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Bosnia, el debutante

Getty Images

BUENOS AIRES -- El pueblo de Bosnia-Herzegovina vivió la fiesta popular más grande de su historia hace pocos días. Después de la victoria sobre Lituania, su Selección de fútbol se clasificó para la Copa del Mundo por primera vez y eso desató la euforia en un pueblo dividido por una guerra que involucra a todas las etnias que componen a esta pequeña nación balcánica.

El Seleccionado que hoy enfrentará a la Argentina en un partido amistoso en los Estados Unidos, logró su mayor triunfo de la mano de un plantel integrado por musulmanes, serbios y croatas, las tres principales etnias del país. Musulmanes como la gran figura Edin Dzeko, serbobosnios como Miroslav Stevanovic y croatobosnios como Zoran Kvrzic lograron algo que parecía una utopía: la unión de toda la sociedad para celebrar un éxito deportivo.

El psicólogo Ibrahim Prohic afirmó en diálogo con EFE que "la clasificación es como una aspirina psicológica en un país en el que todo es política, en que la religión es política, hasta el censo de la población es política, y en el que no pasa nada bonito. Es uno de los pocos momentos en nuestras vidas en las que nos sentimos felices, como triunfadores, cuando hemos logrado por nosotros mismos algo grande".

Después de la sangrienta Guerra de los balcanes, Bosnia-Herzegovina se independizó de Yugoslavia y en las pasadas Eliminatorias obtuvo su primera clasificación a un torneo de fútbol importante. Fueron casi dos décadas de problemas estructurales en el fútbol bosnio, que hace dos años estuvo al borde del colapso por diferencias entre los principales dirigentes. Hoy, la aparición de un grupo de futbolistas de gran talento logró aquello que hasta hace poco era sólo un sueño.

El entrenador Safet Susic llegó a la Selección nacional en 2010, después de la derrota contra Portugal en el repechaje de las Eliminatorias para Sudáfrica 2010 -llegó a esa instancia tras dejar en el camino a Bélgica y Turquía-. Cuatro años más tarde, el equipo se tomó revancha y llegó a la Copa del Mundo sin necesidad de pasar por la repesca.

Ahora bien, ¿cómo juega Bosnia? Tiene en Edin Dzeko a su principal figura. El delantero de Manchester City es el dueño del equipo, por él pasan casi todas las jugadas y es el principal responsable del gran poderío ofensivo de su Selección, la cuarta más goleadora de la Clasificación europea. El futbolista nacido en Sarajevo terminó como el segundo máximo goleador de las Eliminatorias, con diez gritos.

Su compañero de ataque es el hombre de Stuttgart Vedad Ibisevic, quien sufrió el exilio por la Guerra y tocó el cielo con las manos cuando marcó el gol de la clasificación contra Lituania. Cierra este gran trío ofensivo Miralem Pjanic, uno de los mejores jugadores de esta Roma imparable de inicio de temporada. Pjanic es quizás el principal socio de Dzeko en la estructura ofensiva de Bosnia.

En el mediocampo el jugador clave es el experimentado Zvjezdan Misimovic, quien actualmente se desempeña en Dínamo Moscú. A su lado juega Senad Lulic, quien se crío futbolísticamente en Suiza debido a la Guerra y hoy juega en Lazio de Italia.

El líder de la defensa y capitán del equipo es el zurdo Emir Spahic, quien nació en la ciudad croata de Dubrovnik pero eligió jugar para Bosnia. El arco tiene dueño absoluto: Asmir Begovic, figura de Stoke City que también sufrió el exilio en su niñez y por eso jugó toda su vida en el extranjero.

Esta es Bosnia-Herzegovina, posiblemente el único Seleccionado debutante que tendrá Brasil 2014. Después del festejo más grande de su historia se prepara para jugar un amistoso de gran nivel frente a Argentina, que le servira para ver dónde está parado y para empezar a pensar en lo que será el sueño hecho realidad: la Copa del Mundo.