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El colapso de Oakland podría ser el peor de la historia

Han ocurrido muchos colapsos, pero el béisbol ofrece ahora los comodines como redes de seguridad. AP Photo/Paul Beaty

En la mañana del 10 de agosto, los Atléticos de Oakland no solo tenían ventaja de 4 juegos sobre los Angelinos en el Oeste de la Liga Americana, sino que tenían la mejor marca en las mayores: 72-44, en ritmo para llegar a 96 victorias. Eran catalogados como el mejor equipo en todo el béisbol, con la ofensiva más prolífica (hasta ese momento), un bullpen dominante, y una rotación que acababa de ser mejorada con la adición del héroe de la pasada Serie Mundial Jon Lester.

Seguro, los Angelinos habían ganado algo de terreno en la tabla de posiciones, pero Oakland lucía como una línea para ganar la división por tercer año seguido. ¿Llegar a los playoffs? Una conclusión inevitable, dado lo bien que había estado jugando Oakland y la enorme brecha en la tabla de posiciones entre los Atléticos y los equipos que podían estar involucrados en la contienda por los comodines -- por ejemplo, Detroit, Kansas City y Seattle. En ese momento:

Oakland 72-44
Detroit 63-51
Kansas City 62-53
Seattle 61-55

Los Atléticos tenían ventaja de 9.5 juegos sobre los Reales, y de 11 juegos sobre los Marineros.

Esta mañana, sin embargo, el número mágico de los Angelinos para asegurar el banderín del Oeste de la Americana había bajado a 5 partidos, y los Atléticos lucían como corredores de maratón que habían liderado a todos los corredores durante 20 millas, pero que ahora se habían quedado rezagados en el grupo trasero al llegar a la milla 25.

La tabla de posiciones en los comodines (incluyendo a los Tigres, que lideran la Central de la LA, pero con apenas medio juego de ventaja sobre los Reales):

Detroit 81-66
Oakland 81-66
Seattle 80-66
Kansas City 80-66

Los Atléticos han perdido 22 de sus pasados 31 juegos y han dejado perder 10.5 juegos en la tabla de posiciones en poco más de un mes. Ellos se han colocado a si mismos para sufrir el peor colapso en la historia del béisbol, con todo respeto a los equipos que han ostentado anteriormente ese título -- los Dodgers de Brooklyn de 1951, los Filis de Filadelfia de 1964, los Medias Rojas de Boston de 1978, los Mets de Nueva York de 2007 y los Medias Rojas y los Bravos de Atlanta de 2011.

Si los Atléticos del 2014 no logran llegar a los playoffs, no solo se habrán desplomado de la cima en la tabla de posiciones, sino que habrán fallado en caer en las dos redes de seguridad que no estaban disponibles para esos otros equipos -- los puestos de comodín.

En la mañana del 12 de agosto de 1951, los Gigantes tenían marca de 59-51, a 13 juegos detrás de los Dodgers, 15 en la columna de derrotas; en las siguientes seis semanas, ellos cerraron la temporada con una increíble racha en la que jugaron para 37-7, lo que los llevó a una miniserie de tres partidos. Los Dodgers jugaron para 26-22 -- un poco por encima de .500 -- así que no fue tanto que Brooklyn se cayera, sino que los Gigantes simplemente dejaron de perder.

Luego de terminar la temporada regular con marcas idénticas de 96-58, los Dodgers y los Gigantes jugaron una serie de tres juegos que terminó con el famoso batazo de cuadrangular de Bobby Thomson. Los Dodgers del 51 terminaron la temporada con marca de 97-60, el segundo mejor record en la Liga Nacional, compuesta por ocho equipos. Pero solo un equipo de cada liga calificaba a la postemporada en ese momento.

En 1964, los Filis tenían ventaja de 6.5 juegos restando 12 partidos. Sin embargo, Filadelfia perdió 10 juegos consecutivos, antes de ganar los partidos 161 y 162, para terminar con marca de 92-70 -- un juego detrás de los Cardenales, el único equipo entre los 10 que componían la Liga Nacional que avanzó a la postemporada. Los Filis terminaron empatados con el segundo mejor record en la liga, con Cincinnati, pero en una era en la que no habían puestos de comodines, no habían redes de seguridad.

En la mañana del 19 de julio de 1978, los Yankees tenían marca de 47-42, a 14 juegos de los Medias Rojas. Pero en el resto de la temporada regular, Nueva York jugó para 52-21, un porcentaje de victorias de .712. Del 19 de julio al 1 de octubre, Boston tuvo record de 37-35 -- por encima de los .500 -- pero los Medias Rojas perdieron sus últimos seis partidos de la temporada ante los Yankees, perdiendo el liderato de la Liga Americana el 13 de septiembre.

Pero los Medias Rojas se recuperaron para ganar sus últimos ocho juegos para alcanzar a los Yankees el 1 de octubre, forzando a un juego de desempate que fue ganado por Bucky Dent. El record final de Boston: 99-64, el segundo mejor en todo el béisbol. Pero cada liga tenía dos ganadores divisionales, y sin comodines, por lo que Boston no avanzó a la postemporada.

