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La final de los Martínez...

Y gran parte de lo que el León y Pachuca propongan a partir de este jueves está también depositado en los sueños y en el trabajo de un hombre llamado Jesús Martinez. Cuando llegó a Pachuca no había nada, más que un pedazo de tierra infértil y poco productiva para el futbol. Él, y solo él, la transformó en un "vergel", haciéndose de uno de los grupos futbolísticos más importantes del mundo. La final es entre los Martínez, entre dos equipos del Grupo Pachuca, la final es casi propiedad intelectual de un soñador que hoy es el dirigente futbolístico mexicano más importante del siglo.

LOS ANGELES, CA. -- No había nada, tan solo unas cuantas piedras y algunos arbustos sobre aquel paraje árido y estéril al final del valle, pero él parecía tener siempre la capacidad de ver e imaginar lo que otros no alcanzábamos a percibir.

Su voz agitada, llena de adrenalina, emocionada, me relataba frente a la ventanilla de aquel viejo helicóptero del gobierno del estado: "Aquí, aquí", me decía señalando el horizonte. "Aquí voy a poner los tres campos de futbol, el gimnasio por acá, la biblioteca por allá y las aulas estarán aquí, cerca de los vestidores" me tomaba del brazo, me agitaba y me decía con una voz que más que un plan parecía transmitir una ilusión. Para mí era una tierra desértica, para él era un "vergel" futbolístico que convertiría en realidad.

El futbol mexicano no lo sabía entonces, pero eran los sueños de un soñador y de un dirigente que impactaría en el nuevo siglo del futbol mexicano como un empresario ganador, capaz de llevar adelante los proyectos más inauditos y ambiciosos, desde una plataforma de lanzamiento pequeña, un equipo y una plaza que había deambulado casi siempre en los sitios bajos de la tabla, en el "tobogán" de las idas y venidas sin rumbo ni seguridad, en el capricho de los políticos, del futbol que para servía para atraer votos y para distraer a la sociedad de temas mucho más delicados. Eso era el Pachuca, el club de futbol de los Tuzos del Pachuca cuando Jesús Martinez llego a esa tierra. No había nada: un estadio a medio construir, un vestidor, un equipo que vivía -imagínese usted- de la identidad de los pioneros ingleses y de la explotación de la minas, muchas deudas y ninguna garantía para un porvenir.

Y de la nada hizo todo: Convirtió al estadio en un escenario digno. Transformó vestidores, cambió la explanada, construyó campos de entrenamientos e introdujo a la organización a terrenos de la mercadotecnia moderna que los tiempos exigían en el futbol. Cuatro años después de haber creado a la Promotora de futbol de Pachuca, empezaron a llegar los éxitos en la cancha. Y más tarde, el crecimiento continuo con una universidad del futbol, un hotel, un centro de convenciones, un Salón de la Fama, sitios para congresos, y exposiciones.

Había algo que hacía diferente a Jesús Martinez con respecto a los demás dirigentes que iban, venían o se quedaban en el futbol: él cumplía con lo prometía.

Hoy, no solo posee uno de los grupos futbolísticos más poderosos del continente y quizá del mundo, también fue "el culpable" directo de que el futbol abriera sus brazos hacia nuevos tiempos y también hacia una nueva democracia: Fue Jesús Martinez quien firmó un contrato de derechos de televisión con una empresa ajena al duopolio de la televisión abierta en el futbol y fue Jesús Martínez quien introdujo a la industria a un nuevo competidor llamado Carlos Slim que pude ser, a corto plazo, el factor decisivo para acabar con los tiempos del poder y del control absoluto.

¿Criticas? Claro, existen. La primera obedece a que al controlar dos o más equipos de futbol, está cayendo en el mismo fenómeno de ilegalidad que tuvieron otros, una situación altamente nociva para el futbol mexicano. Otras versiones indican que tuvo siempre como aliado al gobierno y que gracias a esos dineros logró forjar la fortuna que hoy posee. Yo creo que Jesús Martinez fue un hombre inteligente en ese sentido: los políticos se aprovecharon de él, él se aprovechó de los políticos y al final, el futbol también salió ganando. Nadie puede salir ileso cuando existen intereses de por medio.

Damas y caballeros, la final se juega en la cancha de los Martínez, con dos equipos que pertenecen a los Martínez y bajo la tutela de un Grupo, el Grupo Pachuca, de los Martínez, que ha extendido un modelo de cómo se deben hacer las cosas para crecer en el futbol.

La final es tuya, solo tuya, Jesús. Lo mereces. Eres el empresario futbolístico mexicano más importante del nuevo siglo.

@Faitelson_ESPN