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Toluca: Ser y sentirse favorito

El dilema de siempre cuando se acercan las finales: ¿Cuál es la responsabilidad de un equipo como el Toluca en esta fase? Y la polémica también es repetitiva sobre sus condiciones para ser un "equipo grande". El Toluca ha recuperado la capacidad de tener hambre cuando comienza un campeonato y gran parte de esa condición es responsabilidad del entrenador Jose Saturnino Cardozo. Hoy, no sólo está cerca de ganar su undécima estrella que lo pondría en el mismo nivel estadístico de Chivas y del América, también tiene un compromiso: Ser y sentirse favorito .

LOS ANGELES, CA. -- Una de las obligaciones de un "equipo grande" es aceptar las responsabilidades que la competencia les depara. El Toluca lo sabe bien. Desde Don Valentín, pasando por Cardozo y hasta cada uno de los jugadores rojos: el título o nada, esa es la prerrogativa.

Durante los últimos años, mientras forjaba una historia de gloria y de supremacía, el Toluca se cansó de reclamar la "grandeza" que de pronto le correspondió con cierta envidia al América, a las Chivas y a Cruz Azul, que muchas veces recibían los aplausos sin ni siquiera exigirlos o merecerlos. Hoy, el Toluca es el favorito, debe ser el favorito para agenciarse su undécimo campeonato y con ello alcanzar precisamente al América y a las Chivas en la cima de títulos del futbol mexicano. El Toluca no puede fallar a la obligación que tiene o por lo menos debe admitir que tiene esa necesidad impetuosa de coleccionar trofeos.

Y volvemos a abrir el viejo archivo del futbol mexicano, ese mismo al que hemos consultado una y otra vez en los últimos años, cuando el América no daba para más, Cruz Azul se quedaba en el camino y las Chivas se hundían en la mediocridad: ¿Tiene el Toluca el nivel como equipo de futbol de uno de los "grandes" en México? Y no sólo las estadísticas indican que sí, también las aptitudes y las actitudes del Toluca en la cancha.

José Saturnino Cardozo es uno de los culpables directos de que el Toluca haya recuperado esa capacidad de ser un equipo "caliente" en la cancha y de mantenerse siempre al acecho de la posibilidad de levantar un trofeo. Habrá que ver todo el drama que acompañó a Cardozo y al Toluca el día en que recientemente perdieron la final de la Concacaf ante Cruz Azul en "La Bombonera". Cardozo le ha devuelto al equipo el hambre y la necesidad de tener hambre cuando arranca una competencia.

Siempre interviene el factor mediático, el termómetro pasional que en la mayor parte de las ocasiones no dispara hacia la misma portería que el Toluca. Ahí, el equipo rojo puede estar en desventaja y es una cuestión difícil por la cual luchar o en la cual avanzar porque intervienen, sin duda, otro tipo de factores o de intereses. El Toluca tiene sus limitaciones en ese sentido, pero ello no quiere decir que en los últimos años no ha alimentado, con su tremendo paso ganador, la presencia de más y más fanáticos y de niños que nacieron bajo el estigma de los goles de Cardozo, las gestas de Sinha y compañía o el ímpetu del equipo de Enrique Meza. Un equipo ganador mantiene siempre la esperanza de que más y más aficionados se unan a su causa.

El Toluca es un "grande" porque tiene los elementos para ser "un grande". Historia, triunfos, héroes, jornadas de epopeya y el hambre de pretender levantar siempre el trofeo al final del campeonato. La popularidad no significa calidad y la calidad es más difícil de coleccionar que la popularidad.

@Faitelson_ESPN