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Compás de espera por el efecto Tanaka

La salida al mercado del japonés Masahiro Tanaka deja en un compás de espera a los principales lanzadores que aún permanecen en la agencia libre.

La suerte de los derechos Matt Garza, Ubaldo Jiménez, Bronson Arroyo o Ervin Santana podría definirse a fines de enero del 2014, luego de que los equipos interesados en Tanaka terminen de hacer sus ofertas y este decida con cuál de ellos comenzará su andar por las Grandes Ligas.

El japonés tiene exactamente hasta el 24 de enero para firmar con el conjunto de su elección o regresar a su país en caso de no llegar a acuerdo alguno.

Tanto Garza, como los dominicanos Jiménez y Santana o el cubanoamericano Arroyo serían piezas ideales para completar las rotaciones de muchas de las novenas con aspiraciones reales para la próxima temporada.

Pero esos conjuntos que esperan incluirse en el grupo de verdaderos contendientes posiblemente sean los mismos, en su gran mayoría, que estarán detrás de los servicios del japonés.

Por ejemplo, en el caso de Arroyo, ya la pasada semana los Yankees de Nueva York contactaron a su agente para explorar la posibilidad de sumarlo a su rotación.

Sin embargo, los propios Yankees han mostrado desde el principio el mayor interés por Tanaka, por lo que la eventual llegada del cubanoamericano a la Gran Manzana se daría sólo si el equipo pierde en la puja por el nipón.

Es como una especie de veda en el mercado de brazos, la cual se levantará una vez que se decida el futuro de derecho asiático de 25 años.

Por cierto que desde ya se maneja una cifra de alrededor de 100 millones de dólares que podría costarle en total al equipo que se haga de los servicios del japonés.

Esto incluiría los 20 millones del derecho a negociar con él, por lo que el contrato final rondaría alrededor de los 80 millones.

La cantidad es aproximadamente similar a las que costaron los también lanzadores derechos Daisuke Matsuzaka y Yu Darvish.

Por Matsuzaka, los Medias Rojas de Boston le pagaron en el 2007 a los Seibu Lions 51.1 millones por el derecho a negociar y 52 millones al lanzador en un contrato de seis campañas.

Por su parte, los Vigilantes de Texas transfirieron 51.7 millones a las arcas de los Hokkaido Nippon Ham Fighters en el 2012 para poder conversar con Darvish, quien terminó firmando un acuerdo por 56 millones y seis temporadas.

En caso de que así sea, Tanaka se convertiría en el novato con el mayor contrato de todos los tiempos, honor que por ahora le corresponde, aun sin haber debutado todavía, al cubano José Dariel Abreu, que firmó un pacto con los Medias Blancas de Chicago por 68 millones.

Sólo entonces, cuando ya se resuelva este asunto, los equipos que salgan con las manos vacías en la puja por Tanaka, se lanzarán tras los otros agentes libres, quienes, aunque parezca contradictorio, se podrían ver beneficiados por este compás de espera.

¿Por qué? Porque ya para inicios de febrero, los dueños y gerentes generales estarán más apurados por llenar las vacantes, ante la inminencia de la próxima campaña.

¿O no? También podría producir un efecto contrario y por ese mismo desespero luego de tan larga espera, los agentes libres se irían detrás de la primera oferta que aparezca, por aquello de no querer estar desempleados el día que empiece la fiesta.