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El dilema de Quillin: ¿razón o acto de fe?

Peter Quillin rechazó una oferta de $1.4 millones para enfrentar a Matt Kovorov Al Bello/Getty Images

Las causas de la abdicación al trono de Peter 'Kid Chocolate' Quillin (31-0-0, 22 KO) no están claras. Existen teorías del por qué y polémicas declaraciones, pero la verdad en este asunto reposa en los aposentos del cubano americano de 31 años.

No queda más que hurgar, tomar de aquí... de allá, en busca del camino que ayude a conocer y comprender los entretelones que acompañaron su decisión de renunciar a la que hubiera sido la mayor bolsa de su carrera (1.4 millones de dólares), no aceptar el reto del ruso Matt Korobov (24-0-0, 14 KOs) y abandonar el cinturón mediano (160 libras) que lo acreditaba como campeón absoluto de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

Una teoría que toma fuerza es la que coloca en trincheras opuestas al asesor de Quillin, Al Haymon, y a la compañía Roc Nation Sports (RNS), propiedad del rapero Jay Z. Tal parece que no se extinguen los rencores del pasado cuando Haymon fue demandado por su entonces apoderada Beyonce, hoy esposa del cantante.

Se especula que Haymon no quiere la intromisión de Jay Z en sus asuntos, dado que RNS ganó la subasta para promover la pelea Quillin-Korobov después de poner sobre la mesa 1.9 millones de dólares, más que los 1.207 millones de Golden Boy Promotions (GDP) y los 515 mil de Top Rank (TR).

Esta animadversión -- supuestas y no confirmadas -- abre la posibilidad de futuros conflictos entre dos fuerzas emergentes en el mundillo del boxeo.

Al menos ambas partes mantuvieron las apariencias ante los medios. Michael R. Yomark, presidente de RNS declaró a RingTV "Roc Nation Sports desea a Peter Quillin buena suerte. Estoy seguro de que (Quillin) tendrá un pago grande para haber renunciado a su título y a 1,4 millones de dólares. Vamos a pasar a la próxima pelea para promover".

Mientras el cubano americano lamentó no poder trabajar con la empresa del cantante: "espero que Jay-Z entiende la decisión que tomé y espero tener la oportunidad de trabajar con él en el futuro".

DESPRECIO DE GGG

No hay que mirar de reojo. Todos saben quién será el más perjudicado en esta historia. En el comunicado donde Quillin hizo pública su renuncia indicó que "esta es una decisión difícil, pero para hacer realidad las peleas que los fanáticos y yo queremos contra los otros peleadores en la cima de la división mediana, debo entregar mi corona. Este es un emocionante nuevo capítulo en mi vida y estoy ansioso por solidificar mi lugar como el mejor peso mediano del mundo".

Con el perdón de Quillin, además del dinero, no existe mayor atractivo para un pugilista que un cinturón de campeón del mundo. Tom Loeffler, promotor del kazajo Gennady Golovkin (30-0-0, 27 KOs), súper campeón mediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), reveló que "nos pusimos en contacto con ellos y nunca pudimos conseguir una respuesta. ... Pero el valor de Quillin para nosotros era como un campeón. Sin el cinturón, no hay mucho valor para nosotros".

Ahí está la primera consecuencia de la decisión de la dupla Haymon-Quillin. De poco valdrá a Quillin minimizar el alcance de su abdicación: "el cinturón pasa pero la calidad y el invicto se queda".

ACTO DE FE

Daniel Jacobs, que también pertenece al establo de Haymon y ostenta el título de monarca regular de la AMB, parece ser la variante para que Kid Chocolate no pierda la forma. Pero ante Jacobs se antoja utópico que pueda cobrar 1.4 millones de dólares, pago que hubiera recibido ante Korobov.

Solo los nombres de Golovkin y el boricua Miguel Cotto -- titular mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) -- son capaces de generar semejante cifra. El peleador de padre cubano justificó que "para cualquier persona que nunca ha hecho un millón de dólares, que es un montón de dinero, es natural el cuestionamiento. (...) La gente no piensa que tengo algo bueno que viene después de rechazar ese dinero".

Esa aclaración vino acompañada de un verdadero acto de fe hacia su mecenas: "él (Haymon) ayudó a que Floyd Mayweather sea el atleta mejor pagado del mundo. Al conoce el negocio del boxeo. Él no me ha defraudado. Soy tan fiel a él, que ni siquiera puedo explicarlo".

Sin dudas Quillin hizo su apuesta. Por sus palabras tengo la sensación de que en su accionar primó la fe y no la razón. Solo el tiempo dirá si abdicar valió la pena.