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Pineda despeja cualquier duda

El dominicano Michael Pineda despejó de manera sobresaliente cualquier duda que aún pudiera quedar en torno a su recuperación.

Con una extraordinaria actuación de seis innings, en los que propinó siete ponches y permitió una carrera y cuatro hits, Pineda pasó la prueba más difícil para un lanzador de los Yankees de Nueva York: vencer la presión de la exigente afición neoyorquina nada menos que frente a los archirrivales Medias Rojas de Boston.

Cuando los Marineros de Seattle canjearon al dominicano a los Yankees después de la temporada del 2011, recuerdo que el ex lanzador cubano Eddy Oropesa, quien estuvo como apagafuegos con Filis de Filadelfia, Diamondbacks de Arizona y Padres de San Diego, me expresó sus dudas sobre la salud de Pineda.

Entonces era un novato de 22 años que había impresionado sobre todo en la primera mitad de la campaña, con un físico imponente y unos recursos que dejaban entrever a una estrella inminente.

"Nadie deja ir así tan fácil a un Félix Hernández en potencia", me dijo Oropesa, comparándolo con el estelar derecho venezolano de Seattle.

La vida no tardó en darle la razón y Pineda se perdió dos años, en los que trabajó duro, durísimo, en su afán de volver a lanzar en Grandes Ligas.

Se ganó el puesto tras una gran primavera y aunque perdió en su primera salida oficial ante los Azulejos de Toronto, mostró dominio casi absoluto, al aceptar una carrera en seis capítulos.

Su debut en Yankee Stadium con el famoso uniforme a rayas terminó de despejar cualquier interrogante que pudiera quedar, pues se presentó como aquel que una vez
fue una de las mayores promesas del pitcheo en todas las Grandes Ligas.

La velocidad, el control y el repertorio están intactos y lo único que necesita para finalmente afianzarse y recuperar los años perdidos es salud.

Un Michael Pineda saludable es quizás la clave en las aspiraciones de los Yankees, más allá de C.C. Sabathia o del recién llegado Masahiro Tanaka.

Se trata de un quinto abridor de lujo, como casi ningún equipo tiene en ese puesto de la rotación, por lo que el dominicano tendrá a su favor que generalmente enfrentará a serpentineros menos calificados. Esa ventaja deben aprovecharla él y todo el equipo.

Pineda acaba de graduarse como Yankee. A sus 25 años, si se mantiene lejos de las lesiones, estaremos hablando de un lanzador fuera de lo común, que puede hacer historia en esta pelota.

Ojalá la salud lo acompañe de ahora en adelante y las campañas del 2012 y 2013 sean apenas un mal recuerdo.