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Un "milagro" llamado México

Cuesta creer que este el mismo equipo que daba pena en las eliminatorias mundialistas y que una semana antes del Mundial no tenía una alineación definitiva. México creció casi milagrosamente en Brasil 2014. Hoy, como ha ocurrido en los últimos 20 años, no tiene la certeza de nada, pero tiene un equipo de futbol, un equipo que irradia confianza, solidaridad y capacidad para actuar en la cancha. Miguel Herrera y sus futbolistas merecen todo crédito de esta asombrosa recuperación.

RIO DE JANEIRO, Brasil.- Cierro los ojos y veo a aquel equipo que arrastraba los pies en la cancha, que no ligaba dos pases, que tenía carencias y miedos por todas partes. Abro los ojos y veo un equipo sano, poderoso, alegre, impetuoso y que es capaz de pelear y competir ante quien se ponga enfrente. Veo "dos Méxicos" diferentes y en medio de ello: un verdadero milagro.

No hay nada nuevo, ni en el escenario, ni en los sentimientos, ni en las ilusiones por los que el futbol mexicano no haya pasado en los últimos 20 años.

La misma cita, el mismo reto, las mismas condiciones, el mismo escenario de un cuarto partido que promete cambiar la historia y que generalmente se distingue como la frontera infranqueable del futbol mexicano. ¿Será diferente esta vez? ¿Volveremos a las mismas limitaciones de Bulgaria en 1994, de Alemania en el '98, de Estados Unidos en el 2002 o de Argentina en los últimos dos mundiales? Los parajes, los horizontes, los senderos se parecen. Los síntomas, sin embargo, podrían ser distintos.

Una asombrosa recuperación futbolística y moral de una selección por la que nadie daba nada hace apenas algunas semanas y que ha mejorado, de forma increíble, sus condiciones en la cancha hasta terminar con una de sus mejores actuaciones en las rondas iniciales de los campeonatos mundiales. Para muestra, la segunda parte de la selección mexicana ante Croacia, el lunes, en Recife, una muestra total y contundente del nivel futbolístico que de pronto ha encontrado este equipo.

Lo primero que hay distinguir aquí es una labor de equipo. Todos los jugadores corren al parejo, luchan, se esfuerzan y trabajan en aras de la victoria. Y si en la primer juego, ante Camerún, destaco Giovanni Dos Santos, en el segundo, ante Brasil, la figura fue Guillermo Ochoa mientras que Rafael Márquez cumplía con una decorosa actuación en el partido ante Croacia. Es decir, este México se reparte las actuaciones estelares. Futbolistas como Héctor Herrera, Paul Aguilar y José Juan Vázquez han cumplido con un gran Mundial y otros como Francisco Javier Rodríguez, Andrés Guardado y Javier Hernández han elevado, sorprendentemente, su nivel de juego. Una semana antes del Mundial, México no tenía definido un cuadro titular solvente. Un par de semanas después, el once inicial es inamovible, solido, poderoso.

Miguel Herrera tuvo otra noche de consagración como entrenador. Él también ha estado al nivel de las circunstancias cuando muchos temían que tendría que pagar el derecho de piso por dirigir en un Mundial. Herrera ha convencido a sus dirigidos del juego que necesitaba y en cada una de sus decisiones ha enviado una imagen de agresividad muy alejada del miedo y del conformismo que han acompañado a otras versiones de las selecciones mexicanas en los escenarios mundialistas.. Un entrenador que fue parte de un proyecto emergente y que tenía poca experiencia ha terminado siendo el hombre clave de la resurrección futbolística mexicana.

México ha estado por encima de sus propias expectativas, por encima de sus propias carencias, por encima de sus miedos y por encima de sus incertidumbres. Cuesta creer que un equipo mexicano juegue tan bien al futbol en el escenario mundialista y que este mismo equipo, más o menos con los mismos jugadores, este mismo futbol haya padecido una terrible "enfermedad" durante el proceso eliminatorio para llegar al Mundial.

Puede que las expectativas vuelvan a ser contrarias para el domingo en Fortaleza. México no será favorito ante Holanda y tendrá, de acuerdo con los expertos, pocas probabilidades de salir airoso, pero ese mismo clima, quizá aún peor, fue parte de las horas previas a este Mundial y México supo responder en la cancha y fuera de ella. Hoy, Miguel Herrera tiene un equipo de futbol, un equipo compacto, solidario, fuerte, valiente, un equipo que derrocha personalidad y calidad y que seguramente tendrá su límite, pero que puede, sin duda, competir ante quién y cómo sea.

El milagro mexicano…De la nada, se fortaleció, se alimentó y se desarrolló como un equipo de futbol que puede pelear y ganar en la cancha.


@Faitelson_ESPN