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Siempre único

El 2014 ha sido excepcional para Watson: en todas sus presentaciones terminó entre los 10 mejores Getty Images

AUGUSTA -- No hace falta que les diga que este último Masters fue el menos emocionante de los últimos años, que no hubo esos fuegos artificiales que Augusta nos regala cada año en los últimos 9, y que los últimos dos grupos no hicieron ni uno solo en los últimos 4.

Así y todo el Masters sigue siendo único.

Sigue siendo único, porque, a pesar de todo lo anterior, hubo un campeón que le dio emoción al final. El drive que pegó en el 13, el segundo golpe del 15 --¿hacía falta?-- y el toque emotivo con su hijo Caleb en brazos (me hizo acordar a Mufasa mostrando a Zimba en el Rey León), hacen de Bubba Watson un gran campeón. El año 2014 ha sido excepcional para Watson y en todas sus presentaciones terminó entre los 10 mejores, habiendo ya ganado en Los Angeles con dos rondas finales de 64.

Sigue siendo único, porque la pasión que despierta entre los aficionados está intacta, más allá que Tiger Woods no haya estado presente. Es verdad que las entradas bajaron de precio, pero un ticket para el fin de semana había que pagarlo entre 700 y 1000 dólares.

Sigue siendo único, porque el precio de la comida dentro del club es ridículo. Es más caro para los socios almorzar en la terraza del club house, que para un espectador comerse un par de sandwiches y una cerveza.

Sigue siendo único, porque la gente se desespera por comprar algo en el pro-shop. Todo el merchandising del Masters se vende al público sólo en la semana del torneo, y por más que hayan tenido ofertas de todos lados para vender por internet, el club siempre ha querido que siga siendo la semana del Masters el único momento para poder comprarlo. Es así que cuando uno tiene un ticket para Augusta, infinidad de nuevos amigos aparecen con encargos de todo tipo. Siempre hay cosas nuevas para comprar y este año aparecieron las correas para los perros con el logo del Masters. Obviamente hubo que comprarla.

Sigue siendo único, porque el torneo de par 3 es un espectáculo que sólo brinda el Masters. No sólo por ver a Nicklaus, Palmer y Player jugar juntos, sino que allí están invitados todos los ex ganadores de cualquier major, e inclusive los ex campeones del US Amateur. Muchos de ellos llegan a Augusta sólo para estar presentes ese día y disfrutar del lugar.

Sigue siendo único, porque el jueves temprano llegan al tee Nicklaus, Palmer y Player para inaugurar el torneo. En mis primeros Masters, los starters honorarios eran Sarazen, Nelson y Snead, algo que tuve la suerte de poder ver un par de años. Ahora, las puertas del club se abren a las 7.30 del jueves y a las 7.40 las tres leyendas pegan el driver del 1 y el Chairman del club declara abierto el Masters.

Sigue siendo único, porque esa semana se junta todo el golf mundial para definir cuestiones relacionadas con el juego. La AAG está presente y las autoridades tienen reuniones todos los días con otras federaciones y sponsors.

Sigue siendo único, porque uno podría sacar una foto del green del 18 y al año siguiente encontrará muchas de las mismas caras sentadas en el mismo lugar para ver la definición.

Sigue siendo único, porque la gente ingresa al club con su sillita, la deja en el lugar que más le gusta, apoya allí su sweater, campera o máquina de fotos, y vuelve horas más tarde para encontrar todo en su lugar. No sólo nadie toca nada, sino que a nadie se le ocurre sentarse en una silla que no sea la propia.

Podría seguir un rato más dándoles ejemplos de por qué el Masters es único, pero mi editor no me deja por cuestiones de espacio. Nada se compara al Masters, y sólo faltan 50 semanas para volver a tenerlo.