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El Pachuca y el León no son culpables de una "pelota manchada"

Doce años después, el futbol mexicano se encuentra otra vez con una final entre dos equipos del mismo propietario. Y lastimosamente, vuelven las especulaciones, los cuentos, las historias a su alrededor. Es una pena "sacarificar" tanto talento y trabajo de hombres, dirigentes, entrenadores y futbolistas para hablar de un tema que parte desde una ilegalidad. Lo siento por Pachuca y por el León. Ellos no tienen la culpa de jugar en una cancha enfangada.

LOS ANGELES, CA. -- "La pelota no se mancha", dijo Diego Armando Maradona, pero en una cancha "enfangada" por los intereses, en una nación que lucha todos los días contra un fenómeno llamado "corrupción", la pelota, puede, lamentablemente, terminar manchada.

Yo creo en las personas: en Matosas y en sus futbolistas. En "El Profe" Meza y sus jugadores. En Jesús Martínez, en Fassi, en Martínez hijo, en los aficionados Tuzos de la cabecera sur y en los apasionados fanáticos verdes que sufrieron durante tanto tiempo para finalmente encontrar la felicidad. Yo creo en todos ellos: en Márquez, en "El Gullit" Peña, en Oscar Pérez, en Elías Ayub y en el ingeniero Slim. Yo creo en todos, quizá hasta me atreva "a meter las manos al fuego" por algunos de ellos, pero no por las débiles estructuras de un futbol que es parte de un país que sigue luchando todos los días contra un fenómeno terrible e infranqueable como la corrupción.

Como sucedió hace casi 12 años, cuando América y Necaxa se prestaron para jugar la final de aquel campeonato que antecedió a la Copa del Mundo del Corea - Japón del 2002, dos equipos del mismo dueño jugarán por el título del futbol mexicano en los próximos días. Y a partir de ahí, las especulaciones son totalmente validas, en un futbol donde las leyes son endebles y donde el reglamento muchas veces se utiliza con el único afán de salvaguardar los intereses de un negocio.

"Grupo Pachuca" es un grupo serio que ha trabajado muy bien en el futbol. Jesús Martínez padre merece todo el crédito en la creación de un verdadero emporio futbolístico, donde a partir de un tema deportivo ++el futbol++ se desprende también una evolución hacia temas sociales y mercadológicos. Al mismo tiempo, a Jesús Martínez le debemos la última bocanada de aire fresco que en cuanto a democracia recibió este futbol. Fue él quien directamente empujo y propicio el ingreso de un competidor como Carlos Slim que, entre otras cosas, podría servir para derrumbar las poderosas barreras y monopolios que la industria del futbol mexicano ha propuesto como una costumbre en los últimos 60 años. Pero ello no se justifica con que se mantengan sobre una posición tan ilegal y tan sobrenatural como el hecho de que dos equipos del mismo dueño compitan en la misma liga.

Lo siento mucho por grandes jugadores, por un entrenador legendario como Enrique Meza y otro más que ha alimentado a nuestro futbol de un espíritu y un estilo singular como Gustavo Matosas. Lo siento por el mítico capitán Rafa Márquez y el por un futbolista como Óscar Pérez que tendría que ser el siguiente paso, la evolución de lo que conocemos como "un profesional". Por el Pachuca, una institución que creció de la nada y que gracias a Jesús Martínez, a su familia, a Andrés Fassi y a sus trabajadores es hoy un club de vanguardia en México. Por el León, que tras una década de obscurantismo, renació a partir del sentimiento de Jesús Martínez Junior y de la gran afición leonesa al futbol. Lo siento por todos ellos, por los protagonistas de la gran final en México. La pelota no se mancha. Se supone que "la pelota no se mancha...".

@Faitelson_ESPN