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Carletto y Pep, éxito debutante

MADRID -- Llegan a una semifinal de UEFA Champions League con un punto en común: primera temporada en el club. Con lo que esto significa y con las variables con las que hayan lidiado, Carlo Ancelotti y Pep Guardiola han llegado entre los mejores cuatro equipos de Europa. Referencia que no merece ningún menosprecio.

Entrar en un nuevo club requiere de varias tareas de un técnico. Primordialmente acomodar la estructura para que trabaje en función de su método, imponer una idea de juego consecuente al plantel que se dirige y ganar. Fundamentalmente, ganar.

Ancelotti y Guardiola han ganado y bastante en sus primeras temporadas. Lo han hecho con historias paralelas y caminos sólo parecidos en el hecho que, llegado el verano pasado, ambos tenían que conocer un vestuario diferente. Necesitado de una revitalización estaba el del Real Madrid. A Carletto lo llamaron "entrenador de los jugadores" y con este sello se esperaba que bajaran los decibelios de las campañas con Mourinho en la caseta. Ancelotti abrió puertas que antes permanecían cerradas. Cambiaron las formas. Poco ha cambiado la naturaleza del equipo: repleto de talento.

Es el uso de los recursos del plantel lo que más ha complicado al italiano. Potenciado por la llegada del mejor jugador de la Premier League, Gareth Bale, pero con la obligación de utilizarlo y despojado del mejor creador de juego con el que contó las últimas temporadas, Mesut Ozil, Ancelotti arrancó. Le costó hacerlo al Real Madrid. Lo mejor se vio recién comenzado el año, cuando el calendario arreciaba en cantidad pero la calidad de los rivales le permitía consolidar el juego. Modric aportó mucho en conseguir el objetivo. Las mejores formas del croata, potenciado por la ausencia de Khedira por lesión.

La Copa del Rey le ha dado la tranquilidad de un título que lo hace indiscutible y puede conseguir dos más. Ancelotti ha gestionado mejor el ambiente del equipo que el potencial de un fútbol que puede desarrollar. Algo que se ha visto en cuotas pero que ahora se encuentra en las semifinales de Champions, por cuarta temporada seguida. Con menor estridencia que en las anteriores visitas. Con la duda de Cristiano y Gareth Bale, el peso de una ventaja que haga soñar al madridismo con una final y la décima. Ancelotti no es debutante en estas instancias pero hacerlo en la primera temporada en la que dirige a un plantel abollado en su confianza y con traumas naturales a su tamaño, es de enorme valor.

Hacerlo con un plantel campeón y que ha ganado tres títulos la temporada pasada, era una obligación. Lo que ha hecho Guardiola es llegar a semifinales con un Bayern mejor. Difícil medir algo tan subjetivo, pero este equipo gana distinto, domina diferente. Este Bayern ha llegado lejos con otros técnicos y de otras formas, el equipo de Guardiola juega a algo que cuando está en su mejor nivel, es muy difícil de superar.

Toca incesantemente en toda la cancha y llega al arco desde varios caminos. Pero la mejor forma del Bayern ha quedado en un recuerdo no muy distante, mas en el retrovisor al fin. Ganar la Bundesliga con siete jornadas por jugarse le ha provocado una relajación insospechada.

La instancia ya es suficiente para elevar la intensidad de cualquier plantel. Bayern la necesita más aún sin Thiago Alcántara. La mitad sola para la Lahm, en asistencia compartida, será un área muy grande para un que ha sabido cubrirla. Este es uno de los grandes aciertos de Pep en su temporada debut. Recuerdo en Praga a Lahm diciendo que quizás de portero no jugaría, pero no lo decía como certeza. Lo pensaría. Arriba Pep ha gestionado sin mirar al pasado y fijando la atención en la entrega. Convenció a Mandzukic que jugar por fuera y bajar a marcar no le restaría gol. El croata ha marcado goles como nunca antes. Robben se asocia, Ribery es Ribery casi siempre lo que lo hace estar en todos lados. Y Kroos es feliz. Aunque no lo pareciera hace unas semanas.

Todo esto en la primera temporada. Ancelotti y Guardiola han sabido cambiar las velas, elevar unas nuevas y navegar embarcaciones por aguas ya conocidas. Dan esa sensación de confianza, de haberlo hecho antes. No con estos equipos, pero han ganado la Champions como jugadores y como entrenadores. Solo Miguel Muñoz, Giovanni Trapattoni, Johan Cruyff, Frank Rijkaard lo han conseguido. Gran ventaja. Saben además que son sus herramientas las que los llevan a Lisboa. Que pueden llegar hasta allá confiando en ellas. Las forjaron en su primera temporada en un nuevo ambiente, de gran mérito.