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¿...Y quién castró a los Pumas?

LOS ÁNGELES -- Hugo Sánchez. Claudio Suárez. Alberto García Aspe. Manuel Negrete. Jorge Campos. Félix Cruz. Luis García. Luis Flores. Miguel España. Leonardo Cuéllar. Y tantos más.

Los altares de Pumas son un glorioso museo. Orgulloso cunero de referentes, hoy juega al Herodes y se entinta las manos de sangre anecdótica: nueve jugadores de 23 plazas, son extranjeros o naturalizados.

¿Cuál es el diagnóstico? ¿Quién castró a Pumas? ¿Quién los volvió impotentes? ¿Quién los volvió infértiles?

¿Nueve no nacidos en la UNAM? Y se avejentan los Pikolines y no saltan los herederos de dos puestos que ocupados, en realidad están semivacíos, porque Pumas ha tenido mejores arqueros y mejores líderes en su cueva, que los gemelos del suicidio.

De la nostalgia de la UNAM se puede armar un once cercano al ideal en la historia del Tri. Los once mejores de Pumas garantizarían una selección competitiva en las canchas ociosas de la historia. Un once auriazul pasaría sin problemas al quinto partido: Jorge Campos, Rafael Amador, Félix Cruz, Claudio Suárez, Vázquez Ayala, Miguel España, Manuel Negrete, García Aspe, Leonardo Cuéllar, Luis García y Hugo Sánchez.

¿De cuántos equipos mexicanos se arma un once ideal de competencia internacional? Tal vez Chivas , y difícilmente América y Cruz Azul ofrecen 11 nacionales de esa calidad.

Hoy, Pumas, ha sido castrado. Los eunucos no tienen descendencia.

Renato Cesarini, en algún lugar cósmico, debe lamentar que su tarea se la tragaron la ignorancia y la corrupción de quienes han llegado a saquear los cofres y las incubadoras de Pumas.

A Héctor Sanabria, el Capi, un mastín del área compañero de cacería en la zaga junto con Mejía Barón, le preguntábamos hace un par de años sobre ese problema, precisamente en La Cantera, complejo de desarrollo y entrenamiento de Pumas, que, irónicamente, cada vez es menos.

"Estamos secos. Y allá arriba no quieren hacer nada", dijo lacónico uno de los símbolos de la UNAM.

La realidad es innegable: nueve no nacidos en México, y no se busque una reflexión xenofóbica. No es culpa de Leandro Augusto o de Romagnoli o de Verón o de Ludueña o de López o de Britos. No llegaron por asalto. Llegaron asaltando, otros, las finanzas de Pumas.

Lo peor son las distancias en el linaje. Ninguno de estos nueve podría lustrarle los zapatos a otros extranjeros notables en las memorias de oro de Pumas. Ninguno es Muñante. Ni Cabinho. Ni Spencer. Ni Bora. Ni a otros más.

El proceso de concepción de futbolistas ha sido abortado. La elección y búsqueda de talentos se ha amañado. La formación de jugadores se ha deteriorado. Las oportunidades escasean. Y la perfección y desarrollo está a la deriva.

¿Cuántos años más esperando a Cortés y a Cabrera? Los debutan y los sueltan en la vida silvestre.

Hoy, todos esos futbolistas citados en la primera línea de este artículo, y otros más, seguramente miran entristecidos las ruinas de la matriz de la UNAM, bajo la dirección además de un técnico que ha desdeñado, desde siempre, el magisterio futbolístico con los jóvenes.

Hace muchos años, la formación en las fuerzas básicas de Pumas era integral. Y se formaban jugadores ambiciosos, con temperamento.

Enviaban, por ejemplo, a los juveniles a seguir el juego dominical. Y desde la tribuna, cada muchacho seguía sólo al referente de su posición, y debían tomar notas. Los delanteros, por ejemplo, observaban los movimientos, las virtudes de los atacantes.

El drama se vuelve comedia de tanto absurdo. El técnico campeón del mundo Sub 17, Chucho Ramírez, especialista en talentos, deambula buscando oportunidades sólidas en otros clubes, y al final en China y Japón, creen más en él que en su propia Alma Mater.

Ingratitud e ineptitud, son los códigos en la gerencia de los Pumas de la UNAM.

¿...Y quién castró a los Pumas?

Hay quienes afirman que fue Hugo Sánchez. Hay quienes afirman que Tuca Ferretti. Hay quienes afirman que ambos. Los dos, azuzados por la urgencia de ganar títulos, decidieron adoptar a los hijos del vecino en lugar de seguir procreando. Se autocastraron y castraron a la UNAM.

Esta vasectomía en la UNAM parece irreversible.

Y los eunucos no tienen descendencia.