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¡Qué manera de empezar la postemporada!

Fueron demasiados los 29 años de espera para que los Reales de Kansas City dejaran escapar en un solo juego el privilegio de jugar en postemporada.

En un juego de esos que engrandecen el béisbol, los Reales nunca se dieron por vencidos y vinieron tres veces de atrás para derrotar 9-8 a los Atléticos de Oakland en 12 innings.

Fue un duelo en que ambos managers, Ned Yost, por Kansas City, y Bob Melvin, por Oakland, apostaron a ver quién tomaba las decisiones más absurdas, a ver quién dirigía peor un partido sin mañana para el perdedor.

Yost, a pesar de sus disparatadas órdenes de robos de base con cuatro carreras de desventaja en el octavo inning, las cosas le salieron bien, no precisamente porque hubiera tenido destellos de genialidad, sino porque Derek Norris pasará a la historia como uno de los catchers más mediocres que haya visto este deporte.

No en vano le han robado 129 bases en 165 intentos. Corrección: seis más en esta noche suman 135. Y por ahí se le fue el juego a los Atléticos.

Lo que pasa que en la euforia del triunfo se borran los errores, como el apuro de sacar a su abridor James Shields en el sexto, cuando ni siquiera había completado 90 lanzamientos y se había recuperado de un primer inning tambaleante.

Oakalnd amenazaba con dos hombres en bases sin outs, pero el remedio fue peor que la enfermedad: trajo de relevo al jovencito dominicano Yordano Ventura, demasiado verde para la situación, en la que se olvidó de lanzar y se dedicó a tirar pedrada tras pedrada, duras, pero lisas, fácilmente bateables.

La otra cara de la moneda fue Melvin, quien dejó demasiado a su abridor Jon Lester, el hombre que el gerente general Billy Beane trajo a cambio de su cuarto bate Yoenis Céspedes con la esperanza de que fuera el gran salvador de un equipo que año tras año se queda corto en la postemporada.

Luego de siete muy buenas entradas, los Reales le fueron arriba en un octavo que ya no debió abrir y al final terminó permitiendo seis limpias en 7.1 episodios.

Pero donde Melvin le puso la tapa al pomo fue en el final del duodécimo, tras recuperar la ventaja en la parte alta gracias a cañonazo productor del venezolano Alberto Callaspo.

Luego que los Reales lograron empatar nuevamente por triple del cubanoamericano Eric Hosmer e infield hit del boricua Christian Colón.

El puertorriqueño se robó entonces la intermedia, poniendo la potencial carrera de la victoria en posición anotadora.

Contra toda lógica y con la primera base desocupada, Melvin ordenó lanzarle al venezolano Salvador Pérez, un hombre que llevaba de 5-0 y que por ley de probabilidades, teniendo en cuenta su calidad como bateador, estaba al dar el batazo.

Lo demás es historia. Los Reales ya se aprestan a viajar a Anaheim para comenzar la serie divisional ante los Angelinos, mientras los Atléticos, una vez más, se despiden temprano, como prueba de que el llamado Moneyball de Billy Beane no da para mucho más que llegar a duras penas a los playoffs.