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Diario del Capitán: martes

A menos que se produzca un milagro y los Yankees hagan valer sus escasas probabilidades matemáticas, Derek Jeter jugó este martes su antepenúltimo juego en Nueva York.

Fue el segundo de una serie de cuatro partidos entre los Yankees y los flamantes campeones de la División Este de la Liga Americana, los Orioles de Baltimore.

Las cámaras seguían cada movimiento del Capitán, cada turno al bate, cada jugada en el campocorto, cada gesto en el dugout.

En su primera comparecencia al plato, en el inning de apertura, Jeter elevó al jardín derecho y en el tercero bateó a las manos del jardinero central para el último out del inning.

En el quinto volvió a la caja de bateo y se dejó cantar el tercero después de dos outs para acabar un episodio que Ichiro Suzuki abrió con doblete y quedó estancado en la intermedia.

En el séptimo, también con dos outs, Jeter se anotó hit por tercera y anotó impulsado por jonrón de Brian McCann, con lo que extendió a siete su racha de partidos consecutivos con al menos un imparable.

Para el Capitán fue el hit número 3,461 de su carrera, para afianzarse en el sexto lugar de la lista de todos los tiempos.

Y en el final del noveno, con la pizarra 5-4 favorable a los Orioles, Jeter vino a batear con el empate en primera, dos outs y la posibilidad del triunfo en sus muñecas.

Pero las esperanzas de los fanáticos en el Yankee Stadium que esperaban una vez más el batazo salvador de su ídolo se esfumaron con la velocidad de las rectas del cerrador de Baltimore, Zach Britton, que lo ponchó abanicando.

Ahora sólo quedan los juegos de miércoles y viernes en el Yankee Stadium y la última subserie de la temporada en Fenway Park ante los archirrivales Medias Rojas de Boston.