<
>

"El mejor campeonato de la historia del béisbol"

BOSTON -- El triunfo de los Medias Rojas de Boston en la Serie Mundial del 2004 no solamente fue uno de los más celebrados de la historia de los deportes profesionales de Estados Unidos, sino que, probablemente, uno de los más improbables y especiales en los 110 años de existencia del clásico de otoño.

"Creo que hasta ahora es el título más especial que puede haber en las Grandes Ligas hasta que los Cachorros de Chicago finalmente ganen uno", dijo el legendario lanzador dominicano Pedro Martínez. "Fueron 86 años esperando, tomando tragos amargos de muchas pérdidas de tantos peloteros buenos que pasaron por esta organización y nunca pudieron hacerlo", agregó Martínez.

Los Medias Rojas reunieron el miércoles en Fenway Park a los integrantes del equipo que hace 10 años barrió a los Cardenales de San Luis en cuatro partidos en la Serie Mundial para atrapar el primer título de la franquicia en casi nueve décadas.

En una emotiva ceremonia previa al encuentro contra los Bravos de Atlanta, se juntaron en el montículo del vetusto parque bostoniano los lanzadores Martínez, Curt Schilling, Keith Foulke y Derek Lowe, los jardineros Manny Ramírez y Johnny Damon, el bateador designado David Ortiz, el torpedero Orlando Cabrera, el receptor Jason Varitek, el antesalista Kevin Youkilis y el inicialista Kevin Millar, entre otros.

Ese fue el grupo que se recuperó de estar abajo 0-3 contra los Yankees de Nueva York en la Serie de Campeonato de la Liga Americana para terminar ganando los últimos encuentros del año y la corona.

Después de una derrota 19-8 en el tercer encuentro de la final del joven circuito, los Medias Rojas entraron a la novena entrada perdiendo 4-3 contra Mariano Rivera y a tres outs de otra dolorosa eliminación. Millar recibió boleto, Dave Roberts entró a correr de emergente y robó la segunda base y anotó por sencillo de Bill Mueller para mandar el encuentro a entradas extras.

En la entrada 12, Ramírez bateó un sencillo y Ortiz sacó la bola del parque para dejar a los Yankees en el terreno y encender la magia que no terminó hasta el último choque de la Serie Mundial.

"Para nosotros es un honor haber sido parte de ese grupo de peloteros que finalmente ganó para Boston y que lo hizo de una manera tan única, porque lo hicimos de una forma única y especial, quedará plasmada en la historia como una de las formas más difíciles de conseguir un campeonato y una de las más hermosas", dijo Martínez, quien ganó el tercer juego de la Serie Mundial del 2004 y tuvo marca de 117-37 en siete años con Boston.

Ramírez, uno de los mejores bateadores que han vestido la camiseta de los Medias Rojas y el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del 2004, tuvo un auspicioso regreso a la ciudad de la que escapó en malos términos a mediado de la temporada del 2008.

"La experiencia fue tremenda, me encantó volver a la familia del 2004, nos dieron un recibimiento espectacular, pudimos compartir todos los muchachos, una gran bienvenida", dijo Ramírez.

Para recordar sus tiempos en Boston, Ramírez salió por la puerta que está en el muro del jardín izquierdo, mejor conocido como "Monstruo Verde", donde el estrafalario jugador solía refugiarse mientras calentaban los lanzadores relevistas durante sus años con el club.

Ramírez, además, realizó un inusual lanzamiento de la primera bola, que fue interceptado por Damon a mitad de camino y entonces enviado al receptor Varitek. Justo como hizo Ramírez con un disparo desde los jardines en un juego de los Medias Rojas.

"Es una de las mejores noches que he tenido en mi vida, siempre lo recordaré", dijo Ramírez, quien recientemente firmó un contrato para ser jugador y entrenador de ligas menores de los Cachorros de Chicago.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Schilling, quien pelea contra un cáncer que lo ha deteriorado notablemente, entró al campo Fenway acompañado por uno de sus hijos. La participación de Schilling y Youkilis, quien juega en Japón, prácticamente se había descartado, pero al final hicieron el viaje.

"Una ceremonia muy bonita. Es algo que le trajo muchos bonitos recuerdos a la gente", dijo Ortiz, el único miembro de los Medias Rojas que ha tomado parte en los títulos del 2004, 2007 y del año pasado, cuando fue electo Jugador Más Valioso de la gran final de las ligas mayores.

"Hoy es el comienzo de lo que podría ser una tradición. Todos los fanáticos de la ciudad y del área de Nueva Inglaterra apreciaron lo que hicimos en el 2004. Hemos ganado un par más después de eso, pero el 2004 abrió la puerta de todo", dijo Ortiz.

"Es lo más grande que me courrió durante mi carrera en las Grandes Ligas, un momento inolvidable", dijo el torpedero colombiano Orlando Cabrera.

Cabrera fue adquirido por Boston desde los Expos de Montreal como parte de un cambio entre cuatro equipos a mediado de esa temporada. En el cambio, el torpedero Nomar Garciaparra, uno de los jugadores más populares de la franquicia, fue enviado a los Cachorros, que no han ganado un campeonato desde 1908.

"Entregar el trofeo a Boston cuando me bajé de la guagua [que llegó de San Luis] fue la carga más pesada que me quité de los hombros desde que llegué a Grandes Ligas", dijo Martínez, un favorito para ser electo en las próximas votaciones al Salón de la Fama de Cooperstown.