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Historia de ciclos y sueños

MÉXICO -- Durante la presentación del ex luchador de la WWE, Alberto Del Río como nueva figura de la empresa mexicana Triple A, que el próximo domingo tiene su magno evento Triplemania XXI en la Arena Ciudad de México, hubo un momento que quizás no a todos les llegó de la misma manera, pero que dio un toque de nostalgia a la tarde.

Lejos de los detalles que vinculan a El Patrón con la Caravana Tres Veces Estelar, o el incidente que propició su salida de la empresa estadounidense, Alberto resaltó que en la lucha libre, como en la vida, hay que vivir el presente y no pensar en lo que se hizo o se dejó de hacer en el pasado, recordó que todo lo que empieza tiene que acabar y que hay ciclos que deben cumplirse para abrir etapas nuevas que nos hagan crecer.

Tiempo de reflexión que quizás nos sirven a todos de vez en cuando, para replantear las etapas de la vida, pero en específico, tiempo de reflexión que él mismo uso para vivir el presente y planificar el futuro en los encordados.

A su vez, El Patrón fue cuestionado acerca de volver a usar la máscara de Dos Caras Jr., aquella que le heredó su legendario padre y con la que comenzó sus andares en los enlonados.

Su respuesta fue firme y tajante, dijo que guardó el sueño de portar esa máscara al momento que decidió emigrar a los Estados Unidos hace siete años, y recalcó que no tendría caso volver a portar máscara, ya que es un elemento de mucha tradición en la lucha libre mexicana, y que lejos del legado familiar que tiene esa capucha, no la volvería a portar simplemente por respeto al público.

Recordó que al momento que recibió la oportunidad de ir a WWE sabía que tendría que despojarse de una tradición y que en ese momento la única persona en la que pensó fue en Dos Caras, su padre y el legado que tenía en sus manos, pero fue el mismo birostro Sr., quien le dijo que a veces, para hacer lo correcto, es necesario guardar los sueños en un cajón, por lo que decidió guardar el sueño de continuar el legado de su padre en el ring defendiendo una incógnita.

El tiempo le dio la razón y pese a que no continuó con la tradición de mantener una incógnita, su decisión al final dio frutos, pues hoy en día la gente sabe quién es Alberto Del Río alrededor del mundo y sabe que El Patrón, en cada paso que ha dado en el pancracio ha puesto el nombre y el legado de su padre muy en alto.