El 12 de septiembre de 2007, los Mets de Nueva York tenían ventaja de siete juegos sobre los Filis en el Este de la Liga Nacional, en un verano que se había desarrollado bastante parecido al del 2014, con mucha paridad a lo largo del béisbol. Ese día, solo los Medias Rojas tenían porcentaje de victorias por encima de los .600; los Mets tenían marca de 83-62, con el mejor porcentaje de la Liga Nacional, .572.

Lo que pasó después vivirá por siempre en la mente de los fanáticos de los Mets. Una racha de cinco derrotas le permitió a los enrachados Filis recortar la ventaja a 1.5 juegos, y luego que los Mets se las arreglaran para estabilizarse por poco tiempo, con cuatro victorias en cinco juegos, Nueva York se desmoronó, al perder seis de sus últimos siete. Al final de la temporada, los Mets terminaron con marca de 88-74, con el sexto mejor record en la liga. Los Rockies y Padres quedaron empatados con el cuarto mejor record y jugaron un partido de desempate por el comodín. Incluso si hubiesen existido dos puestos de comodín, los Mets del 2007 se habrían quedado fuera.

Los Medias Rojas del 2011 nunca lideraron el Este de la Liga Americana por más de tres partidos luego del receso del Juego de Estrellas; ellos llegaron a su mejor marca el 31 de agosto, con record de 83-52, 1.5 juegos por encima de los Yankees en la división, pero con nueve juegos de ventaja sobre los Rays y 10.5 sobre los Angelinos, quienes tenían el quinto y sexto mejor record en la Liga Americana, respectivamente.

Boston simplemente perdió la vida luego de esto, al perder 20 de sus siguientes 27 encuentros, incluyendo una derrota en Baltimore donde fueron dejados tendidos en el terreno de forma memorable el 28 de septiembre. Al final de la campaña, Boston terminó con 90-72, el quinto mejor record de la Liga Americana; con dos comodines, los Medias Rojas habrían entrado a los playoffs.

La desintegración de los Bravos en la temporada pasada se asemejó a la de Boston, aunque la contienda de Atlanta estaba centrada en el comodín; los Filis se quedaron con el banderín del Este de la Nacional. Luego de la jornada del 1 de septiembre, los Bravos estaban a 7.5 juegos de la cima en la división, pero con ventaja de 3.5 sobre Arizona en el comodín sobre San Luis.

Sin embargo, Atlanta perdió 18 de sus últimos 26 partidos, para terminar con marca de 89-73; si hubiese habido un segundo puesto de comodín, los Bravos se habrían quedado con él.

Luego de la derrota de Oakland el viernes en la noche, los Atléticos siguen pareciendo como un desastre en ciernes.

De la historia de Susan Slusser:

"No es algo ideal, pero los chicos siguen batallando", dijo el jardinero de los Atléticos Jonny Gomes. "Nos quedan 15 juegos en la temporada y tenemos que hacer lo mejor que podamos. ... Estamos en el asunto del conductor. Si la temporada terminara hoy, nosotros estaríamos adentro. Todavía no hemos perdido nada".

"Tenemos que dejarlo todo allá afuera ahora mismo", dijo Hammel. "Obviamente las cosas no nos están saliendo bien, así que tenemos que seguir luchando. Nos quedan muchos partidos, así que iremos juego a juego, pitcheo a pitcheo".

Los Atléticos han perdido tres juegos seguidos y 12 de sus últimos 15 en general. Cada una de sus pasadas siete derrotas ha sido por una carrera, y 11 de sus pasados 13 fracasos han sido por una o dos carreras.

Oakland juega para 28-37 en partidos decididos por no más de dos carreras, y para 53-29 en juegos decididos por tres carreras o más.

Los Atléticos perdieron a su bateador designado en la tercera entrada, cuando Derek Norris se movió del puesto de DH a la receptoría luego que Geovany Soto fuera sacado de juego con espasmos en la espalda -- el tercer receptor de los Atléticos que está inactivo por lesión desde hace dos semanas, luego perder a Stephen Vogt (tobillo) y John Jaso (conmoción cerebral).

John Hickey tiene más. De su historia:

"Tenemos que encontrar la forma de anotar más carreras", dijo el jardinero central Coco Crisp en un silencioso camerino.

Oakland intentó cuajar algo en la novena entrada cuando el bateador emergente Brandon Moss y Sam Fuld abrieron la entrada con sencillos, pero incluso con la parte alta de la alineación en turno para batear, no estaba para los Atléticos. Crisp fue out en batazo de foul, Josh Reddick se ponchó y Josh Donaldson también se ponchó, el chocolate No. 12 de la noche para los Atléticos.

¿Cómo evitar que las cosas negativas infecten al siguiente que le toque batear, y al que le sigue luego de él?

"Yo no estoy en la mente de cada chico aquí", dijo Crisp. "Yo solo trato de salir y hacer lo mejor que pueda en cada turno".

La historia ha visto equipos con grandes lideratos ser sobrepasados por equipos bien calientes; han habido equipos que se han caído en los últimos días de la temporada regular. Pero si los Atléticos no llegan a los playoffs -- si pasan de liderar la división por 116 días y tener el mejor record del béisbol a no tener por lo menos uno de los cinco mejores records en el deporte -- bueno, eso sí sería algo sin precedentes.