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MLB hace lo correcto ¿pero funcionará?

ORLANDO, Florida -- Las Grandes Ligas y la Asociación de Peloteros acordaron endurecer el programa antidopaje del béisbol, que desde hace mucho tiempo es considerado por muchos como el más severo de los deportes profesionales.

En el comunicado enviado a los medios, las autoridades del béisbol informaron que se incrementarán las sanciones de 50 a 80 juegos por una primera violación, de 100 a 162 juegos por un segundo positivo y se mantiene la suspensión de por vida para segundos reincidentes.

Además, los jugadores suspendidos no podrán participar en los playoffs de esa temporada y los que sean sancionados por 162 encuentros no cobrarán un centavo del salario que tenían establecido en sus contratos. Tampoco podrán accionar en el Juego de Estrellas.

Además, se aumentaron de 1,400 a 3,200 las pruebas de orina y de 1,200 a 1,600 las pruebas de sangre para detectar hormonas de crecimiento humano. Un pelotero que sea suspendido, en el futuro será sometido a seis pruebas de orina y tres de sangre adicionales a las ya existentes y las mismas serán realizadas de manera sorpresiva.

De entrada, el nuevo programa antidopaje luce diseñado para poner a pensarlo dos veces a cualquier potencial infractor. Sin embargo, la historia reciente nos indica que sin importar que tan dura sean las reglas, mientras los beneficios justifiquen el riesgo, los jugadores seguirán intentado engañar el sistema.

Perder el salario completo de un año en una industria con un sueldo promedio de cuatro millones de dólares y la posibilidad de ser expulsado de por vida, y la vergüenza que eso conlleva, debería bastar para disminuir a casi cero las violaciones.

Pero si en esa misma industria siguen premiando a los infractores con contratos de $50 millones de dólares, entonces el castigo no se ve tan severo, especialmente cuando la sanción por una primera violación ha sido relativamente benigna-- de 25, 50 y 80 juegos-- y la razón para que algunos jugadores se sigan arriesgando.

En una encuesta reciente de ESPN entre los peloteros de Grandes Ligas acerca de su percepción de cuál sería el porcentaje de jugadores que estaría usando sustancias prohibidas actualmente, la mayoría dijo que entre un 9 y 10%. Ojo: Esa es la opinión de los mismos peloteros.

La clave de todo está en la sanción por la primera violación. Hasta que no se amenace el bolsillo de los jugadores desde el principio, seguirán los intentos de burlar el sistema. Un año de suspensión por la primera violación intencional podría impactar de manera positiva el programa.

Grandes Ligas y la Asociación de Peloteros dieron un gran paso ¿pero funcionará?