lejos aún de ver a la mejor Juventus, esperando que eso comience a ocurrir en el fundamental partido del miércoles ante Galatasaray con su novelo DT Roberto Mancini.

Inter empató en Trieste ante Cagliari, así que sin ser realmente visitante. Pero no fue mal resultado, porque Cagliari es un rival que ya supo frenar a Fiorentina como visitante y porque Inter, más allá del marcador final, había hecho méritos como para ganar.

Por otra parte, el partido demostró que las "segundas líneas" del plantel no son tan fuertes como los titulares y que Mazzarri, como le ocurría con el Nápoli, necesitará insistir sobre el mismo once para mantener un ritmo competitivo en la tabla.

Pero, al tratarse del comienzo de un proyecto y puesto que el equipo se mantiene invicto y ya jugó ante Juventus, está claro que por ahora el nerazzurro se mantiene en la "línea de flotación" y no puede ser descartado en clave Scudetto.

Tenemos así a cuatro candidatos posibles. Fiorentina se bajó sola con la derrota en el Meazza de la quinta fecha, donde mostró absoluta falta de personalidad, como ya le había ocurrido ante Cagliari y como le volvió a pasar, nuevamente de local, ante Parma, en un partido que pudo hasta haber ganado pero que también pudo haber perdido y que le igualaron en la última jugada del encuentro.

El triunfo de Milan ante Sampdoria por la mínima diferencia, así como el rocambolesco empate de la jornada anterior ante Bologna, confirmaron dos sensaciones: que Milan tiene plantel para jugar mucho mejor de lo que hace, con la enorme complicidad de las lesiones, y que cuando se pondrá finalmente a hacerlo ya estará muy lejos para pensar en el título y sólo podrá luchar por el podio, como en la temporada anterior.

Por lo pronto, necesita un buen resultado en los dos próximos partidos, en Amsterdam ante Ajax y en Turín ante Juventus: ¿casi nada, no? Pero si lo lograra, aún que fuese con dos empates, ratificaría lo que acabamos de decir. Luego de la pausa por el turno FIFA volverían la mayoría de sus lesionados y el panorama podría cambiar mucho.

Cerramos con la lucha para salvarse del descenso, que se anuncia apasionante y "concurrida" como y más que la pelea por el Scudetto. La tabla actual, con Sassuolo que comenzó a sumar, Bologna y Samp demasiado feos para ser ciertos y otros, como Verona y Livorno, por el contrario demasiado lindos como para ser creíbles, no parece muy indicativa.

Todos ellos, antes o después, estarán en la pelea, junto a Chievo, Atalanta, Catania, y Genoa. Los únicos que parecen poder salvarse sin sufrir son Parma, Cagliari, Udinese y quizás Torino. Por el resto, habrá que transpirar ante rivales de nivel realmente muy similar. El equilibrio, como ustedes saben, es lo que hace del Calcio "el torneo más difícil del mundo".