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No juega la tabla: juegan Pumas y América

Y las diferencias deportivas que existen pueden transformarse en tan solo una anécdota. En un "Clásico" juegan otros factores: la entrega, el carácter y la pasión y ahí Pumas puede terminar equilibrando las cosas. El América-Pumas de esta jornada 7 puede ser un duelo parejo y de pronóstico reservado. Puede alentar el torneo, la competencia y una idea romántica de que el músculo más importante del futbolista es el corazón.

LOS ANGELES, CA.- El sol pegaba con fuerza más allá del mediodía detrás de la potería sur del Estadio Olímpico Universitario. Y todo ocurrió muy rápido frente a mis ojos: la carrera y el impacto del "Tuca", la finta de Juan Carlos Vera detrás de la barrera y el vuelo tardío de Adrián Chávez. Era la final de la temporada 1990-91 y los Pumas habían vencido al América en uno de los episodios más memorables en la historia moderna del futbol mexicano.

Pero más allá de aquel momento -que pudo haberme marcado como periodista- está la rivalidad, el encono, las grandes diferencias deportivas que América y Pumas han acumulado en la cancha durante los últimos 30 años. Increíble es, entonces, que todavía hoy haya quienes se atrevan poner en duda la veracidad de la combinación como un "Clásico", un "Derby" o un choque de características especiales.

A diferencia de lo que ha ocurrido en el Chivas-América o en el América-Cruz Azul, duelos que se han desvirtuado y que han transitado hacia senderos más apegados a la mercadotécnica, a la televisión y a los intereses comerciales, el Pumas-América, a pesar de las insinuaciones siempre ha sostenido esa esencia romántica de rivalidad, de distancia en el modo de ver el futbol y de entender la vida misma. En el Pumas-América quedan más facciones vivas de lo que debe ser un "Clásico".

Dicho esto, vamos a la cancha, donde la diferencia en la tabla general parece atentar contra las expectativas del partido. Suponer, sin embargo, que la distancia que tienen América y Pumas en el campeonato prevalecerá este sábado en el Estadio Azteca podría ser un terrible error. La tabla general no cuenta en un América-Pumas. Cuenta más el carácter, el espíritu y la pasión.

Pumas está en un proceso complicado que incluye un cambio de entrenador que en apariencia tratará de devolverle las características más importantes del estilo universitario por jugar el futbol. Y el América sostiene una temporada buena, muy buena, donde se mantiene invicto y con un gran equilibrio entre lo que produce en todos los sectores de la cancha. Pero no habrá espacio para ninguna catástrofe.
En Pumas hay carencias futbolísticas. En el América suelen existir ciertos problemas cuando tiene la obligación de ir y protagonizar el juego. Si Morelia y Tijuana lo hicieron ya esta temporada en el Azteca, Pumas promete hacerle juego al América.

El América-Pumas es un "Clásico", donde intervienen otros factores además del futbolístico. Y este sábado tendremos la ocasión de probarlo y comprobarlo una vez más. Los América-Pumas no se juegan en estadísticas ni en la tabla. Se juegan, se viven y se sufren en la cancha.


@Faitelson_espn espn