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Para Pumas, su futuro está en su pasado

LOS ÁNGELES -- El hijo pródigo en busca de prodigios. Memo Vázquez regresa al tálamo de Pumas. Reconciliación es la consigna, tras amargo rompimiento.

Recordemos: Memo Vázquez abandona a la UNAM porque no le revisan su contrato y por mezquindades en las inversiones en busca de refuerzos.

Alberto García Aspe tenía la cartera llena y el sentido común vacío, vacuo. Gastó, dilapidó, --porque nunca invirtió-, una fortuna en indemnizar al Veracruz para llevar a Joaquín del Olmo como entrenador, y en contrataciones, costosísimas, todas fallidas.

Con García Aspe comenzó la hecatombe de la UNAM, porque desahució fuerzas básicas, gastando su presupuesto en desechos, que su ingenuidad le hizo creer que eran soluciones.

Con lo que gastó en arrebatar al Veracruz a Del Olmo, habría retenido a Memo Vázquez, a quien, tampoco, no le sentó mal saber que con el salario de Cruz Azul podía llevar cuatro pollos a la hielera en lugar de uno.

Memo Vázquez tiene capacidad en sus genes. Y además el beneficio de sentarse a la mesa familiar para discutir sobre futbol, con su padre, homónimo, y uno de los mejores hombres para ver futbol en México.

Le hemos cuestionado el temperamento. Como jugador era un sabueso implacable, de vigor físico y rudeza cuando era necesario, aunque sabía manejar la pelota. Como entrenador, parece exageradamente conservador.

Le dio a Pumas su título más reciente y le dio momentos de salud competitiva, aunque no de esplendor futbolístico. No olvidemos, su apetito de futbol, se lo deformó cancheramente su más reciente tutor: Tuca Ferretti.

¿Puede rescatar Memo Vázquez a Pumas, con la ayuda del director deportivo Antonio Sancho?

Tiene un plantel práctico. Ordenándolo, acomodado en el fondo, con pocos riesgos, puede incluso meterse a Liguilla, pero para elevarlo a un nivel competitivo respetable, deberá sanear el plantel, renovarlo para el próximo año, y abogar porque las fortunas que se han venido derrochando, no hayan agotado las arcas universitarias.

Pero, por genes también, por herencia también, y por formación y orígenes, ambos, Vázquez y Sancho, saben que no basta sumar puntos de emergencia, ni esperar un promotor honesto que desee auxiliarlos con las contrataciones de calidad para el próximo torneo.

La salvación de Pumas es un camino largo. Es un proceso exigente. La resurrección auténtica está en las fuerzas básicas, en el cunero, en la incubadora, que ha dejado de ser prolífica y generosa.

Los últimos entrenadores se han convertido en espantacigueñas, en practicantes de abortos futbolísticos en la cantera de los Pumas.

El equipo podrá resolver el futuro inmediato, y de manera mediocre, incluso, en un torneo como el actual, pero la verdadera regeneración del club debe llegar a través de su formación de futbolistas.

¿Quién fue el último gran futbolista formado en los Pumas?

¿Quién la última gran exportación cuando hubo antecedentes como Hugo Sánchez, Luis García, Luis Flores y Manuel Negrete?

¿Quién de la cantera de la UNAM ha sido un referente auténtico de la UNAM?

Pumas fue por años el arquitecto genuino de la selección mexicana y de varios clubes de la Liga.

Hubo tiempos en que la UNAM colocaba a egresados de sus fuerzas básicas como líderes de otros clubes.

Hacíamos una pregunta hace días en otro Blog: ¿... Y quién castró a los Pumas?

Ya lo importante no es quién lo hizo, sino que Memo Vázquez y Antonio Sancho encuentren la fórmula de volver al vientre donde se gestaban jugadores como ellos mismos, y por supuesto, mucho mejores que ellos mismos.