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Sin racha pero con más fuerza

BUENOS AIRES -- Se cortó la racha de Roma: en casa de Torino, tuvo que conformarse con el empate y no pudo mejorar su ya histórica marca de 10 victorias consecutivas iniciales que, estamos seguros, resistirá por muchos años, quizás décadas.

Sin embargo, y de cierta manera paradójicamente, Roma salió fortalecida de ese empate. Está claro que, sin Totti y Gervinho, su produción ofensiva se había frenado bastante, como por otra parte confirman de manera inobjetable los números: 22 goles en los primeros 8 partidos, apenas 3 (dos 1 a 0 y este 1 a 1) en las últimas tres jornadas.

Pero el dato fundamental es que la defensa sigue brillando y, con el arco propio en cero, aún esos pocos goles le han alcanzado para sumar 7 puntos y mantenerse holgadamente en la punta. En el Calcio, desde siempre, se gana con la mejor defensa antes que con el mejor ataque.

Sin olvidarse un hecho fundamental: el gol de Cerci sufrido en casa de Torino, luego de increíbles 744 minutos de arco invicto, estaba viciado por una evidente irregularidad de Meggiorini contra Benatia y, con un árbitro apenas decente, hubiera sido correctamente anulado.

Para cerrar el tema referí, el impresentable Luca Banti también negó, en el final, un penal clamoroso contra Pjanic, que hubiera casi seguramente permitido ese triunfo que Roma, sin dudas, merecía. Si uno repasa el éxito de Juventus ante ese mismo rival, con un gol en clara posición de off side, y lo suma al daño sufrido a manos de Banti, es fácil darse cuenta de que Roma debería tener otros cuatro puntos más que el bicampeón Juventus en la tabla.

Así y todo, como decíamos al comienzo, Roma salió fortalecida de ese "percance". En efecto, el equipo demostró que, aún sin sus máximas figuras, sigue funcionando de manera brillante y sólida y que, árbitro a parte, sigue superando a sus rivales en cuanto a juego e intensidad.

Por todo esto, el pronóstico sigue favorable: luego del lujo de 48 horas de descanso absoluto, concedido por García a sus jugadores, Roma podrá preparar con serenidad el próximo partido, en casa ante el recién ascendido Sassuolo, mientras que sus perseguidores Juventus y Nápoli, archivados los partidos con sabor a final en Champions League, respectivamente ante Real Madrid y Olympique de Marsella, donde ambos necesitan ganar o ganar, deberán enfrentarse entre sí el domingo a la noche en el Juventus Stadium. En suma, con toda probabilidad Roma aumentará su ventaja, sobre uno o quizás ambos rivales.

Por encima, de aquí a Navidad, Roma jugará cuatro veces como local (Sassuolo, Cagliari, Fiorentina y Catania) y sólo visitará Atalanta en Bérgamo y el alicaído Milan en San Siro, con la posibilidad cierta de sumar al menos 14 puntos y presentarse, ya en 2014, al desafío del Juventus Stadium cómodamente sentada sobre un increíble botín de 45 puntos (de los 51 posibles).

Otro punto a favor es la madfurez que demostró el entrenador, Rudi García, a la hora de analizar el partido de Turín: el hecho de haberse "liberado" de la racha (esas marcas, casi siempre, se vuelven un peso casi opresivo para un plantel) le permitirá al equipo salir de una atmósfera extraordinaria y volver a desenvolverse en una más cómodo entorno "ordinario", liberando ese entusiasmo que, en alguna medida, se había perdido en las cercanías del récord histórico.

Cerrado el capítulo Roma, que sólo deberá evitar que el "clima" histérico de la ciudad la contagie de alguna manera, hay que decir que los perseguidores también sumaron puntos a favor de su causa, a nivel de resultados y también, lo que más cuenta, a njivel de juego.

Juventus ganó un partido clave en Parma, donde la pasó bastante mal y estuvo a punto de quedar en desventaja (el ex Amaurí quiso hacerla de lujo y terminó devorándose un gol que clama venganza al cospecto de los dioses del fútbol). Luego, Conte mirando al banco pudo sacar a dos "nenes" como Pirlo y Quagliarella, artífice indirecto del gol decisivo, mientras que su colega Donadoni recurría a Sansone y Obi: demasiada diferencia, que se reflejó en el marcador final.

El problema de Juventus (muchos goles en contra en el comienzo del torneo) parece superado con los últimos 3 encuentros con el arco invicto, pero la sensación de cansancio, antes mental que físico, sigue presente y, con toda probabilidad, se incrementará en la fase decisiva del grupo de Champions. Por otra parte, lograr una hazaña en el escenario continental alimentaría sin dudas las energías del equipo también en el torneo local.

Con respecto a Nápoli, la vuelta de Higuaín se ha demostrado fundamental: en la casi imposible tarea de remplazar de manera indolor a Cavani, Benítez (y el presidente De Laurentiis) han logrado un medio milagro, porque la plata del uruguayo se gastó toda y bien y ahora el equipo, paradójicamente, luce más fuerte (porque con más variantes) que antes.

No puede ser un caso que, en Florencia, Rafa haya podido dejar nada menos que Hamsik sentado por casi todo el partido, por ejemplo: Mertens, Pandev, Insigne y Zapata son más que suplentes de lujo y el equipo no pierde potencial y efectividad aún cuando el entrenador decide "rotar" al plantel para preservarlo.

Un párrafo para Inter, que más lejos está de las responsabilidades de la lucha por el título y mejor juega, un fenómeno que ya se había advertido en otras temporadas y que, aún bajo el férreo mando de Mazzarri, por momentos asoma claramente, como para demostrar cierta falta de personalidad del plantel. De todas maneras, con la vuelta de los lesionados y alguna intervención puntual pero importante en el mercado de enero, Inter podrá luchar por un puesto en el podio, que hoy por hoy luce como su máximo objetivo posible.

Para Milan, en cambio, haría falta una nota a parte: así de inexplicable y absurdo es el momento de un equipo que lidera casi todas las estadísticas de juego pero deambula por las canchas como una fantasma de sí mismo. Esta vez sacó provecho Fiorentina que, con un esquema prudente y casi sin despeinarse (dos remates, dos goles) se llevó tres puntos de San Siro, donde por otra parte también había ganado en las dos temporadas anteriores.

Cerramos con la pelea para permanecer: mirando la tabla, y confrontándola con las supuestas potencialidades de cada uno, la impresión es que esta pelea será tan y quizás más apasionante que la propia lucha por el título. Y ojo, porque podrían verse involucrados equipos que, en los últimos años, se había salvado con absoluta comodidad. Así de incierto es el "torneo más difícil del mundo".