<
>

La serie se ganó en el bullpen

BOSTON -- 0.43 Vs. 4.97. Esa fue la historia. Punto.

El jardinero Shane Victorino bateó un jonrón con las bases llenas contra el relevista dominicano José Veras en la séptima entrada para que los Medias Rojas de Boston derrotaran a los Tigres de Detroit en seis partidos para conquistar el campeonato de la Liga Americana y avanzar a la Serie Mundial contra los Cardenales de San Luis.

El sexto y último encuentro de la final del joven circuito, que ganó Boston 5-2, fue el fiel reflejo del playoff completo.

El japones Koji Uehara salvó tres partidos, incluyendo el último, y ganó el otro para recibir merecidamente el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato. Pero Uehara solamente fue la punta del iceberg que hundió la nave de los Tigres.

El bullpen de Boston permitió una carrera y ponchó 16 bateadores en 21 entradas durante la serie. Los Tigres apenas batearon .222, incluyendo .190 contra Uehara, quien abanicó a nueve y no regaló boletos.

"Todo lo que puedo decir es que estoy extremadamente, extremadamente feliz ahora mismo", dijo Uehara por intermedio de un intérprete. "Todo fue sobre como este equipo me quería y la pasión que mostró para adquirirme. Me siento honrado por jugar para este equipo", agregó el el nipón, el primer cerrador nombrado MVP de una final de la liga desde Mariano Rivera en 2003.

"Cuando entramos a la postemporada había muchas dudas con los muchachos que hacen el puente para llegar a Koji. Y ellos no podían haber lanzado más consistentemente, más efectivo", dijo el manager John Farrell.

"Lo que Bres [Craig Breslow] y Taz [Junichi Tazawa] han hecho, y [Brandon] Workman hizo esta noche, fue un asombroso inning. Un gran trabajo en sentido general", agregó Farrell.
El cuerpo de relevistas de Detroit fue exactamente lo opuesto al de Boston. Además de ceder cuadrangulares con las bases llenas en los juegos 2 y 6, tuvo una derrota, dos desperdicios de ventaja y permitió nueve carreras-- 7 limpias-- en 12.2 entradas. Solamente el dominicano Al Alburquerque, quien lanzó en todos los juegos, tuvo efectividad decente (2.25), mientras que el resto fracasó estrepitosamente.

"Colectivamente, comenzando conmigo, los coaches, los jugadores, no hicimos lo suficiente", dijo Jim Leyland, el manager de los Tigres. "Colectivamente, no lo hicimos muy bien", agregó.

Detroit apenas bateó .254 en la serie, pero incluso eso fue 52 puntos mejor que el promedio de Boston, y su porcentaje general de efectividad (2.77) superó al de los Medias Rojas (3.06). Pero mientras los abridores se combinaron para efectividad de 2.06 y 55 ponches en 39.1 entradas, los relevistas tiraron la temporada completa por la acantarilla.

Mucho antes del jonrón de Victorino que impactó como una descarga eléctrica a lo largo de todo Nueva Inglaterra, Farrell y Leyland hicieron algunos movimientos que dejaron en evidencia la superioridad de Boston a la hora de acudir al bullpen.

Ganando Boston 1-0 en el sexto inning, Farrell decidió sacar antes que después al abridor Clay Buchholz, mandando al derecho a bañarse cuando transfirió a Torii Hunter y permitió sencillo al gran Miguel Cabrera arrancando la entrada. La última vez que Buchholz trabajó cinco o menos entradas en un partido fue el 10 de septiembre contra los Rays de Tampa Bay.

La decisión de Farrell era comprensible, no solamente por la importancia del partido, sino porque su bullpen comenzó la jornada del sábado con efectividad de 0.96 en toda la postemporada.

Sin embargo, el zurdo venezolano Franklin Morales transfirió con tres pitcheos a Prince Fielder, quien no ha impulsado una carrera desde el 22 de septiembre, y entonces su compatriota Victor Martínez metió doblete contra la verja del jardín izquierdo para remolcar a Hunter y Cabrera y dar ventaja a los Tigres 2-1.

El derecho Workman, ayudado por un terrible corrido en las bases de Fielder, apagó el fuego y mantuvo igual el marcador. Las dos carreras fueron cargadas a Buchholz, quien terminó la serie con efectividad de 5.91 en dos salidas, ambas contra Max Scherzer.

Mientras Farrell tenía grandes razones para confiar en su bullpen, Leyland tenía las suyas para tratar de extender la salida de Scherzer lo más posible. Los relevistas de Detroit entraron al encuentro con marca de 0-1, efectividad de 4.91 y una muy mala vibra.

En el cierre de esa misma entrada, Leyland comprobó su punto cuando mantuvo a Scherzer en el box, pese a una situación de extremo peligro. Victorino recibió su sexto pelotazo de la postemporada y Dustin Pedroia caminó para traer al plato al siempre peligroso bateador zurdo David Ortiz con la carrera de ventaja en circulación.

Scherzer hizo out a Ortiz con un buen batazo por el jardín izquierdo y después que los corredores avanzaron por un pitcheo salvaje, ponchó a Mike Napoli y dominó a Jarrod Saltalamacchia con elevado al campocorto.

En el séptimo, Jonny Gomes pegó doblete y después que Stephen Drew fue ponchado, el novato arubano Xander Bogaerts negoció una base por bolas en seis pitcheos, tras estar abajo 1-2 en la cuenta. Leyland se vió obligado a sacar a Scherzer, quien tenía 110 lanzamientos en el partido. El favorito al premio Cy Young permitió cuatro carreras y ponchó 21 en 13.1 entradas, pero el bullpen fue bateado con seis hits-- incluidos dos grand slam-- y siete carreras en 2.2 episodios en sus presentaciones.

El zurdo Drew Smyly dominó a Jacoby Ellsbury con rodado por donde el casi siempre seguro torpedero cubano José Iglesias, quien pifió la pelota para llenar las bases y preparar el escenario para el batazo de oro de Victorino contra Veras.

"Honestamente, solo quería conseguir algo para al menos empatar el juego", dijo Victorino, quien apenas bateó .124 (24-3) en la serie. "Afortunadamente conseguí una curva en 0-2 que pude manejar para pegar el jonrón. Fue un momento especial. Ha sido un año especial, nosotros batallamos y buenos momentos como este se disfrutan", agregó.

Ahora Boston jugará en su 12da. Serie Mundial-- también ganó el campeonato de liga en 1904, pero no hubo Clásico de Otoño ese año-- y la tercera en 10 años. Por primera vez desde 1999, los equipos con los mejores récords se enfrentarán en el campeonato de campeones.

Será la cuarta vez que Boston y San Luis se miden en la Serie Mundial. Los Cardenales ganaron en 1946 y 1967, pero los Medias Rojas barrieron 4-0 en el 2004, cuando terminaron una sequía de 86 años sin celebrar.

"Probablemente nos tomará 12 o 24 horas asimilar lo que hemos conseguido, pero mirándolos por televisión anoche, se ve un equipo fantástico", dijo Farrell sobre San Luis. "Un paquete de brazos jóvenes pasarán por ese montículo. Para cuando arranquemos el miércoles, estaremos preparados, pero no ahora mismo", dijo.